2016.09.04 – El que existe por sí mismo

Resumen

La vida que depende del ser que existe por sí mismo

         Los cristianos en el mundo son tratados como una minoría entre las personas y hasta en la sociedad, o son tratados como personas extranjeras. Pero, ¿será que los cristianos son los extranjeros? La realidad es que es lo contrario. Los cristianos no solo son el centro de este mundo, sino que son el centro de todo el universo. El que conoce quien es Dios, y además lo que ha hecho, ciertamente conocerá esta verdad.

         Dios se introduce a sí mismo como “Soy el que soy” (Éxodo 3:14). Dios no que fue creado por alguien, sino que estuvo desde antes de la eternidad y estará por la eternidad. Dios antes de que cualquier cosa existiera en el mundo existía por sí mismo. También antes de que existiera el espacio Dios existía. Por lo tanto, podemos ver que toda las criaturas existen dentro de Dios. Dios es el creador. Él creo a toda la creación, igualmente maneja toda la creación.

         El tema esencial que la Biblia testifica es la verdad de que Dios es quien existe por sí mismo, también que los seres que tienen la guía de este Dios viven, y los seres que viven sin Dios serán destruidos. Aunque Israel haya matado a mucha gente en la guerra, la razón por la cual sus acciones no fueron tomadas como un crimen es porque ellos siguieron la palabra de aquel que existe por sí mismo. Dios lo que ve en un individuo y una nación no es el hecho de lo que ellos determinen que es correcto o incorrecto, sino el hecho de que ellos en realidad son esposas que pertenecen a Dios.

         Luego del crimen cometido en el Huerto del Edén la humanidad sin ninguna relación con Dios decidió vivir por sí misma. Aunque Dios le ordenó al hombre que no comiera del árbol del bien y el mal, el diablo sedujo al hombre diciéndole que si comía del árbol del bien y el mal podría ser igual a Dios, el hombre, que recibió esa seducción, le dio la espalda a Dios y entró en el camino de la destrucción. El primer Adán al igual que toda la humanidad por medio de la caída se aleja constantemente de Dios, desde ese momento continúa corriendo hacia la destrucción eterna.

         Al hombre que se encuentra en esta situación de destrucción, la Biblia muestra el camino de la esperanza. Abraham es la persona que esta en el comienzo de ese camino que Dios preparó. Abraham, a diferencia de las personas que vivieron en el mismo circulo cultural en ese entonces, él vivió una vida que minuciosamente dependió de Dios. Luego de unos cientos de años, el pueblo de Israel que salió de Egipto con Moises se convirtió en el pueblo que recibiría la guía del Dios de sus ancestros Abraham, Isaac y Jacob, es decir de aquel que existe por sí mismo. Dios les dijo a ellos que con todo corazón le temieran y que vivieran solo siguiendo la ley de Dios. (Deuteronomio 10:12-15). Esto es porque solo la vida que tiene la guía de Dios puede traer la felicidad verdadera.

         En la ley que Dios dio al pueblo de Israel está escondida la voluntad de Dios hacia ellos. Lo que Dios deseaba de ellos es que ellos recibieran la guía de Dios. En el testimonio de las personas que con todo su corazón cumplieron la ley se manifiesta claramente el aspecto en el cual ellos no tratan de vivir con sus propias fuerzas sino que viven dependiendo de Dios (Salmos 119:89-105). El hecho de que Dios hace que las personas dependan en Él no es para quitarles algo de ellos. Dios no solo es el ser que nos da la vida, sino que es el ser que nos suministra con todo lo que nosotros necesitamos. Tenemos que abandonar nuestro terco corazón de querer vivir por nosotros mismos, y tenemos que determinar vivir solo dependiendo en Dios.

Seamos unificados en Jesucristo quien es la cabeza de la iglesia

     ¿Quién es Jesucristo? Él es quien nos ayuda a vivir dependiendo del aquel que existe por sí mismo. Él es el Dios que está arriba de toda la creación y quien debe recibir toda alabanza (Romanos 9:5). Este ser tan grande vino a esta tierra y nos ayudo. Él completó nuestras debilidades, limpió nuestro pecado de vivir por nosotros mismos, y nos hizo seres que con todo corazón dependen solo en Dios.

         Aunque Dios el Padre hizo que la creación se sujetara a Cristo, Cristo hizo que la creación se sujetara al Padre (1 Corintios 15:28). Cristo en el fin suprimirá toda autoridad en el mundo y entregará el reino al Padre (1Corintios 15:24). Somos siervos que ayudan en el trabajo del Hijo de entregar el reino al Padre. Por lo tanto tenemos que tener orgullo. Aunque nos encontremos con alguna dificultad o frustración no debemos desanimarnos. Esto es porque para nosotros quienes tenemos al Dios grande no existe el fracaso.

         Para vivir según la voluntad del Dios quien existe por sí mismo tenemos que entrenarnos para obtener una vida nueva. Para tener una vida de gracia tenemos que practicar las siguientes siete situaciones.

         Primero, al entregar el diezmo y las ofrendas minuciosamente construimos una fe que puede sobrepasar al mundo. El diezmo y las ofrendas aún tienen que ser entregadas por las personas que acabaron de comenzar de recibir el amor de Dios. No entregar el diezmo y ofrendas minuciosamente puede debilitar la vida de fe, y eso en sí se podría convertir en una debilidad del espíritu que no podría ser borrada por la eternidad.

         Segundo, triunfar en el culto. El culto es tomarnos a nosotros mismo como ofrenda y entregar esto como sacrificio a Dios. Por lo tanto, sin importar si esta ofrendando o alabando todos los santos tienen que reunir sus corazones y hacerlo con una gran voz. La oración y la alabanza no solo es la preciosa tarea de los santos hacia Dios, sino que también es el ministerio de la iglesia la cual es la forma que Dios nos ha dado para promover el evangelio. También al escuchar la predica tenemos que dar todo nuestro ser. Aunque la predica es dada a través de los labios de las personas no debemos escuchar esto como palabra de hombres, sino como palabra de Dios.

         Tercero, tenemos que sostener minuciosamente el servicio y el deber que se nos fue dado por la iglesia. Sin importar que tan ocupado e importante es el trabajo hecho por la carne en el mundo, tenemos que dar todo nuestro ser para triunfar en el trabajo del Reino de Dios. Para esto en toda la semana tenemos que investigar, preocuparnos y prepararnos.

         Cuarto, tenemos que cumplir con el nuevo mandamiento. Este es el deber de todo el que ha recibido la gracia tiene que cuidar sin cambio hasta el día que deje este mundo. El nuevo mandamiento en otra expresión es “cuidar de los santos”. En la iglesia hay personas que han tenido tentación, también hay personas que han sido lastimadas. La persona que ha recibido la gracia no solo pensará en su espíritu, sino que buscara a los santos que son débiles y los consolará, y en el caso de que si hay una persona que esta en tentación ayudaría a esa persona para que devolviera su corazón.

         Quinto, tiene que unificar su voluntad con la dirección de la iglesia. Tenemos que hacer que toda la iglesia tenga una sola voz. Aunque la obra que Dios esta realizando por medio del obispo pueda ser diferente a nuestro pensamiento, tenemos que poder unir nuestro corazón con gozo.

         Sexto, siempre tenemos que orar. Sin orar no podemos vivir. Siempre tenemos que orar para que aunque el enemigo nos ataque en cualquier momento podamos bloquearlo, y que nosotros podamos experimentar que Dios va primero en cada momento importante para protegernos en nuestro camino.

         Séptimo, tenemos que prepararnos para que nuestra iglesia sea la iglesia élite en evangelizar. Para que nuestra iglesia sea una iglesia que evangelice tenemos que preparar de ante mano las capacidades que son necesarias y tenemos que refozarlas. Cuando todo los miembros de la iglesia se esfuercen y unan sus fuerzas podremos llegar a ser la iglesia élite. Para que la iglesia pueda triunfar todos los santos tienen que tener el mismo sueño y orar todos juntos.

         Dependamos de la palabra de Dios, quien existe por sí mismo. Vivamos solo por la gracia de Dios. Tenemos el derecho de recibir la ayuda de Dios. Somos siervos que pueden servir a Dios por la eternidad, somos hijos de Dios que pueden complacer a Dios por la eternidad.

Pastor Lee Ki Taek

Centro de Misión Sungrak