2015.01.25 – Crea y obedezca la Palabra
in SermonesCrea y obedezca la Palabra
(Juan 12:44-50)
Dios
Es el Padre único.
Él
Nos otorgó la fe (Romanos 10:17)
Y esta fe es vivir según Su voluntad. (Romanos 12:2)
Con los ojos,
No podemos ver a Dios,
Pero ver la obra y la fe que Dios envió
Es verle. (Juan 14:10-12)
Él no es hombre
Sino el Hijo unigénito de Dios
Que vino a través del hombre. (Juan 1:18)
Esto no se puede comprender con los ojos o la razón humana
Sino únicamente con la fe otorgada por Dios.
Aunque los otros no crean,
Los que creen en Dios no pueden negar esta fe. (Juan 1:12)
El Espíritu Santo da testimonio
De que Dios, el Verbo
Y Jesucristo son uno.
Por lo tanto,
Es el mismo pecado resistirse al Espíritu Santo y a la Palabra.
○ Crea en las palabras de Jesucristo.
Es la Palabra de Dios
Y esa Palabra es mandamiento de vida eterna.
○ La Palabra es verdad,
Es la voluntad de Dios
Y es la fe otorgada por los labios de Jesús.
○ Resistirse a la Palabra
Es resistirse al Espíritu Santo,
Esto tendrá juicio.
※ Examínese cada uno para ver si tiene fe
Los que tienen fe siguen la Palabra
Y la guía del Espíritu Santo.
Juan 12:44-50
44 Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
45 y el que me ve, ve al que me envió.
46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
Crea y obedezca la Palabra
(Juan 12:44-50)
La fe que Dios otorga
Dios es único. Entre el cielo y la tierra hay muchos dioses o espíritus; sin embargo Dios es único. ¿En qué sentido es Dios único? Los dioses son espíritu, no son materiales. Por esta razón, los dioses no pueden ser tocados, no tienen imagen y no pueden ser vistos. Igualmente, Dios no puede ser tocado ni visto por el hombre. Esto lo podemos conocer a través de la fe.
Cuando los creyentes evangelizan dice muchas veces: “Si va a nuestra iglesia el pastor impondrá sus manos sobre usted y sanará”; por esta razón, muchos vienen a la iglesia sin tener fe, únicamente esperando que el pastor imponga las manos sobre ellos. Obviamente, no hay nada imposible para Dios. Sin embargo, Dios no desprecia la fe. No es la convicción que dice: “Si me esfuerzo lo lograré”, sino la fe que el Señor envió.
Los fariseos tenían una vida santa. No existía alguien tan estricto como los judíos. Sin embargo, Jesús dijo de ellos “¡Ay de vosotros!”, y dijo que las rameras y los publicanos iban delante de ellos. Por más que alguien guardara bien la Ley, sin fe nadie puede evitar la destrucción.
El Dios que no puede ser visto es manifestado por Jesús
Dios otorgó la fe hace dos mil años. Esa fe es Jesucristo. Al preguntar: “¿Tienes fe?”, queremos decir: “¿Tienes a Jesús?”. Todos tienen convicción. Sin embargo, por ella no pueden recibir la redención, la bendición o el cielo. Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” La fe que Dios nos otorgó es Jesucristo.
Creer en Jesús es creer la Palabra de Dios que testifica que Él es el Hijo de Dios. Luego de que Jesús recibió el bautismo, una voz del Cielo dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.”. Algunas personas dicen creer en Dios, pero no creen que Jesús es el Hijo de Dios, por lo tanto no creen en Dios.
Con la razón, la lógica y las emociones no se puede creer que Jesús es el Hijo de Dios. Si queremos tener la fe otorgada por Dios, debemos recibir la ayuda de Dios. 1 Corintios 12:3 dice “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” Y Romanos 8:9 dice: “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” Algunos dicen creer en Jesús, pero no reciben al Espíritu Santo, estos son religiosos. El Señor manifestará todo esto en el día del juicio.
Las personas que no creen que Jesús es el Hijo de Dios son destruidas. Esto es algo que Dios había destinado. 2 Corintios 4:3-4 dice: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” La gente no puede tener la fe dada por Dios, porque los dioses de este mundo engañan sus corazones. Para vencer hay que arrepentirse y tener fe en el Evangelio. ¿Cuál es el tema del Evangelio? Es que Cristo es la imagen de Dios. Una imagen puede ser vista a través de los ojos. Dios no puede ser visto por los hombres, pero se manifestó de forma que los hombres le pudieran ver.
La Biblia fue escrita según lo que fue visto y oído
Ver a Jesús es ver a Dios. Sin embargo, hay un problema. Jesús murió, resucitó y ascendió al Cielo, por esta razón ya no hay forma de verle. Esta es la razón por la cual nos otorgó su Palabra. La Biblia es el libro donde está registrado lo que los hombres vieron, escucharon y palparon. Por ejemplo, Mateo escribió lo que vio hacer a Jesús, sin agregarle sus sentimientos o razonamientos, sólo lo que vio hacer a Jesús.
Jesús es la imagen de Dios y en la Biblia está escrito todo lo que hizo la imagen de Dios. Por esta razón, nuestra fe no puede despreciar la Biblia. Algunas personas, para obtener fe, se concentran en recitar las Escrituras. Sin embargo, si para obtener fe fuera necesario memorizarse la Biblia, entonces una persona de mala memoria no tendría fe. La Biblia no es como un libro de matemáticas para ser memorizado. Debemos entender la Biblia como un panorama, debemos ver a simple vista la voluntad de Dios.
El Espíritu Santo hace que lo escrito en la Biblia entre en nosotros
Es inútil leer la Biblia varias veces si la voluntad de Dios no entra a nuestros corazones. Entonces, ¿Cómo puede entrar la voluntad de Dios a nuestros corazones? Esto sólo se logra a través del Espíritu Santo. Jesús dijo “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26). Esta es la razón por la cual debemos ser llenos del Espíritu Santo.
Cuando creemos que Jesús es la imagen de Dios viene a nosotros el Espíritu Santo. Luego de recibir al Espíritu Santo podemos hablar en lenguas. Las lenguas nos permiten presentarle nuestra situación a Dios de forma espiritual. El hablar en lenguas es la primera estación, no la última. Sin embargo, luego de hablar en lenguas, ¿cuántas personas no caen por su arrogancia? No debemos gozarnos por hablar en lenguas, sino que debemos permitir que el Espíritu Santo obre en nosotros. Debemos usar en abundancia los dones.
La fe que Dios otorga es Verdad. Jesús es la Verdad (Juan 14:6) y la Palabra es Verdad (Juan 17:17). El Espíritu Santo es el Espíritu de Verdad, pero no habla por su propia cuenta, sino lo que oye (Juan 16:13). Algunas personas que se jactan de ser llenos del Espíritu Santo le dicen a la gente “Sigue, sigue, recibirás bendición. Vende esa casa y múdate. Deja ese negocio.” Dios dijo que a estas personas las cortaría (Ezequiel 13:1-23). Debemos conocer la Verdad, Jesús vino al mundo para manifestar al Padre y el Espíritu Santo para manifestar al Hijo.
Seamos alegres por el Espíritu Santo
Jesús es la imagen de Dios, la Biblia es donde está registrado todo lo que Él hizo y quien hace que entre esa Palabra en nosotros es el Espíritu Santo. Debemos ser alegres por el Espíritu Santo. No significa que por ser llenos del Espíritu Santo los negocios estarán bien y que los problemas cesarán. El Espíritu Santo hace que recordemos las palabras de Jesús y nos guía a la Verdad. La alegría por el Espíritu Santo está en conocer bien a Jesús por el Espíritu Santo.
Carta de Simuón
He tratado de mantener mi dignidad durante toda mi vida , aunque era pobre y no podía participar de la escuela, consideraba “guardar mi dignidad” como mi tarea. En otras palabras, traté de vivir de cierta manera para que nadie me despreciara. Sin embargo, no lo hice por arrogancia o altivez.
Simplemente, no quería mostrarle mis debilidades a los otros. Si lo hice, entonces fui engañado por ellos. Entonces sería como una rama rota que no puede dar fruto y que será cortado y echada al fuego como lo dice la Palabra de Dios.
Aunque fueron pocos meses en los que participé de la Iglesia Metodista Yesan en mis primeros días de vida cristiana, era diligente en la Iglesia. Recuerdo que uno de mis amigos, testigo de Jehová, se acercaba frecuentemente. Sus palabras eran razonables, incluso interesantes, porque eran diferentes a lo que yo había escuchado antes. Sin embargo, en ese momento entendí que debía estar alerta.
Pensé, “Mi amigo debe estar despreciándome. Él sabe que soy un creyente, pero tal vez cree que por mis debilidades seré atraído por sus palabras”. Me sorprendí y desde entonces estuve alerta. “Él sabe que soy un miembro de la Iglesia Metodista de Yesan, por esta razón quiere sacarme”. “¿No sabe quién soy yo?” Me enojé y tomé la firme decisión de guardar mi dignidad.
Me preocupé por la debilidad de mi corazón. Sin embargo, desde que tuve la fe, estaba determinado a dedicarme a servir a la Iglesia. Por esta razón, me hice responsable de todas las obras de la Iglesia y las duras tareas. Incluso entonces, ¿eran mis debilidades reveladas delante de los otros? Preferí contraatacar sus debilidades.
“¿En qué Iglesia sirve?, ¿recibió al Espíritu Santo?, ¿cuál es su esperanza?” Se detuvo y le seguí preguntando, “te enseñaré esto” y lo guié a la Iglesia. No tenía respuesta a mis preguntas, por lo que me siguió a la oración de madrugada. Posteriormente, empezó a servir en la Iglesia conmigo.
Si permite que los otros le desprecien, entonces abre puertas para la tentación. Estaba determinado a escuchar la Palabra de Dios. Guardé mi dignidad, por esta razón nadie se burla de mí.
La meta de hacer parte de la resurrección está delante de mí, por lo tanto me concentré en ser leal a esta posición que Él me entregó. Desde entonces, no le digo a nadie acerca de mis quejas acerca de la iglesia, porque se puede convertir en debilidad para mi espíritu.
Simuón
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación y traducción: Ministro Da Un Chung