Servicio del Día del Señor del 6 de octubre del 2024

Pastor Sung Hyun Kim

Como hijos amados de Dios, debemos imitar a Dios. Pero ¿cómo podremos imitar a Dios quien no podemos ver? Al imitar a Cristo podemos hacerlo. Entonces, ¿qué es la cosa más grande que debemos imitar de Cristo? Es el amor que manifestó en la redención de la cruz. Dios desea que Sus hijos amados caminen en Su amor. Esto no significa que en ocasiones manifestemos la acción de amar, sino que vivamos una vida que continuamente ponga en práctica el amor. Tal vida es tan preciosa y hermosa. Esto es porque refleja el carácter de Cristo.

El amor de Cristo no es para sí mismo, sino es un amor que se abandona a sí mismo. Esto no significa que haya sido despojado contra Su voluntad. Este es un amor donde decide por sí mismo abandona Su derecho. Él nos ama, no porque haya una razón para que recibamos ese amor. Tampoco es porque podrá obtener algún beneficio por amarnos. Aunque exista la posibilidad de que no podrá recibir nuestro amor a cambio, Él nos ama. Esto no fue porque Él sea atado a Su naturaleza buena, sin tener más opción que hacerlo. Su amor es Su decisión.

Dios desea que vivamos una vida que manifesté Su amor. Esto no solo es lo que espera de nosotros, sino que también es Su mandamiento. Menospreciar y negar esto es ir contra la naturaleza que Dios nos ha puesto. Cuando el Señor hablo sobre Su muerte, al acercarse el tiempo, los discípulos discutieron en quién se sentiría en el puesto más alto. El Señor los llamó, lavó sus pies y les pidió diciendo, “¡Haced lo mismo!” Él les da un nuevo deber a quienes vivieron siguiendo los deseos de la carne.

Lo que el Señor realizo en la cruz es la ofrenda y sacrifico con olor fragante entregado ante Dios. De generación a generación, el pueblo de Israel entregó sacrificios a Dios, la cual incluyen la ofrenda de holocausto, ofrenda de grano y ofrenda de paz como sacrificios de acción de gracias. Cuando entregaban la ofrenda, el sacrificio que se quemaba en el altar dicen que fue olor grato delante de Dios. Sin embargo, cuando entregaban la ofrenda por el pecado y ofrenda por la culpa, la cual son relacionas con el sacrificio, no decía que eran olor grato. Esto es porque hace referencia al sacrificio de Cristo, quien tomo el pecado de la humanidad. Dios no podía deleitarse en el hecho de que Cristo haya cargado con el pecado. Sin embargo, Jesús resucito de la muerte, y a través de esto, se convirtió en Aquel que conquisto el pecado. Finalmente, Su nombre fue enaltecido, y Su acto de amor se convirtió en olor fragante que lleno no solo todo el mundo sino también el cielo.

La gracia de Dios que hemos recibido es la bendición que nos da la horrible muerte de Cristo. La felicidad que disfrutamos diariamente, la consideración de Dios, Su ayuda que nos permite vivir hoy y enfrentar el mañana, la libertad y paz que damos por sentado, nuestra relación reconciliada con Dios, e incluso la oportunidad de volvernos a levantarnos al caer, todo esto se nos fue dado porque Cristo se entregó a sí mismo como ofrenda y sacrificio. Nosotros, quienes hemos recibido tal amor sacrificial, ahora caminemos en Su amor. Vivamos en la fe que cree en el Hijo de Dios, quien nos amó hasta el punto de dar Su cuerpo por nosotros. Glorifiquemos al Señor con amor incondicional y seamos olor fragante ante el Padre.