Me deleito en haber publicado los tres volúmenes de la serie de Demonología: ¿Quién es el Diablo? (I), ¿Qué son los Espíritus Engañadores? (II), y ¿Quiénes son los demonios? (III). Las personas a menudo usan la palabra Diablo, pero no tanto la palabra demonio. Sin embargo, la Biblia menciona mucho más la palabra demonio que las palabras Diablo o Satanás.
Las operaciones del diablo, de los espíritus engañadores, y de los demonios son todas diferentes una de la otra; hasta sus identidades son diferentes. No obstante, muchas personas confunden sus acciones y caen en necedad e ignorancia. El Diablo, los espíritus engañadores, y los demonios desean esconder sus identidades. Para ellos, su exposición significa su erradicación.
El diablo es el espíritu que originalmente cayó del Cielo al Hades. Como el espíritu que tiene potestad de aire, el constantemente viaja (Job 1:6) entre Dios y el hombre para causar división (Apocalipsis 12:9). Los espíritus engañadores son ángeles que fueron enviados a ayudar a los santos pero que han transformado (1 Reyes 22:10-23). Los demonios son espíritus que causan la maldición y el sufrimiento que todos hemos experimentado.
Como cristianos, en vez de calumniar a aquellos que conocen algo que nosotros no conocemos, debemos estar agradecidos por el hecho de que otros hayan descubierto verdades importantes y alabar a Dios por otorgarnos su gran autoridad. Conocer al enemigo es el camino a la victoria. La triste realidad es que en vez de discernir al enemigo, muchos están dándole oportunidades para que tome provecho.
Si alguien lee este libro e implementa exactamente como esta escrito, definitivamente las señales del Señor van a seguirlo y los demonios saldrán gritando espantados.
“¡Oh Dios! En vez de calumniarnos entre nosotros, ayúdanos a ser más humildes y a entendernos entre nosotros para que poseamos el poder de vencer al enemigo. Que tu gran poder esté sobre los que leen este libro. ¡En dondequiera que el Evangelio sea predicado, deja que el enemigo sea aniquilado! Amén”.
Septiembre 1986
Ki Dong Kim
Nom de plume Semuon
En el libro el pastor Kim, aclara de manera magistral la diferencia entre e espíritus engañadores, demonios, ángeles, maldiciones, incredulidad. Todo sustentado con la biblia.
Lo importante que es entender la diferencia entre satanás y diablo, como después de recibir a Jesús a través del bautizo, tengo autoridad sobre los demonios por el nombre de Jesús, como lo muestra la biblia en marcos 16:17, por medio del Espíritu santo se manifiestan señales una de ellas es tener autoridad de expulsar demonios.
Que son los espíritus de los incrédulos que se quedan en este mundo hasta cumplir el tiempo establecido e ir a la condenación en el lago de fuego; otro punto importante es que los demonios entran al cuerpo a través de los espíritus engañadore4s que están en el pensamiento de las personas debilitándolas, para dar entrada a los demonios al cuerpo de esa persona.
Las manifestaciones de los demonios son físicas enfermedades, además que en realidad quieren hacer matar a la persona, aunque hay enfermedades causadas por las maldiciones generacionales las cuales se van cuando la persona cree en Jesús.
A pesar de la persona estar en fe los demonios pueden entrar al cuerpo del creyente por eso hay que estar expulsándolos, aunque no pueden entrar al espíritu ya que hay esta el nombre de Dios sellado con el Espíritu santo.
El otro punto importante del libro es la descripción del hades, que es donde no entra la luz de Dios, es decir no llega la palabra de Dios, es la oscuridad total, las prisiones eternas donde están encerrados el diablo y sus ángeles, esta dividido en aire, mundo, abismo e infierno, todo eso es parte del hades.
Los demonios se deben expulsar en el nombre de Jesús, ningún ser humano tiene la autoridad de hacerlo, normalmente los demonios que habitan en las personas son de gente cercana o familiares, no tienen mas tiempo ya que la edad estipulada por Dios a los hombres de habitar la tierra es de 120 años.
En conclusión, debemos estar muy firmes en la vida de fe, ir al arrepentimiento por medio del bautizo, luego recibir el Espíritu santo alimentando el espíritu a través de la palabra, para que se manifiesten las señales predicando la palabra, imponiendo las manos a los enfermos, hablar en lenguas y expulsar demonios con la autoridad del nombre de Jesús, queda claro que profetizar es llevarle el evangelio de Cristo al que no lo conoce, hacer nuevos discípulos al señor Jesús que alabado sea su nombre.
Junio 9, 2020
D. D.