2017.04.09 – Rio de agua viva
in SermonesRio de agua viva
(Juan 7:37-39)
Dios
Es el Padre de vida.
Él
Envió al Hijo para darle vida a la humanidad. (Juan 3:16)
La venida del Hijo es la del Verbo
Que es Verbo de vida eterna. (Juan 12:50).
El Verbo vino en carne, es decir con sangre (Juan 1:14)
Y en la sangre hay vida para redimir los pecados. (Levítico 17:11)
Los que son salvos del pecado
Reciben al Espíritu Santo, (Hechos 2:38)
Por esta razón, luego de la glorificación de Jesucristo
Él le pidió al Padre que lo enviara.
El Espíritu Santo es vida
Y procede del Padre. (Juan 15:26)
Por esta razón,
El corazón del Padre y el de los santos se hace uno en justicia,
Y esta fe es vida.
Los que creen en el Espíritu Santo,
De su interior corren ríos de agua viva.
Por esta razón, es necesario arrepentirse
Y recibir los dones del Espíritu Santo como dones.
○ Al experimentar al Espíritu Santo,
Nos hacemos hombres de Jesucristo
Que participan de las aguas que corren en el espíritu.
○ La vida de fe cristiana es experimentar
Por el Espíritu Santo
Y continuar así eternamente.
○La Palabra de Dios
La sangre y vida de Jesucristo
Son Verdad cuando son por el Espíritu Santo.
※ Somos verdaderos creyentes cuando corren ríos de vida y verdad.
El Espíritu Santo produce fruto
De perfecto amor.
Juan 7:37-39
37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
Resumen
Nosotros que tenemos la vida de Dios
Dios es Padre de vida. En otras palabras, Dios es la fuente de vida. Para que el hombre mantenga la vida tiene que respirar. Sin embargo, por más largo que uno pueda mantener la respiración no es más de cien años. La vida que Dios nos quiere dar por medio de Jesucristo es la vida eterna que salva nuestro espíritu. Con respecto a esto, Jesús dijo, “El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha.” (Juan 6:63).
El espíritu del hombre por medio del pecado cometido por Adán, fue cortado del suministro de la vida de Dios, y como resultado el hombre no podía evitar el castigo eterno. Sin embargo, Dios pagó el precio del pecado del hombre y para salvar al hombre envió a Cristo al mundo. Cristo vino a esta tierra a derramar su sangre para realizar la voluntad de Dios. En la sangre esta la vida (Levíticos 17:11). De la misma manera como en la sangre de los animales esta su vida, y en la sangre del hombre esta su vida, en la sangre del Hijo de Dios esta la vida de Dios. Por lo tanto, el Señor hace que tomemos de su sangre. Nuestro espíritu al tomar de esa sangre vive. No solo esto sino que el Señor hace que también comamos de su carne. Esto es porque esta es la única forma para que la vida de Dios permanezca con nosotros por la eternidad.
El hecho de que la vida de Dios mora dentro de nosotros no es una idea sino es la realidad. Somos personas que lo han experimentado. Si esta vida no está en nosotros el Espíritu Santo no podría morar en nosotros. Cuando el Espíritu Santo mora en nosostros es testimonio que nuestro espíritu ha sido vivificado. De esta manera es como los cristianos son personas que han obtenido la vida de Dios y forman parte de este testimonio.
Sirvamos a Dios el Padre
Nosotros creemos en el Padre, Hijo y Espíritu Santo, creemos en el Dios Trinitario. Por lo cual hay una forma especial para ir delante de Dios y servirle. Primero tenemos que conocer bien sobre Dios. No hay nadie quien haya visto a Dios. Pero, a pesar de esto podemos experimentar a Dios porque se manifestó así mismo por medio de sangre y por el Espíritu Santo, y esto es el porque aún sigue vivo y obrando.
Comúnmente las personas que han venido a la iglesia por primera ves se le tiene que enseñar a orar. Hay algunas personas que no saben como llamar a Dios, si Padre, Jesús, o Espíritu Santo, y al orar dicen, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Aunque el orar de esta forma no es pecado, hay la necesidad de recodar la palabra en la Biblia que dice, “Pedís, y no recibís, porque pedís mal.” (Santiago 4:3). De la forma como tienen que escuchar para arrepentirse, tiene que arrepentirse para poder recibir el bautismo, y tiene que bautizarse para recibir el Espíritu Santo. De la misma podemos saber que hay un orden para la experiencia de fe, la obra de Dios tiene un orden. Aquí esta la razón por la cual tenemos que seguir las enseñanzas de la Biblia
Dios Padre es quien recibe el servicio. No importa si vino a la iglesia por primera vez o ya haya venido por un largo tiempo, todos tienen que servir a Dios Padre. El Padre Dios no es quien hace que nuestro negocio vaya bien, sana a los enfermos, y nos ayuda a obtener un trabajo, etc. Jesús dijo, “El Padre es quien recibe la gloria.”. En cualquier organización hay un líder supremo. En el caso de que si el líder supremo este débil de salud aún recibirá el respeto de los miembros de la organización. De la misma manera, Dios Padre tiene que ser servido por todas las personas.
En el culto es donde servimos a Dios. Nosotros por medio del culto alabamos el nombre de Dios y damos la gloria que es apta para ese nombre. El entregar la ofrenda es la acción de servir a Dios. Por lo tanto, la entrega de la ofrenda tiene que ser preparado de ante mano y entregarlo con un corazón gozoso. El entregar la ofrenda de forma forzosa o entregar la ofrenda que no es santa, no podemos servir a Dios de forma perfecta. Algunas personas al estar insatisfechos con la iglesia o los pastores deciden parar de ofrendar. Sin embargo, algo que tenemos que tener claro es la verdad de quien recibe el culto, el cual es Dios. Las personas al tener encuentro con alguien precioso no van con las manos vacías sino que preparan un regalo de ante mano. Entonces, ¿cuanto más tenemos que hacer para tener encuentro con Dios? También, en el momento en que nosotros preparamos la ofrenda ya no es más algo nuestro sino que es de Dios. Esto es lo mismo que entregar la ofrenda a Dios y volverla a tomar. El culto y entregar la ofrenda a Dios, es la postura básica que el que sirve a Dios debe tener.
Recibamos el servicio de Jesucristo
El Hijo de Dios vino para servirnos. Jesús dijo, “Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate de muchos.” (Mateo 20:28). Antes de que pidamos a Dios Padre, Él sabe nuestras necesidades, por lo cual envió a la tierra a su Hijo que estaba en su seno. La palabra “Cristo” significa el enviado. El Padre envió a su Hijo como aquel que nos da la ayuda en esta tierra, por lo cual el cuando vino a esta tierra sanó a los enfermos, ayudó a los pobres y al final murió en la cruz.
Nosotros tenemos que creer que Jesús es quien Dios a enviado por nosotros, osea el Cristo. Las palabras hemos recibido la ayuda de Cristo es lo mismo que hemos recibido la gracia. En el caso en que estemos en una dificultad o necesitamos ayuda tenemos que buscar a Jesucristo. Jesús dijo, “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3). Para recibir la vida eterna tenemos que conocer al Dios Padre, tenemos que conocer lo que Dios desea realizar en nosotros por medio de su Hijo que envió.
Los cristianos son quienes viven con la ayuda de Cristo. Hay una persona que asiste al culto toda las semanas, ofrenda, ora, pero dice que el servir a Jesucristo es algo muy difícil. Sin embargo, a quien nosotros servimos es Dios Padre, Cristo no es quien recibe el servicio sino es quien vino a servirnos (Mateo 20:28). En cualquier dificultad que estemos si pedimos ayuda a Cristo, el escuchará nuestras súplicas y nos ayudará.
Obedezca al Espíritu Santo
El Espíritu Santo vino para obrar. La actitud que tenemos que tomar con respecto al Espíritu Santo es una de obediencia. Hechos 5:32 señala al Espíritu Santo diciendo, “El Espíritu Santo, el cual a dado Dios a los que le obedecen.” Aunque el viento es invisible ante los ojos del hombre, viendo a las hojas mover con el viento sabemos la existencia del mismo. De la misma manera, aunque el Espíritu Santo no es visible ante los ojos, a los que obedecen a Dios la obra del Espíritu Santo es manifestada, por lo cual por medio de ello sabes su existencia (Juan 3:8).
Las personas que rinden el culto al obedecer la Palabra de Dios, el Espíritu Santo les ayuda en su entorno para que no reciban ninguna influencia negativa y triunfen en el culto. Esto es lo mismo con la oración. Las personas que no piden por sus deseos sino que oran obedeciendo la palabra de Dios reciben la ayuda del Espíritu Santo. El Espíritu Santo ayuda a esas personas en sus debilidades y Él mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
También, al servir tenemos que sostener la obra con la ayuda del Espíritu Santo (Filipenses 3:3). Cuando una de las personas que sirve junto con uno es perezoso es fácil pensar, “No quiero ser el único que tenga que esforzarse más”. Sin embargo, si tenemos encuentra de que el servir es para Dios no hay la necesidad de pensar de esta manera. El servir a Dios es algo que sale como resultado entre la relación entre Dios y uno mismo, no es algo que sale por la influencia de otra persona. Si no estamos satisfecho con aquello Dios nos podría decir, “Si así le fastidia el servirme déjelo aún lado.”
La persona que sirve a Dios bien recibe la bendición. Las personas del Antiguo Testamento no conocieron sobre el evangelio y tampoco recibieron el Espíritu Santo. Aunque ellos sirvieron a Dios con la carne, ellos se esforzaron con todas sus fuerzas en servir a Dios y recibieron la bendición. Entonces, ¿qué tan gran bendición recibiremos nosotros que conocemos la verdad espiritual y hemos recibido el Espíritu Santo? Por lo tanto, nosotros tenemos que tomar preciosamente el cargo que se nos fue dado y tenemos que esforzarnos para sostener esto con el Espíritu Santo.
Hagamos que Berea sea rio de agua viva
1 Corintios 12:4-10 dice, “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.”
El que obedece manifestará diversos dones del Espíritu Santo. Aunque en el día de hoy muchas personas por medio del Espíritu Santo hablan en lenguas, dejan de recibir los dones del Espíritu Santo. Aunque no hayan tenido la educación al ser revestido de la ayuda del Espíritu Santo pueden llevar la Palabra con sabiduría. De la misma forma como el que ha recibido cinco talentos y a obedecido y los multiplica a diez, si uno recibe la ayuda del Espíritu Santo, una persona que ha vivido toda su vida en el campo podrá edificar muchos centros de adoración toda su vida.
Jesús dijo en Galilea, «El que cree en mí, como dice las Escrituras, de su interior correrán ríos de agua viva.” (Juan 7:38). En realidad el mar de Galilea es un gran lago. Pero a pesar de esto, el agua de Galilea es inevitablemente limpia. La razón de esto es porque el agua sigue fluyendo constantemente en el lago, y el agua fluye hacia el río Jordán. Por el contrario, El Mar Muerto que se encuentra a lo último del río del Jordán, como el agua no fluye, no tiene más opción que ser el mar muerto. Una persona que cree en Jesús siempre tiene que ser suministrada con el agua y siempre tiene que dejarla fluir como el Mar de Galilea. No solo tenemos que recibir la gracia, sino que tenemos que dejar fluir hacia afuera las cosas que Dios nos a dado.
Para que de nosotros fluya la fuente de agua viva Jesús murió en la cruz. La Palabra dice que la fuente de agua viva que ha recibido el creyente es el Espíritu Santo. Como Jesús ha derramado su sangre los que creen en él por medio del Espíritu Santo experimentan en en su interior que fluirán fuentes de agua viva. Sin embargo, a pesar de esto hoy en día las personas creen que están teniendo una buena vida de fe, pero no obedecen al Espíritu Santo.
El Espíritu Santo se manifiesta a los que le obedecen. Las personas que hacen que el Espíritu Santo pueda obrar no solo hablan en lenguas, sino que puede ver profecías, puede distinguir los espíritus, y también obtendrán sabiduría. Por lo tanto, tenemos que hacer que el Espíritu Santo pueda obrar a gusto y no ser limitado. Tenemos que hacer que el rio de agua viva fluya en nosotros. El Espíritu Santo tiene que manifestarse. ¿Será que el río de agua viva fluye en ustedes? Tenemos que respetar la obra del Espíritu Santo. Hagamos que fluya libremente de nuestro ser.
Carta de Simuón
Pronto
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri