2017.03.26 – Palabra de vida eterna
in SermonesPalabra de vida eterna
(Juan 6:60-71)
Dios
Es eterno
Él
Envió al Verbo que estaba en su seno al mundo. (Juan 1:18)
Él vino en carne, derramó su sangre y resucitó,
Él es Jesucristo. (Juan 11:25-26)
Él
Salió del seno de Dios
Y es el Hijo de Dios que nació del cuerpo de la mujer,
Él es la imagen de la sustancia de Dios. (2 Corintios 4:4)
Por lo tanto
La Palabra que Él habla
Es la Palabra de Dios. (Juan 12:47-50)
Sin embargo,
Quien escuchando su Palabra,
No la escucha como Palabra de Dios
Sino como palabra de hombre, no puede recibir la fe, (Juan 6:63)
Y su espíritu no es beneficiado.
Pero
Quien escucha y anhela la palabra que sale de Él
Es verdadero discípulo de Jesús. (Juan 6:68)
Escuchemos y guardemos las palabras de vida dadas por el Espíritu Santo.
○ Quien solo escucha las palabras de los hombres no recibe beneficio espiritual
No puede recibir la vida
Y dejando a Jesús vaga.
○ No se viene a la iglesia por los hombres,
Sino porque allí hay palabra de vida eterna,
Para se viene a la Iglesia.
○ La fe no está en el cuerpo
Sino en el espíritu
Por esta razón la palabra de vida eterna está en la iglesia.
※ Amemos la Iglesia.
No vengamos a la iglesia viendo a los hombres.
Vengamos buscando la Palabra de vida eterna.
Juan 6:60-71
60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?
62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?
63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.
65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.
66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?
68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?
71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.
Resumen
Miren al Hijo del Hombre que está en la diestra de Dios
Dios es eterno. La palabra y la vida que nos da, Su nombre, y su gracia, todos son eternos. Dios no da su gracia y la vuelve a quitar. Por el contrario, la gracia que Él da, no cambia por la eternidad, y no desaparece.
Juan 1:18 dice, “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” No ha habido persona que haya visto a Dios jamás. Esto es porque Dios no es visible ante los ojos. Por lo cual, muchas personas toman a Dios como un ser abstracto. Algunas personas como quieren ver a Dios de cualquier forma, se esfuerzan en pensar en una imagen al orar. Sin embargo, la fe del cristiano no es así de incierta.
En el Antiguo Testamento están escritos los encuentros entre el hombre y Dios. Sin embargo, para ser más precisos lo que ellos vieron fue un ángel. Hechos 7:35 dice, “A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza.” El Dios que se le fue manifestado a Moisés en realidad era un ángel. Esteban revelando este punto ante los Judíos esfatizó que para ver a Dios tenemos que ver al Hijo del Hombre que está en la diestra de Dios. Aunque nadie puede ver a Dios, el que está en el trono a la diestra de Dios, se manifestó delante de las personas como Hijo de Hombre. Aunque las personas del Antiguo Testamento vieron al ángel que Dios mandó, Jesús al venir a esta tierra las personas pudieron ver a la imagen de la sustancia de Dios.
Jesús es la Palabra que estuvo desde antes de la eternidad con Dios y vino en carne. Él esperó hasta el momento indicado en Narazet, predicó en Galilea, murió en Jerusalén, resucitó y anscendió al Cielo. Él ahora está a la diestra de Dios. Aunque Dios no puede ser visto, nosotros dependemos de Jesucristo quien Él envió. Obviamente como ahora está en el cielo no lo podemos ver en este mismo instante. Sin embargo, con los ojos espirituales lo podemos ver.
¿Desea ver a Dios? entonces vean a Jesucristo quien Él envió. Aunque con los ojos de la carne no le podemos ver, podemos ver aquel que está en los cielos con los ojos de la fe. También al orar no piensen en un ser abstracto sino postrensen hacia Jesucristo que está en los cielos. Él es quien históricamente vino a esta tierra a redimirnos de nuestros pecados, subió al cielo delante de muchas personas, y pidió el Espíritu Santo al Padre y fue enviado. También la Biblia que fue escrita por las personas que fueron inspirados por el Espíritu Santo están testificando sobre Jesucristo.
La vida de fe de aquellos que han visto al Hijo del Hombre
Jesús dijo a sus discípulos, “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre.”, sin embargo muchos de ellos le dejaron diciendo, “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Yo no puedo entender.” (Juan 6:51-52). Entonces Jesús pregunto a los discípulos restantes, “¿Queréis acaso iros también vosotros?”. Pedro respondió, “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna.” (Juan 6:67-68).
La razón por la cual las personas se alejaron de Jesús es porque ellos aunque habían seguido a Jesús lo vieron como un simple personaje majestuoso entre las personas. Este fue el mismo caso para uno de los doce discípulos de Jesús, Judas Iscariote. Él aun sabiendo la verdad de que Jesús no tenía ningún pecado lo vendió al sumo sacerdote. Pensó que al actuar de esta forma la inocencia de Jesús sería clarificada. Sin embargo, por el contrario, Jesús recibió la pena de muerte, y Judas quien lo vendió fue maldito.
Jesús dijo, “Yo no recibo el testimonio de hombre. Sino aquel que testifica sobre mí es Dios, el Espíritu Santo. Cuando ustedes reciban el Espíritu Santo también serán mis testigos.” Antes de que el Espíritu Santo morara no hubo nadie que conociera a Jesús completamente, o testificara sobre Él. Esto es el porque solo las personas que han recibido el Espíritu Santo conocen quien es Jesús y pueden testicarle.
Jesús dijo, “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” Solo las personas que reciben el testimonio del Espíritu Santo, osea las personas que conocen que Jesús es el Hijo de Dios, puede entender la palabra de Jesús, y también por medio de ello pueden obtener la vida. Las personas que vieron a Jesús como un simple hombre cuando Jesús les dijo, “Reciban mi carne y cómanla.”, responderán sorprendidos, “Nosotros no somos caníbales, ¿cómo vamos a comer la carne y sangre de un hombre?” Sin embargo, solo al recibir la palabra de Jesús espiritualmente podemos entenderla, y esa palabra puede llegar a ser vida para esa persona. La fe no está en la carne sino en el espíritu. Esta es también la razón por la cual la vida de fe es una vida espiritual. Aunque haya atendido a la iglesia desde hace mucho tiempo, si escucha la predica como palabra de hombre no tendrá ningún cambio, y ese espíritu no podrá vivir. Al recibir la Palabra de Dios tenemos que recibirla con inspiración.
La iglesia que tiene la palabra de vida eterna
Cuando la palabra es testificada por medio del obispo en la iglesia, debe ser escuchada por medio de la inspiración. Aunque esa palabra sale de la boca del hombre y entra en los oídos del hombre, no son palabras que salen del sentido común o sabiduría del mundo, sino es la palabra espiritual que sale de Dios. Solo la palabra espiritual puede vivificar a nuestro espíritu. Las personas que no reciben la palabra espiritual cuando asisten a la iglesia, es difícil que mantengan una vida de fe saludable. La razón por la cual nosotros nos arrepentimos, recibimos el bautizo y somos hombres y mujeres de Jesús es porque hemos recibido la palabra espiritual. También al recibir el Espíritu Santo y recibir los dones, manifestamos poderes, y experimentamos milagros porque hemos recibido la palabra de vida. Por ende la razón por la cual cada fin de semana nos reunimos en la iglesia es porque por medio de la misma recibimos la palabra de vida.
También podemos encontrar personas que salen de la iglesia por las debilidades y faltas encontradas en la iglesia. Sin embargo, aunque la iglesia tenga sus debilidades los santos tienen que reunirse en la iglesia para que sus espíritus reciban la palabra de vida. Obviamente, al reunirse en la iglesia los trabajos son diversos. Sin embargo, el escuchar la palabra de vida en la iglesia es un elemento crucial que no puede faltar. En el mundo podemos encontrar edificios mejores que la iglesia. Sin embargo, en la iglesia esta la palabra de vida. La palabra de vida de pronto no puede llenar las expectativas del hombre. Sin embargo, nuestro espíritu necesita de esa palabra.
Para escuchar la palabra de vida en nuestro corazón no debe de haber temor. La Palabra de Dios no puede entrar en el lugar lleno odio. Fue dicho que aquel que odia es homicida. De la misma forma, como en el corazón de Caín la Palabra de Dios no pudo entrar, en el corazón lleno de odio no puede entrar la palabra de Dios. Algunas personas dicen que como odian a un pastor la predica no entra en ellos. El hecho de que la predica no entra significa que la palabra de vida no esta siendo suministrada al espíritu. Esto es algo muy peligroso. Aquí esta la razón por la cual Jesús dijo, “Velad y orad, para que no entréis en tentación.” No debemos ver esto como una advertencia para otras personas. Esto no solo aplica para algunas personas. Para que todos nosotros no entremos en tentación siempre tenemos que estar despiertos y orar.
El escuchar la palabra de vida no es para otra persona sino para uno mismo. Dios nos da la palabra de vida, y nos llama a la iglesia. Como la iglesia es un lugar donde diferentes tipos de personas se reénen, siempre tiene la posibilidad de que pueda tener diversos tipos de conflictos. Pero a pesar de esto, la razón por la cual todas estas personas se reúnen y son uno es porque la palabra de vida obra entre ellos. La razón por la cual nosotros servimos, nos sacrificamos, y somos fieles a la iglesia es porque la iglesia tiene la palabra de vida. La confesión de Pedro, “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna.”, tiene que convertirse en la confesión de todos nosotros.
Carta de Simuón
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Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri