Servicio del Día del Señor del 19 de enero del 2025

Pastor Sung Hyun Kim

“¡Sea lleno del Espíritu Santo!” Esto no significa que recibir al Espíritu Santo. Este es un mandamiento dado a aquellos que ya han recibido al Espíritu Santo, en decir, a aquellos que han sido bautizados en el Espíritu Santo. Como se puede ver en el versículo “Por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo” (1 Cor 12:13), el bautismo en el Espíritu Santo significa entrar en el cuerpo de Cristo y convertirse en miembro de la iglesia. Por lo cual, el mandamiento de ser lleno del Espíritu Santo es dado a esas personas. Si alguien rechazara el mandamiento del Señor diciendo: “Entonces, no quiero ser lleno del Espíritu Santo. Con que pueda ir al cielo me basta. No necesito recompensas”, ¿será que realmente su fe será aceptada por el Señor? Aquellos que tienen una fe digna de la salvación, ciertamente deben ser llenos del Espíritu Santo.

Hay quienes interpretan la expresión “ser lleno del Espíritu Santo” como un llamado a buscar más del Espíritu Santo para llenar la falta de entusiasmo espiritual y la carencia de poder. Ellos piensan que cada vez que son llenados más del Espíritu Santo, la persona siente más vitalidad, el nivel de inspiración aumenta y alcanzan un estado elevado de fervor. Creen que, así como se le inyecta energía a un cuerpo debilitado, tienen que ser llenos del Espíritu Santo para reavivar la vida espiritual debilitada. Sin embargo, la idea de ser lleno del Espíritu Santo para suplir una deficiencia de energía espiritual es un concepto erróneo.

Este tipo de malentendidos sobre ser llenos del Espíritu Santo pueda generar una cadena de errores teológicos y, como resultado, puede llevar a las personas por el camino equivocado de la fe. Una de las razones por las cuales las personas desarrollan esta idea errónea es la forma en cómo se traducen las palabras del texto original en la Biblia. Por ejemplo, en coreano la palabra ‘llenura’ fue traducida en dos palabras separadas en el sustantivo ‘llenura’ y el verbo ‘recibir’. La tendencia humana de asociar el concepto de ‘recibir’ con la noción de posesión ha llevado a interpretar la ‘llenura’ como algo que se puede poseer. Sin embargo, lo que realmente se está diciendo con recibir la llenura del Espíritu Santo es ser llenos del Espíritu Santo. Y lo que debe ser lleno no es el Espíritu Santo, sino la cantidad de nuestro corazón dispuesto a someterse al Espíritu Santo.

Dios nos da el Espíritu Santo no por medida, sino de manera ilimitada (Jn 3:34). El Espíritu Santo mora en nosotros. Por lo tanto, cuando hablamos de ser llenos del Espíritu Santo, no significa que debemos buscar el resto del Espíritu Santo para llenar lo que nos falta. Aquellos que han recibido la salvación y el bautismo del Espíritu Santo no deben pedir pensando que les falta algo, como si solo hubieran recibido una parte del Espíritu Santo y que aún deben esperar a que el Espíritu Santo venga a llenar los vacíos que quedan. Aquellos que han sido bautizados en el Espíritu Santo, es decir, los que han entrado en el cuerpo de Cristo, ahora deben confiar plenamente en el Espíritu Santo.

Así es. El ser lleno del Espíritu Santo significa adoptar una actitud de sumisión a la guía y control del Espíritu Santo. Cuando tomamos esta postura, las promesas de Jesús finalmente pueden cumplirse a través de nosotros. Claro, el ser lleno del Espíritu se lleva a cabo completamente por la obra del Espíritu Santo. Sin embargo, Él no obra unilateralmente independiente de nuestra voluntad. Primero debemos tener la disposición de someternos al Espíritu Santo. Mantengamos esta actitud de sumisión al Espíritu Santo en cada momento que consideremos como hoy. Hagamos que la voluntad de Dios sea hecha a través de nosotros al tener la fe que da la bienvenida a la obra del Espíritu Santo, justo aquí y ahora.