Servicio del Día del Señor del 26 de enero del 2025
Reconocer al Señor presente personalmente en mí
(Efesios 5:18)
Pastor Sung Hyun Kim
Después de ser separado de Jesús, Pedro fue más cobarde e impotente que una persona común y corriente. Hasta llego a negar a Jesús tres veces delante de una sierva. Pero, después de un tiempo, ocurrió otro cambio en su vida. Al ser lleno del Espíritu Santo, Pedro testificó valientemente sobre Jesús delante de los mismos judíos que tanto lo habían odiado. Incluso ordenó al paralítico que mendigaba que se levantara en el nombre de Jesús y proclamó el Evangelio ante las personas que se sorprendieron al ver caminar al paralítico. Y, delante de los sanedrines que intentaban intimidarlo, declaró con valentía: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios.”
¡Aquellos que son conscientes de la presencia de Jesús! Ellos harán cosas que nunca podrían hacer con sus propias fuerzas, así como un barco que se mueve cuando el viento llena su vela. ¡En sus pensamientos, palabras y acciones manifestarán el carácter de Jesús, así como la carne es sazonada al ser fermentada con sal! ¡Ellos son controlados por la palabra de Jesús, como un guante que es controlado por la mano! La palabra de Jesús los mueve, la palabra de Jesús los impregna, y la palabra de Jesús los gobierna; caminarán paso a paso en el camino que guía el Espíritu Santo.
El ser lleno del Espíritu Santo no es otorgado exclusivamente a personas especiales. Cualquiera que elige aceptar y obedecer la palabra de Jesús puede recibirlo. Perder la llenura del Espíritu Santo es lo mismo que volver a la vieja vida. Primero, abandonemos el egoísmo y los deseos carnales. Lamentémonos por nuestra incapacidad de abandonar el pecado de manera firme. Dejemos a un lado la actitud egocéntrica en nuestra vida y pongamos nuestro corazón en Jesús, quien está con nosotros. No estamos separados de Jesús. Incluso ahora, Jesús nos está guiando, nos habla, y camina paso a paso con nosotros.