Servicio del Día del Señor del 12 de enero del 2025
No os embriaguéis con vino
(Efesios 5:18)
Pastor Sung Hyun Kim
Los discípulos que fueron llenos del Espíritu Santo lloraban, reían, oraban, alababan y danzaban juntos en aquel lugar. Al observar su comportamiento, algunos lo asociaron con los rituales religiosos de los gentiles inmersos en la cultura helenística de la época. Aquellos gentiles solían reunirse en templos para danzar frenéticamente, participar en actos sexuales desordenados, buscando éxtasis a través de estados de trance. Para alcanzar dicho estado, el consumo de alcohol era un elemento indispensable. Por eso, para quienes estaban acostumbrados a tales prácticas, los discípulos llenos del Espíritu Santo en el aposento alto parecían estar ebrios de vino nuevo.
¿Por qué las personas beben alcohol? En simples palabras, buscan una sensación de felicidad. Sin embargo, esa felicidad es pasajera, y cuando pasa el efecto del alcohol, la sensación de vacío vuelve con más fuerza. El hecho de usar el poder del alcohol para olvidar monetariamente la tristeza o los problemas que enfrentan no elimina la causa de ese dolor y dificultad. Al contrario, suele generar muchos más problemas. Lo que necesitamos no es un gozo momentáneo, sino el gozo eterno. El Señor nos prometió enviar al Espíritu Santo y dijo: “También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.” (Jn 16:22).
Caminar por el nuevo camino que Cristo nos ha dado en medio de la guerra espiritual, asemejarnos a Cristo en un mundo lleno de mentiras y reflejar el amor verdadero de Dios en un lugar donde no hay verdad, no es algo que podamos lograr con solo nuestras fuerzas. No poseemos mansedumbre ni humildad; somos egoístas y egocéntricos. Por lo tanto, para recorrer este camino hasta el final, necesitamos estar llenos del Espíritu Santo y que el gozo que Él da llene nuestro ser. No vivamos más como insensatos, sino recibamos la guía del Espíritu Santo. No nos conformemos con un gozo falso, sino disfrutemos del gozo eterno. Confiemos en las promesas del Señor confirmadas por el Espíritu Santo y vivamos como personas sabias.