2016.02.14 – Antes que se cierre la puerta
in SermonesAntes que se cierre la puerta
(Mateo 25:1-13)
Dios
Es infalible.
El
Universo creado por Él tiene términos y tiempos precisos,
La naturaleza
Tiene el carácter que el Creador le quiso infundir. (Eclesiastés 3:1-8)
Por esta razón,
Todo tiempo e intervalo
Está bajo la autoridad de Dios. (Mateo 24:36-37)
Si deseamos conocer a Dios, debemos ser puntuales.
Una generación viene y otra se va,
Pero Dios es inmutable. (Eclesiastés 1:4-11)
Dios tiene un tiempo para abrir las puertas
Y otro para cerrarlas, (Mateo 25:13)
Quien entiende esto tiene una fe sabia,
Mientras el que ignora esto u obra según su voluntad,
No podrá entrar allí.
Las costumbres del cuerpo, son prácticas espirituales
Y deben ser beneficiosas para el espíritu.
El hombre es restringido por el tiempo.
Los hombres del Espíritu Santo deben ser puntuales. (Juan 3:8)
○ El Señor salió al Jordán en el momento preciso,
En el momento preciso anunció el Evangelio
Y en el momento preciso habló acerca de la resurrección.
○ Como las necias vírgenes
No nos arrepintamos luego de que las puertas estén cerradas,
Entremos antes de que estas se cierren.
○ No pensemos en los que fueron enterrados,
Antes de que entren salvemos almas
Y salvémonos a nosotros mismos.
※ El tiempo de culto habla acerca de esto
Es una parábola del Cielo.
Entremos antes de que sean cerradas las puertas.
(Mateo 25:1-13)
1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
6 Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: !!Señor, señor, ábrenos!
12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
Resumen
Antes de que venga el tiempo debemos prepararnos
Dios es infalible. Entre los relojes que el hombre ha creado el reloj atómico es considerado como el más preciso, el cual cada 3 millones de años solo tiene un segundo de diferencia. Pero el más preciso que el reloj atómico es Dios. Con el tiempo de la eternidad, Dios no permite ni un segundo de error, sino que obra todas las cosas según su horario. El papel de las profecías escritas en la Biblia es anunciar previamente de lo que Dios eventualmente obrara. Las personas en el pasado, siguiendo esas profecías, esperaron la venida del Cristo, y Jesús siguiendo esa profecía fue manifestado, sufriendo la muerte y después de la resurrección ascendió al cielo.
Jesús respondió a los discípulos que le preguntaban sobre el fin del mundo diciendo, “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad.” (Hechos 1:7). El Señor dice claramente que nosotros no podemos saber el tiempo en el cual Dios ha determinó (Mateo 24:36). El hecho de querer saber lo que solo Dios sabe significa que quiere ser igual a Dios.
No debemos insistir en tratar de saber las cosas que Dios ha prohibido, sino que con un corazón humilde debemos obedecer. Los padres al determinar que algo no es bueno para sus hijos, no ven la necesidad de hacerlo saber a sus hijos. Esto es lo mismo con Dios. Por lo tanto, como nos dijo Jesús que no insistamos en saber los tiempos y las sazones, sino que siempre estemos despiertos preparando para ese día (Mateo 25:13).
Una vez que la puerta cierra no podemos volver otra vez
Los matrimonios tradicionales de los Judíos son hechos de una forma única. El novio recorre su barrio con sus invitados en el día pero cuando se pone el sol el novio entra al salón de matrimonio. Lo interesante, es el hecho de que cuando el tiempo determinado viene las puertas del salón son cerradas y desde ese momento nadie puede entrar. Aunque sea uno de los amigos más cercanos del novio pero una vez que las puertas son cerradas solo podrán felicitar al novio desde afuera.
En nuestra vida espiritual está la necesidad de evaluarse a sí mismo si de pronto las puertas están cerradas. Habrá personas que se reunirán para rendir juntos el culto al entrar a la puerta, y como siempre también habrá personas que seguirán afuera. El Señor no dijo que diez vírgenes esperaban al novio pero cinco de ellas entraron a las bodas y otras cinco no pudieron entrar, debemos recibir la palabra del Señor seriamente. Si la puerta es cerrada y aunque uno prepare el aceite a lo último, no podrá entrar a la puerta (Mateo 25:1-13).
Una persona al dar su testimonio dijo, “Hubo un tiempo en el cual yo ganaba mucho dinero. Si yo quisiera hubiera podido construir un centro de alabanza todo por mi cuenta.” De pronto algunas personas al escuchar estas palabras podrían pensar que esta persona tiene una gran fe. Sin embargo, esto fue algo del pasado. Él cuando tenía las puertas abiertas no entró.
El Señor se refiere a las cinco vírgenes que no entraron a las bodas como insensatas. Las personas insensatas cuando tienen la oportunidad ignoran la palabra del Señor, y al final después que la oportunidad desaparece desesperados tratando de buscar una solución. Debemos mirar si nuestra familia ya están afuera o no y estar atentos. Las familias en las cual las puertas ya están cerradas aunque otras personas les preste aceite y su ayuda no tendrán ninguna solución.
Antes de que la puerta cierre ame a la iglesia
Antes de que la puerta cierre debemos amar a Dios. Y si amamos a Dios verdaderamente, debemos amar al prójimo como a uno mismo. Lo que quiere decir amar como a uno mismo es amar con el amor maternal. Aunque si uno aguanta hambre, alimentar bien a sus hijos es el amor maternal. El hecho de que si uno sacrifique todas sus cosas, quieren hacer que sus hijos triunfen es el amor maternal.
Entre los que tenemos que amar con este amor maternal, el prójimo más cercano es la iglesia. Aunque se hayan reunido personas con diferentes nacionalidades, diferentes géneros, y con diferentes personalidades todos nosotros somos uno siendo el cuerpo de Cristo. Luego, el Señor dirá, “Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Por lo tanto, irán a las llamas del fuego donde fue preparado para el diablo y sus ángeles.” (Mateo 25:41-46). Ellos responderán diciendo, “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te servimos?” Algo que nosotros ahora debemos saber es la verdad de que amar a la iglesia es amar al Señor.
No hay ningún significado en recordar el pasado y lamentar sobre ello. Nosotros cuando podemos amar al Señor lo debemos amar. Cuando la puerta se cierra aunque queramos amarlo no lo vamos a poder hacer. En la Biblia, hay muchas escenas en la cual Jesús pasa al lado de las personas. Después de que Jesús pasa no hay otra oportunidad. Aunque dijera, “Cuanto me he esforzado hasta este momento preparando el aceite.”, una vez que la puerta es cerrada no abrirá nuevamente. El Señor ha advertido sobre esto previamente. Nosotros debemos amar a Dios antes de que las puertas cierren.
Carta de Simuón
En mi vida, he tenido muchos amigos de los cuales nunca me olvidaré. Aunque no los nombraré a cada uno, hay un amigo del cual quisiera compartir. Ser pastor es un trabajo muy único y de mucha demanda. Las personas desean que los pastores sean perfectos como Dios, y en el mundo es percibido como un individuo gentil y de refinado carácter. Por ende, hay muchas cosas contra las que el pastor debe luchar y superar por sí solo como un simple ser humano en la carne.
Existe la vieja fábula de que un barbero fue al rey para darle un corte de cabello. Él se sorprendió al ver las orejas del rey porque eran similares a las orejas de un burro. Él fue severamente advertido de no decirle a nadie sobre haber visto las orejas del rey; de lo contrario sería ejecutado. Desde ese día el barbero tuvo que mantener esto como secreto, pero se convirtió en una carga demasiado pesada para soportar por sí mismo, por lo que se enfermó.
Un día, el médico examinó su condición y notó que no podía ser curado con ninguna medicina. Así que le dijo al barbero: “Ve y grita el secreto que tienes en tu corazón dentro del agujero del tronco de un viejo árbol en un día de mucho viento”. El barbero hizo lo que le había prescrito el médico e inmediatamente recuperó su salud.
Las personas no pueden mantener lo que han visto en secreto, pueden enfermarse por tratar de esconderlo. Aun así un pastor tienen que vivir como el barbero toda su vida o por el contrario tendrá que sufrir severas consecuencias. ¿Cómo sería que hubiera otra persona como el barbero cerca del pastor?
Un pastor no es un dios; es un hombre con carne, un ser humano promedio. La única diferencia es que vive una vida santa y devota a cuenta de su cargo celestial. Es muy difícil porque tiene que soportar la agonía por sí mismo, pero en la realidad, tampoco lo es para sus amigos cercanos. Aun así, no podría estar más feliz si hubiera alguien que genuinamente me conociera para pararse en mi defensa. En la Biblia, se encuentra la historia de Cam (Canaán), que fue eternamente maldecido junto con sus descendientes porque no pudo callar y le dijo a sus hermanos que vio la desnudez de Noé. Esto demuestra cuan significante la conducta de un subordinado puede ser.
El anciano Kwi-Il Cho fue inicialmente empleado como conductor del bus de la iglesia hace 36 años, finalmente fue ordenado como diácono y luego como anciano. Durante esos 36 años, estuvo conmigo cada día, excepto cuando estaba en el extranjero, pero ahora ha dejado mi lado debido a su avanzada edad. Quiero elogiarlo porque fue más que un empleado de la iglesia, tuvo un sentido de propietario. Él fue un gran administrador, sin ninguna duda.
Como aquel que se encargó de todos los asuntos relacionados con mi familia y residencia, además de todos mis movimientos como pastor, fue muy fiel y supo como mantener silencio. Probablemente no hay ningún pastor, ministro laico o diácono que no haya recibido un regaño de parte del anciano Cho por lo menos una vez, no por su carácter, sino porque tuvo un real sentido de propiedad por los asuntos de la iglesia. Sin ninguna duda me trajo gran gozo. Espero que todos tengamos este sentido de propiedad.
Columna de Adoración del Día del Señor
Pastor Ki-Dong Kim
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri