Servicio del Día del Señor del 9 de febrero del 2025
Dad siempre gracias por todo
(Efesios 5:20)
Pastor Sung Hyun Kim
Si la gratitud del rey Josafat hubiera sido expresada solo después de la victoria, no habría sido tan admirable. Claro está que en el mundo hay quienes, aun después de vencer, no dan gracias. Considerando su triunfo como algo natural y no dan gracias porque en su corazón piensa que lo merecen. En cambio, aquellos que reconocen que su victoria proviene de Dios y dan gracias son bienaventurados. Pero hay personas aún más bienaventuradas: aquellos que, como el rey Josafat, aunque aún no han obtenido la victoria, creen con certeza que la recibirán y dan gracias por adelantado.
Todo proviene de Dios, ya sea que nos cause alegría o sufrimiento. Por eso, podemos dar gracias en todo momento. La persona llena del Espíritu Santo confía en que Dios obrará para bien en todas las circunstancias. No duda de que Dios lo cuida con sabiduría y amor, sin importar que tipo de pruebas o dificultades esté pasando. Por eso, puede dar gracias incluso en el dolor. Puede agradecer aunque su salud decaiga e, incluso, cuando pierde a un ser amado, como hizo Job al perder a sus hijos en un solo día.
Todo lo que experimentamos acabará revelándose como algo bueno en Cristo. Somos herederos junto con Él y ya hemos entrado en Su gloria. Como Él intercede por nosotros ante Dios, todo lo que enfrentamos – ya sea alegría o tristeza – se convertirá en motivo de alabanza y gratitud. Como estamos en Cristo, nuestra gratitud es, en última instancia, la gratitud de Cristo mismo hacia el Padre Dios. Glorifiquemos al Padre Dios, que es fuente de toda buena dádiva y todo don perfecto. En cualquier circunstancia, sea cual sea la situación, demos gracias al Padre Dios en Cristo.