2015.02.21- Reciba los dones del Espíritu Santo
in SermonesReciba los dones del Espíritu Santo
(1 Corintios 12:4-11)
Dios
Está vivo y obrando.
Él
Se manifestó a la humanidad que no le puede ver
De forma clara y visible,
Esto fue a través de Jesucristo. (Juan 1:18)
A través de Él
Vimos la gloria del unigénito de Dios y la verdad, (Juan 1:14)
Y por creer en esta verdad
La gloria que se manifiesta en nuestros corazones
Se revela a través del poder, el conocimiento de la verdad y las claras experiencias. (Juan 14:16-17)
Las experiencias de los que creen en Jesús
Son las mismas ayer y hoy. (Hebreos 13:8)
Las personas tienen una fe conceptual porque no tienen experiencias,
Por aferrarse a una fe conceptual que no tiene garantías,
Caen en la tentación y se corrompen.
Necesitamos al Espíritu Santo
Para que de garantía eterna acerca de nuestro espíritu. (Romanos 8:16)
El Espíritu Santo da testimonio en nosotros
A través de múltiples dones.
No caigamos luego de haber gustado los dones celestiales. (Hebreos 6:1-8)
○ Los dones del Espíritu Santo
Son la capacidad del poder espiritual de una persona espiritual.
Sin poder espiritual no se puede ser espiritual.
○ Aunque seamos ineptos para las cosas del mundo,
No debemos serlo para el reino de Dios.
Debemos tener testimonio de nuestra fe por el poder del Espíritu Santo.
○ Antes de creer, éramos llevados por ídolos
Pero luego de venir la fe
Debemos ser llenos del Espíritu Santo y tener poder.
※ Debemos tener la victoria en las cosas del mundo
Pero ante todo debemos ser espirituales.
Debemos ser quienes tengan la victoria en lo espiritual.
1 Corintios 12:4-11
4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.
5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.
6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.
10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.
Reciba los dones del Espíritu Santo
(1 Corintios 12:4-11)
Dios, Jesucristo, la Biblia y el Espíritu Santo
Dios está vivo. Para la gente es fácil pensar que es un ser filosófico, ya que no le pueden ver. Sin embargo, Dios está vivo y por lo tanto está obrando. A través de Moisés, Dios se reveló a los israelitas. Los israelitas siguieron a Dios al escuchar a Moisés. Cuando Dios se manifestó a Moisés, se llamó a sí mismo “el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob” (Éxodo 3:15). Sin embargo, quien realmente se encontró con Moisés fue un ángel (Hechos 7:30-35).
Cuando llegó el tiempo, Dios envió al Hijo unigénito que estaba en Su seno al mundo. Hoy en día, no percibimos a Dios como un concepto abstracto, sino que estamos seguros que está vivo y que envió a su Hijo unigénito. No es con nuestra imaginación que creemos en Dios; creemos viendo, escuchando y conociendo a Dios. Si los incrédulos preguntan: “¿Has visto a Dios?”, debemos ser capaces de responder que lo hemos hechos, incluso hasta la muerte.
Todo esto es posible, porque el Hijo de Dios vino a este mundo. Todo lo que Jesús dijo y logró fue de Dios el Padre. Incluso Jesús dijo: “¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.” (Juan 14:10-11)
El apóstol Juan confesó que Jesús es el Hijo de Dios con certeza. Jesús es el Creador, Él estaba con Dios desde la eternidad pasada y creó todas las cosas con Él (Proverbios 8:22-31). Jesús vio a Dios y escuchó sus palabras. Jesús conoce a Dios y cumple su voluntad. La palabra entregada a través de Moisés es importante, pero debemos escuchar las palabras de Jesús. Juan 1:17 dice: “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.”
Los ángeles no lo saben todo acerca de Dios. Jesús dijo “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” (Juan 15:15) Pero Jesús, el Hijo de Dios, conocía a Dios, y por lo tanto reveló a Dios. A pesar de esto, la gente no creía en Jesús. 2 Corintios 4:3-4 dice: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”
Jesús ya fue al Cielo, por lo tanto nadie le puede ver. Sin embargo, tenemos la Biblia en el mundo, ella fue escrita por las personas que vieron y escucharon a Jesús. A través de la Biblia somos capaces de conocer a Jesús, incluso ahora que está en el Cielo. Conocer a Jesús a través de la Biblia o conocerle a Él directamente no tiene mucha diferencia. Las obras del Espíritu Santo lo hacen posible.
Siendo productivos para Dios
La palabra de Dios viene a nuestro espíritu a través del Espíritu Santo. Jesús dijo: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” (Juan 6:63). La Palabra de Dios es espíritu, por esta razón entra a nuestro espíritu y no a la carne. Nuestro espíritu se corrompió por el pecado de Adán. Pero al bautizarnos en el nombre de Jesús enterramos al hombre viejo que estaba bajo la Ley y tenemos comunión con Dios.
Las personas no tienen una fe resonante si reciben la Palabra de Dios a través de su mente y no por el Espíritu Santo. Jesús dijo que cuando venga el Espíritu Santo, Él convencería al mundo de pecado, justicia y juicio (Juan 16:8). Él estaba enfatizando que el Espíritu Santo nos enseñaría la Palabra de Dios de forma precisa y firme. Nuestro espíritu no puede recibir apropiadamente la Palabra de Dios sin el Espíritu Santo.
Algunas personas dicen que escuchan las palabras del Espíritu Santo y le tratan como a un adivinador. Igualmente, hay personas que toman ventaja de los deseos de la gente y actúan como si pudieran ver el futuro por el poder del Espíritu Santo. Jesús dijo: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” (Juan 16:13). Además dijo “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26). El Espíritu Santo no habla de acuerdo a sí mismo, sino que nos testifica las palabras que Jesús dijo.
Jesús conoce a Dios, vino a este mundo como el Hijo del Hombre y entró al Cielo. El Espíritu Santo es quien obra para que las palabras de la Biblia que Jesús dejó en el mundo se manifiesten como realidad en cada uno de nosotros. Debemos confiar en el Espíritu Santo y experimentar la verdad que está escrita en la Biblia. Tenemos un testimonio infalible acerca de nuestra fe. Incluso, luego de una vida de iglesia, la gente que no tiene este testimonio ora en su lecho de muerte, “Dios, sálvame si realmente estás vivo” ¿Por qué sería tal persona salvada?
No podemos ser inútiles delante de Dios. Mateo 25:30 dice: “Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.” La razón por la que Dios nos habla es para usarnos. Debemos hacer que Dios nos use. Nuestra eternidad no se encuentra en la tierra. Pronto dejaremos este lugar y seremos glorificados con el Señor en el Cielo.
La manifestación del Espíritu Santo
Está escrito en 1 Corintios 12:4-5 “ Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.” Los dones del Espíritu Santo son varios. Sin embargo, todos son obra del Espíritu Santo. También hay diferentes ministerios en la iglesia, como pastores, diáconos, maestros, coros, etc. pero todos son para el Señor. Cuando los santos llaman a Jesucristo como Señor, están confesando que son sus siervos y que el ministerio que se les confió es del Señor.
1 Corintios 12:6 dice: “Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.” Tomemos el servicio de la Iglesia como un ejemplo. Los santos no sólo rinden servicio en el centro de adoración el día del Señor, sino que las ganancias que obtienen durante sus vidas laborales en la semana también son esenciales para la Iglesia. Si una persona es útil para el Reino de Dios ante los ojos de Dios, entonces puede adquirir más riquezas. Por otra pare, si Dios toma a una persona como un hipócrita inútil, ciertamente, no le ayudará. Así como lo dijo “Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.” (Mateo 25:29), tal persona puede perder incluso lo que tiene. No es erróneo pedirle a Dios abundancia material. De la misma manera, que pedimos sentido espiritual, debemos pedir abundancia material. Lo importante es si somos o no útiles para Dios. Si alguien busca las riquezas materiales para el Reino de Dios y usa esos bienes para el Reino, Dios ciertamente le ayudará.
En 1 Corintios 12:7 dice: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.” La fe debe ser seguida por las experiencias y la persona que las tiene debe crecer. Hebreos 6:1-2 dice: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.” Lo triste es que muchas personas han recibido los dones espirituales, pero han caído en vez de mantenerlos. Debemos escuchar las palabras que advierten que los que han gustado los dones celestiales, los poderes del siglo venidero y la Palabra de Dios, y recaen no tienen perdón. (Hebreos 6:5-6)
No debemos dejarnos llevar por los deseos de la carne y volver al mundo. Jesús dijo: “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.” (Mateo 13:47-48) Dios no acepta a las personas simplemente, porque vienen y se sientan en la Iglesia el día del Señor. Así como el pescador saca los malos peces de la red y el agricultor desecha los granos malos, el Señor separará a los inútiles de aquellos que llaman su nombre. Necesitamos pensar acerca de cómo vamos a llamar la atención de Dios y complacerle.
1 Corintios 12:8 dice: “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;” La palabra de conocimiento no hace referencia al conocimiento general. Debe haber objetividad en el conocimiento y uno debe ser capaz de rendir su vida por este. Uno no puede testificarle a los otros acerca de un conocimiento general del cual no está seguro. Por esta razón, a través del Espíritu Santo debemos entender lo que Dios está haciendo.
En el verso 9 y dice: “ a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.” La palabra “profecía” no significa adivinar el futuro. Las palabras del Antiguo Testamento son básicamente profecías acerca de Jesucristo. Jesús mismo dijo que todas las profecías y la Ley hasta Juan el Bautista revelaban a Jesucristo al mundo (Mateo 11:13). Desde que el Espíritu Santo vino a los creyentes, la palabra profeta significa predicador, en otras palabras, la persona que confirma el hecho de que Jesucristo cumplió todas las profecías.
Hay personas que desean ver visiones, ellas necesitan preguntarse acerca de los motivos detrás de este deseo, si es por simple curiosidad o porque quieren jactarse delante de los otros. Una persona puede no beneficiarse de tales visiones. Para usarlos también debe tener el don de discernimiento de espíritus.
Sea humilde ante el Espíritu Santo
1 Corintios 12:11 dice, “ Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” Dios desea darnos varios dones libremente. La pregunta importante es cuánto los necesitamos y si somos capaces de manejarlos. Los padres no le compran un carro a su bebé porque le aman. Esperarán que este niño crezca y tenga licencia para conducir. La razón por la que Dios no nos otorga los dones espirituales es porque no somos capaces de manejarlos. Si continuamos en este estado, la posibilidad de recibir los dones será verá disminuida.
La evidencia de que le pertenecemos a Dios ha sido demostrada porque Dios derramó el Espíritu Santo sobre nosotros. Las palabras de la Biblia se nos manifiestan como una realidad a través de las obras del Espíritu Santo. El hecho de que nuestra fe no es misticismo que sigue emociones, es confirmado por el Espíritu Santo. Por lo tanto, los santos deben tener las manifestaciones del Espíritu Santo.
Dios no nos abandona. Jesús dijo “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.” (Juan 14:18-19). Y ciertamente, Jesús envió al Espíritu Santo luego de ascender al Cielo. Ahora debemos desear las manifestaciones del Espíritu Santo. Debemos hacer que Dios nos use. ¿Puede una persona que ignora al Espíritu Santo serle útil a Dios? ¿Alguien que dice “He recibido el don de lenguas y no me sirve de nada”, puede ser usado por Dios? Debemos ser humildes ante el Espíritu Santo. Para no convertirnos en inútiles delante de Dios, debemos ser bendecidos y ser felices a través del Espíritu Santo.
Carta de Simuón
A lo largo de mi vida he padecido pobreza y hambre extrema. También he estado en enfermedad y dolor. Después de perder mi padre a temprana edad, mi vida fue muy lamentable como cabeza de mi hogar. También fui tratado muy mal cuando era joven y trabajaba como ayudante en la casa de otra persona. Pero mirando atrás en mi vida, lo que más me aflige es mi ignorancia. Fui capaz de superar el hambre y llenar mi estómago a través de un ingreso recibido; pude salir de mi pobreza y tener una vida cómoda cuando me surgían oportunidades en el mundo, y aunque me sintiera enfermo, me recuperaba nuevamente con el tiempo. Sin embargo, la ignorancia fue un enemigo que me siguió como sombra todos los días de mi vida.
Tal vez caminaba en las calles vistiendo buena ropa, pero todavía no podía esconder mi ignorancia. Aunque una buena oportunidad de trabajo se presentara, no era relevante para mi ya que no podía dar un paso adelante debido a mi ignorancia, a pesar de tener una familia a cargo y tantas situaciones difíciles. En el espejo veía a alguien que no tenía ningún problema físico, e incluso era bien parecido. Sin embargo mi ignorancia se convirtió en el destino del cual no podía deshacerme, el cual se burlaba y maldecía toda mi vida. Nada en el mundo era más triste que esto. No estoy diciendo que sea docto hoy en día. Todavía hay momentos en los cuales lloro y agonizo por culpa de mi ignorancia.
Esta aflicción no se puede describir con palabras. En un esfuerzo por lidiar con esta frustración, todos intentan enviar a sus hijos a la guardería lo más pronto posible e inscribirlos en buenas escuelas. Presionan a sus hijos, los cuestionan e incluso les ruegan que estudien. Aun así, los hijos no pueden entender la vida de sufrimiento de sus padres y no escuchan. Eventualmente cuando se dan cuenta de su ignorancia, ya es demasiado tarde.
Como una sombra oscura, esta aflicción me sigue donde quiera que voy. No solamente demuestra quien soy, si no que me lleva a la desesperación. Aunque coma y vista bien, o gane una fortuna, no sirven para nada contra esta tristeza. Bajo la intensa luz del día, mi sombra crece más oscura y desea aferrarse a mi vida y mi destino. Permanece como una sombra oscura que solo desaparecerá cuando yo muera y vuelva al polvo finalmente.
Esta es el la razón por la cual anhelaba ir a la escuela. Pero, durante el periodo que no podía recibir una educación, leía la Biblia dada por Dios una y otra vez. La Biblia dice que Dios amó de tal manera al mundo que dio a su Hijo unigénito, Él es la verdad de Dios y el conocimiento que estaba con Él. Por esta razón, me esforcé para convertirme en un experto en el conocimiento que le es dado universalmente a la humanidad. Mi corazón esta lleno de gran angustia, mientras veo la ignorancia de la gente que lee la Biblia en la actualidad.
Simuón
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación y traducción: Ministro Da Un Chung