Servicio del Día del Señor del 18 de agosto del 2024
Los cristianos que hablan la verdad con su prójimo
(Efesios 4:25)
Pastor Sung Hyun Kim
Esto es lo que Dios espera del nuevo hombre que fue creado en la justicia y santidad. El Señor dijo a través de Pablo: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.” (Ef 4:25). En la vida que sigue la imagen de Dios, lo primero que se menciona es el tema de la mentira y la verdad. Para nosotros que estamos contaminados por el pecado, esto puede parecer inesperado. Sin embargo, el Señor trata la mentira con gran seriedad hasta el punto de llamar al diablo como el padre de la mentira y advertirnos a través del apóstol Juan que “Todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre.” (Ap 21:8).
Jesús es la verdad y el Espíritu Santo es el Espíritu de la verdad. Para los cristianos, estas palabras son fáciles de confesar. Si miramos literalmente, Jesús es la naturaleza misma de la verdad, y el Espíritu Santo obra donde está la verdad. Sin embargo, en cambio de entender esta palabra según esta perspectiva, muchos tienen la tendencia de tratar el concepto de la ‘verdad’ simplemente como una teoría misteriosa y profunda. Como resultado, aquellos que están atrapados en este prejuicio con frecuencia se enfocan más en obtener un conocimiento profundo y secreto cuando escuchan las palabras, “Jesús es la verdad. El Espíritu Santo es el Espíritu de la verdad. La verdad os hará libres.”, en cambio de pensar en la veracidad de Dios y nuestra responsabilidad de asemejarnos a esta naturaleza en nuestras vidas.
Luego de que Israel cayó y fue invadido por los gentiles por décadas, Dios, según el pacto que hizo con Abraham, estaba dispuesto a salvarlos y hacerlos bendición. A través del profeta Zacarías, Dios revelo Su voluntad a Su pueblo, y al mismo tiempo les dio el mandamiento de lo que deben hacer. “Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo.” (Zac 8:16). Esto no significa que tenga decir todo lo que sabe. El hablar lo que conoce puede ser una injusticia, mientras que no hablar lo que sabe puede ser justicia. Lo que importa, ya sea que hable o guarde silencio, es si sus acciones provienen de una buena intención de amar el reino de Dios. Si nosotros, los miembros de la iglesia, nos amamos sinceramente los unos a otros con todo corazón, Dios bendecirá a todas las naciones a través de nosotros. Como nuevo hombre, lo que tenemos que hacer es claro: seamos cristianos que desechan toda mentira y hablan la verdad con nuestros hermanos en la fe.