Servicio del Día del Señor del 4 de agosto del 2024

Pastor Sung Hyun Kim

“¿Por qué sigues diciéndome que tengo que cambiar? El Señor ya me ha aceptado. En el momento en que creí en Jesús mi espíritu ya ha sido salvo, yo creo que mi espíritu sí irá al cielo. Aunque no soy una persona perfecta, mi espíritu ya ha recibido el amor de Dios. Así que, por favor, para de decirme que tengo que cambiar. A pesar de que mi carne siga pecando, lo importante es el espíritu y no la carne, usted mismo lo sabe, ¿verdad? Mi espíritu es libre por la verdad. Así que deje de hablarme de la moral.”

Desafortunadamente, al parecer muchos cristianos piensan de esta manera. ¿Qué su espíritu ha sido salvo y dirá al cielo? Por lo tanto, ¿las acciones de la carne no importan? Así es como Pablo exhortó a los santos en la Iglesia de Éfeso: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Ef 4:22-24). ¡Renovados en el espíritu de vuestra mente! Así es. Pablo pidió a los santos de la Iglesia de Éfeso la determinación de cambiar.

Dios nos viste del nuevo hombre. Pero antes de ello, hay algo que debemos hacer. Esto es tener la determinación de que será renovado. Aunque no tenemos nada que ofrecer a Dios, Él no se rinde de nosotros. Con solo ver el hecho de que Dios nos pide la determinación de cambiar, nos muestra Su amor hacia nosotros. Dios desea que preparemos un entorno para recibir al nuevo hombre. Para ello, primero debemos despojarnos del viejo hombre. Luego, debemos tener la determinación de ser renovado continuamente.

Entonces, ¿quién es este ‘yo’ que tiene que ser renovado? Pablo no dijo que la ‘mente’ es lo que tiene que ser renovado, o que el ‘espíritu’ es lo que tiene que ser renovado. Él enfatizó que el ‘espíritu de la mente’ tiene que ser renovado. La frase ‘espíritu de la mente’ se explica considerando al texto original en griego. ‘Renovar el espíritu de vuestra mente’ significa que este cambio no ocurre simplemente en el ámbito del pensamiento o razón sino es una área mucho más profundo y fundamental, especialmente en un ámbito moral. Más allá, este cambio no es solo un cambio conceptual, sino un fenómeno espiritual que realmente ocurre.

El cambio que comienza en el espíritu de la mente influencia toda la mente. Aunque este cambio comienza cuando obedecemos la palabra, el impulso a ese cambio es otorgado por Dios. Por lo tanto, este cambio es algo que este mundo no puede imitar, y esto manifestará un gran poder en la realidad. Especialmente, aquellos que el espíritu de su mente es renovado obtendrá una capacidad sorprendente moral, que los llevará a tener un cambio en sus acciones, la cual servirá como evidencia clara de este hermoso cambio espiritual. Todos tengamos la determinación de renovar el espíritu de nuestra mente. La renovación del espíritu de nuestra mente tiene que continuar todos los días de nuestra vida, sin cesar. Dios se complacerá de nuestra determinación de cambiar y nos ayudará con Su poder.