Servicio del Día del Señor del 7 de julio del 2024

Pastor Sung Hyun Kim

“¿Son las acciones importantes? La fe es lo que importante.” “Ahora dejemos de hablar de la moral. Solo enfoquémonos en lo espiritual.” “La persona con inspiración no vive por la consciencia. Dejemos aún lado toda afirmación legalista.” “Como he sido redimido de los pecados, los requerimientos de la Ley ya no aplican en mí.” Desafortunadamente, existen algunos cristianos que afirman esto. A pesar de los muchos versículos sobre el carácter moral hallados en ambos en el Antiguo y Nuevo Testamento, deciden en ignorarlas. Debemos tener claro que todas las palabras escritas en la biblia tienen el propósito de protegernos del pecado.

Sin embargo, ¿cómo se manifiesta el pecado? En otras palabras, ¿cómo podemos observar el pecado? El pecado se manifiesta a través de las malas acciones, es decir, las acciones moralmente injustas. Por lo tanto, si enfatizamos la salvación por fe y descuidamos de las acciones injustas, es como si sus pies corrieran hacia el pecado, mientras que sus bocas hablan la salvación. El Señor dijo claramente, “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; más cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.” (Mt 5:19).

Sin duda, nosotros no podremos dejar de cometer pecados por nuestra debilidad. Por lo tanto, debemos tener un corazón de arrepentimiento. El afirmar que está bien pecar es completamente diferente a reconocer la debilidad de uno y sentir dolor por ello. Aquellos que tiene un corazón duro y llegan a perder la sensibilidad moral están lejos de la vida de Dios. Tal persona no solo se entregará a la lascivia como los gentiles, sino que será dominado por la codicia llevando a que realicen la impureza como su profesión. Dios los dejará en su mente depravada, haciendo que continúen haciendo las obras injustas.

La Ley no ha sido abrogada. El mandamiento de la Ley es amor. En el caso de que, si una persona practica perfectamente el amor, ha cumplido con toda la Ley. La fe no abroga la Ley, al contrario, establece la Ley firmemente. Lo que debemos abandonar no es la justicia que demanda la Ley, sino la actitud opresora que se mostraba con frecuencia en el proceso en donde las personas practicaban la Ley, en la cual menospreciaban la voluntad y elección de cada individuo imponiendo su propia voluntad en los demás unilateralmente.

Jesús es la luz del mundo. La gran mayoría de las personas han rechazado esa luz e incluso hoy en día no les gusta. En la presencia de la luz no puede continuar sus malas acciones que realizaban en la oscuridad. Enfatizar la fe y defender las malas acciones no es diferente a caminar valientemente hacia el infierno. Especialmente, nunca debemos cometer la mala acción de blasfemar la iglesia y oponernos a ella. Tengamos la determinación de no heredar a nuestros descendientes el pecado que no tiene perdón por la eternidad. Hagamos que estas palabras del Señor, “Los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida.” sean hechas en nosotros y nuestros descendientes.