Dios ha dado a un pastor a la iglesia para capacitar a los santos, haciendo que sirvan en el ministerio y edifiquen el cuerpo de Cristo. Entonces, el cuerpo de Cristo que fue edificado de esta manera, ¿qué forma debe de tener? En otras palabras, ¿cuál es la meta especifica que los pastores y los santos deben lograr para edificar la iglesia según la voluntad de Dios? Con respecto a esto, Pablo escribió en la carta para la iglesia en Éfeso diciendo: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.”

Ante todo, la iglesia debe estar unidad en el ‘contenido de la fe’. Por ello, debemos tener cuidado con cualquier afirmación o interpretación doctrinal que se desvíe del Evangelio transmitido por los apóstoles. Como es evidente en la división de la iglesia de Corintios, la acción de menospreciar o descuidadamente distorsionar el Evangelio que ha sido llevado a todas las naciones puede resultar en la división de la iglesia. Por lo tanto, debemos recibir humildemente la amonestación que Pablo hizo hacia la iglesia de Corintios. “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.”

Incluso, la iglesia debe estar unida en el ‘conocimiento del Hijo de Dios’. Esto no simplemente se refieren al hecho de tener el mismo conocimiento de la salvación. La palabra ‘conocer’ en la Biblia a menudo se refiere a la profunda relación entre esposos, pero estar unidos en el conocimiento del Hijo de Dios se refiere a un conocimiento aún más exacto, preciso y completo que este. Este conocimiento se obtiene a través de una vida que fielmente aprende y obedece completamente la palabra de Dios. De la misma manera, una vida con una profunda comunión con el Señor no se separa de una profunda comunión con los santos. La comunión con los santos en el Evangelio es una condición necesaria en la comunión con el Señor.

La iglesia también debe de tener unidad en la ‘obra que lograr el crecimiento espiritual’. El significado de lograr un crecimiento espiritual no es meramente acumular conocimiento espiritual, sino se enfatiza en el crecimiento, por el cual no se puede lograr con el poder humano, sino solo por el poder del Espíritu Santo. La meta de este crecimiento es llegar hasta la medida de la estatura de la plenitud de Jesucristo. La bondad y benevolencia de Jesucristo, Su justicia inquebrantable frente al pecado, Su veracidad y fidelidad, y Su falta de variación son los aspectos que deberíamos asemejar. Por supuesto, que no podemos parecernos perfectamente al Señor en ello. Sin embargo, el Señor desea que nos esforcemos para llegar a hacerlo.

“Señor, no tengo nada. No he hecho nada bien hasta ahora, y no tengo nada.” El Señor nos dice: “En ti está la bendición que pertenece al cielo. Ya te lo he dado. La plenitud de Cristo está en tu interior. ¡No te rindas hasta que crezca y tenga fruto!” El Señor tampoco se rinde con nosotros. Aunque nuestros pasos puedan ser lentos, el Señor camino con nosotros. Él conoce que nosotros no podemos lograrlo con solo nuestras habilidades, por eso está con nosotros y nos ayuda. No paremos en nuestros pasos para asemejar al Señor. Cumplamos la voluntad del Señor que planea un perfecto final con un perfecto poder.