Servicio del Día del Señor del 24 de diciembre del 2023
El hombre interior tiene que ser fortalecido
(Efesios 3:16)
Pastor Sung Hyun Kim
¿Qué pasaría si otro ser en mi interior pretendiera ser yo? Más allá, ¿qué pasaría si yo tuviera que tomar responsabilidad de lo que este ser haga? Y, ¿si esa responsabilidad es eterna? En realidad, muchas personas se encuentran en esta situación. Lo que es desafortunado, es que los cristianos no son una excepción. Dios ha enviado a Cristo para salvar al verdadero yo, en cambio, del falso yo. Sin embargo, ¿cómo se cumplirá la voluntad de Dios en mí, si ni siquiera uno mismo conoce quién es el verdadero yo?
Las personas del mundo tratan de buscar al ser verdadero ser a su manera. En este proceso, ellos le prestan mucha atención a la consciencia. Sin embargo, este no es el verdadero yo. La consciencia es el ámbito donde los espíritus malos pueden tomar control y dominar su voluntad. Por otro lado, en la psicología y psiquiatría identifican aquellos que están cansados de perseguir los deseos del mundo y atormentados por los efectos secundarios de los deseos no cumplidos como el verdadero yo. Pero esto tampoco es el verdadero yo. Por el hecho de resolver la frustración que viene por la falta de amor y la ansiedad por la carencia de lo material, no puede traer la felicidad auténtica al verdadero yo. Esto es porque la causa fundamental que llevan a estos problemas sigue intacta.
Pablo ofreció una gran oración con súplica al Creador, que es Dios. Esta oración marcó un nuevo giro en la historia de la humanidad, diferente a cualquier oración del pasado. ¿Qué contiene esta oración? Pidió a Dios que fortaleciera al hombre interior de los santos con el poder del Espíritu Santo, conforme a las riquezas de Su gloria. ¿Por qué será que pidió por el hombre interior, en vez de otras cosas? Esto es porque el hombre interior es el verdadero yo que Dios ha salvado y desea guiarlo acorde a Su voluntad.
El hombre interior se deleita de la ley de Dios. En lo contrario, el hombre exterior se opone a que el hombre interior se acerque a Dios. Por lo tanto, el hombre interior y el hombre exterior están en constante conflicto. El problema está en que el hombre interior es extremadamente débil a comparación del hombre exterior. La fuerza del hombre exterior es grande y su naturaleza es violenta. Para que el hombre interior pueda controlar al hombre exterior, tuvo que ser fortalecido gradualmente a través del poder del Espíritu Santo, justo luego de que recibiera la salvación. Desafortunadamente, para muchas personas estos cambios ni siquiera han comenzado. Aunque el hombre interior ha sido salvo, continúa sufriendo la tiranía del hombre exterior, la influencia de los espíritus malos y abuso del diablo. Como resultado, a través de estas aflicciones llega afectar a la iglesia, que es el cuerpo de Cristo.
El fortalecer al hombre interior es la obra que solo el Espíritu Santo puede realizar. Solo cuando el Espíritu Santo derrama Su poder, el espíritu puede ser fortalecido y vivir su vida. Los malos pensamiento, planes y actitudes salen constantemente de la carne, pero si los oprimimos al obedecer al Espíritu Santo, el hombre interior se llenará cada vez más de la naturaleza de Dios, haciendo que la influencia del hombre exterior sea debilitada. Cuando escuchamos la palabra de Dios en la iglesia y mantenemos una vida que pone esto en práctica, el hombre interior será fortalecido gradualmente. Cuando el número de santos que han fortalecido el hombre interior incrementa, la iglesia podrá sostener el llamado que ha recibido y tendrá fruto en abundancia.