Servicio del Día del Señor del 17 de septiembre del 2023

La salvación por gracia sin méritos humanos

Pastor Sung Hyun Kim

Un día el Hijo de Dios se manifestó en la tierra. Él murió, resucitó y finalmente ascendió al cielo. Este es el momento en donde el verdadero Rey apareció, y todo el orden del universo cambió. En este mismo tiempo, Dios determina que los creyentes también serán resucitados con Cristo y ascenderán al cielo juntos. El mismo poder que resucito al Hijo y levanto al trono del cielo se aplica igualmente en los creyentes en la iglesia. Por lo tanto, la iglesia entiende que su vida pertenece al deber de Cristo, y todas las cosas dan testimonio de la superioridad de Dios, que otorgo abundante gracia a la iglesia.

Nuestra salvación en Cristo no tiene ninguna relación con nuestros méritos. No importa cuán extensa sea nuestro conocimiento espiritual o cuánto tiempo hayamos estado en la iglesia, estos factores no determinan nuestra salvación. Ni siquiera las acciones más maravillosas del hombre, pueden reemplazar la gracia de Dios. Está claro recalcar, que este énfasis no niega la importancia de las acciones que vienen junto con nuestra fe. La persona con fe verdadera entenderá la expectativa del Señor, quien lo ha salvado del pecado, y en su vida manifestará la obra de la nueva vida.

Por el hecho de enfatizar que la salvación viene por la fe y no por las obras de la Ley, no niegan la responsabilidad y las acciones de la fe que aquellos que han recibido la salvación deben tener. Algunos dicen que desde el primer momento que creyeron en Jesús, su salvación es asegurada hasta el final y nunca la perderán. Sin embargo, esto no es cierto en su totalidad. Cada persona debe proteger su propia salvación, así como aquel que ha sido salvo del pecado pueden volver a caer en ello. Si uno pierde la fe, también perderá su salvación. Esta es la razón por el cual tenemos que persistir en la batalla contra el pecado hasta obtener la victoria final.

La razón por el cual debemos preservar diligentemente nuestra salvación es porque es el regalo que Dios nos ha dado sacrificando a su Hijo. La salvación no es algo que nosotros mismos hemos creado. Incluso la fe que se requiere para recibir la salvación no viene de nuestras propias fuerzas. Una persona que para de respirar al ahogarse y vuelve a respirar al ser rescatado del agua, sin duda es el resultado de que alguien lo ha ayudado. De la misma manera, nosotros no tenemos la habilidad de conocer a Dios o siquiera pensar en el concepto de la salvación. Nosotros estábamos corriendo a la destrucción sin entender el por qué, pero Dios nos salva unilateralmente.

Dios nos otorga Su mayor amor con Su máximo poder. El propósito de esto es manifestar las abundantes riquezas de Su gracia a todas las generaciones, todo el mundo y todo el cielo. Si queremos gloriarnos, gloriémonos de nuestra debilidad y del amor que Dios nos ha otorgado con gracia. Aquellos que conocen la gracia de Dios no se avergüenzan de su debilidad; en lo contrario, agradecerán aún más por el amor que Dios les ha otorgado. No dependamos más de nuestros propios méritos, sino sometámonos ante la gracia de Dios. Hagamos que nuestras vidas sean gloria únicamente a Dios.