Servicio del Día del Señor del 26 de marzo del 2023
La iglesia que tiene buen fruto
(Mateo 7:15-27)
Pastor Sung Hyun Kim
Jesús dijo: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.”
La voluntad de Dios hacia nosotros es salvarnos y proteger nuestra salvación hasta el final. Para cumplir esta voluntad, Dios escoge a los que desea y los envía para que lleven Su voluntad, como los profetas en el Antiguo Testamento y los pastores en la iglesia de hoy. Sin embargo, existen personas que pretenden ser profetas, aunque no han sido enviados por Dios. Las palabras de estas personas están lejos de la voluntad de Dios, pero el problema es que es difícil discernir a los falsos profetas.
Sin duda, existe una forma clara de discernir a los falsos profetas, y esto es viendo sus frutos. No importa cuánto se vistan y traten de mostrarse como verdaderos profetas delante de las personas, su verdadero ser se revela finalmente a través de sus frutos. Los frutos son las obras, y las obras de las personas surgen a través su actitud. Aquellos que pertenecen a Cristo tendrán un corazón de arrepentimiento, y las buenas obras vendrá a través de ese corazón. Por el contrario, los falsos profetas no tendrán la alternativa que tener malas obras, porque la avaricia se ha empoderado de sus corazones.
Entonces, ¿la existencia de los falsos profetas es un error de Dios? Claro, que no. Los falsos profetas existieron en el pasado y continuarán existiendo en el futuro. ¿Por qué Dios no los elimina y los deja ser? Esto es porque cada persona tiene que vencer esta prueba con su fe. Dios desea que cada uno tenga un corazón de arrepentimiento, y solo aquellos que tienen un corazón de arrepentimiento morarán en el cielo eternamente. Si una persona es engañada por un falso profeta, significa que esa persona es llevada por la avaricia, al igual que los falsos profetas, y al mismo tiempo, significa que no tiene un corazón de arrepentimiento. Por lo tanto, aquel que engaña y aquel que es engañado no tiene más opción que perecer.
Debemos ser capaces de discernir los falsos profetas de los verdaderos pastores. También debemos ser transformados para evitar ser guiado inconscientemente por falsos profetas. Si creemos que Dios es santo, debemos considerar la naturaleza pecaminosa dentro de nosotros mismos como repugnante y tomarlo como una advertencia. Si creemos en el juicio inminente, debemos prepararnos y hacer planes temblando de miedo para no recibir el castigo eterno. Debemos tener frutos que sean aptos para la salvación y no ser juzgados como falsos profetas delante del Señor. No seamos llevados por la avaricia e ir en contra de Dios. En cambio, hagamos que nuestros corazones sean motivados por la cruz del Señor. Tengamos hermosos frutos a través del corazón de arrepentimiento, confirmemos nuestra salvación y guardemos esto hasta el final.