Servicio del Día del Señor del 12 de marzo del 2023

(Mateo 6:5-8)

Pastor Sung Hyun Kim

La oración es el camino que nos conecta a Dios. Para que se cumpla la voluntad de Dios de salvarnos y hacernos vivir en Su seno por la eternidad, debemos hacernos conocer a Dios y entregarnos a Dios a través del camino de la oración. La oración es un privilegio que Dios concedió a Su pueblo antes y ahora a Sus hijos con Su propio honor. Dios permite este privilegio con la determinación de demostrar Su santo poder y honor a través de nosotros.

Israel, quien eran el único con este privilegio, tenía que saber mucho acerca de la oración, pero la actitud que mostraron hacia ella era muy decepcionante. Esta era también su actitud hacia Dios. Jesús dijo, “Y cuando ores, no seas como los hipócritas. Ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto. Tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.”

Jesús diagnóstico el problema de Israel en simples palabras: no tienen comunión con Dios. Los llamados actos de fe que mostraron estaban lejos de un corazón sincero hacia Dios, y la mayoría de ellos tenían la intención de mostrar su superioridad religiosa a las personas. Aunque Dios misericordioso deseaba guiarlos, ellos estaban ocupados buscando su propia gloria y solo trataban de usar a Dios. Aunque ellos haya oraron diligentemente en las horas determinadas y largos tiempos, no prestaron atención a la obra de Dios y no esperaron que sus oraciones los haría recordar en el corazón de Dios.

La oración no es tener contacto con Dios por un momento, sino confiar mi vida a Dios. La oración no es para atraer a Dios a su propio propósito, sino es expresar la voluntad de que vivirá acorde a la voluntad de Dios. La oración no es usar a Dios, sino comunicarse con Dios. Por lo tanto, al orar es importante abrir su corazón con toda sinceridad. El pedir parcialmente solo lo que necesita mientras se esconde es como si estuviera yendo en su camino religioso sin Dios y ocasionalmente recibir la ayuda de Dios.

El propósito final de la oración es realizar la voluntad de Dios. Dios desea salvarnos y también desea que a través de nosotros muchas más personas sean salvas. Nuestra vida, dedicada a cumplir esta voluntad, necesita hoy desesperadamente la ayuda de Dios. Cuando aceptamos este hecho y nos entregamos a Dios, Dios escuchará nuestras oraciones. Aunque el resultado que esperamos pueda no aparecer ante nuestros ojos, una realidad absoluta es que Dios responde acorde a Su buena voluntad. Incluso si no vemos la respuesta a nuestras oraciones al final, las oraciones que hemos hecho confiando en Dios serán una base segura para evitar que lleguemos al juicio de Dios en el futuro.