2019.10.20 – Jesús muere y los pecadores viven

Carta de Simuon

La forma en que he vivido, ciertamente es ‘el proceso del peregrino’. Sin embargo, aún estoy vivo y mientras vivo tengo que trabajo que hacer. Mi vida es como la perla preciosa encontrada entre el barro. Me convertí en avivador en la temprana edad de 25 años. Y doy gracias por solo testificar el evangelio y gracia de Dios. Yo comencé siendo avivador líder desde cuando era laico. Luego, llegué ser avivador líder como misionero y más tarde me convertí en pastor. Luego, edifique una iglesia y creció en gran manera que me convertir el obispo de la iglesia. Luego me convertí en presidente del Seminario Internacional de Teología Berea. Me convertí en autor de libros, poeta y avivador líder de seminarios en más de 60 países en el mundo. Establecí la Academia de Berea. Y he vivido toda mi vida siendo Bereano, sosteniendo firmemente al llamado de ‘Volver a la Palabra’.

Nunca he causado ninguna molestia a la iglesia, con relación a la fe o en la Biblia. En cambio, me he esforzado toda mi vida para crear una de las iglesias más grandes del mundo. Aunque tenga muchos defectos en la carne o incluso en los ojos del mundo, estoy seguro la historia recordara la obra que he hecho. Mi cuerpo ya no tiene fuerzas. También mi vista ha decaído con el trascurso del tiempo. Si soy sincero, es poco lo que puedo ver. Estoy tratando con todas mis fuerzas en esconder mi estado. Y doy gracias a Dios por poder servir al Señor Jesús como mi Señor y por depender de la guía del Espíritu Santo siempre.

Algo que valoro ante todo es que Dios me ha dado especialmente la inspiración en abundancia. No solo la inspiración de los cinco panes y los dos peces, sino la profunda inspiración acerca de la verdad. En toda mi vida, la palabra de Dios ha salido de mí como fuente de agua viva. Este es la confianza y gloria de mi espíritu.

Por ello, me he distanciado de los celulares y del internet. En el momento que despierto, no es porque el celular me ha despertado, sino que es a través de la inspiración que me es dada constantemente el Espíritu Santo. Siempre ha hecho que pueda entender la verdad incluso en mis sueños. El poder de la sanidad nunca me ha dejado, sino que siempre me ha acompañado. Verdaderamente doy gracias a Dios.

Yo he amado y cuidado de mi hijo hasta el día de hoy. Él hará la obra de Dios luego de mí. Oro a Dios para que él tenga la sabiduría, poder, fe e inspiración en abundancia. Él, quien es uno de los mayores teólogos del mundo, tiene un mayor conocimiento que yo. Su corazón también es puro. Y yo creo que él era una gran bendición a nuestra iglesia.

Nosotros no somos una religión. Por lo tanto, no somos religiosos. Ni tampoco somos personas que recibiremos el juicio. Somos santos gloriosos quienes obtendrán la vida eterna y participarán en la primera resurrección. No debemos menospreciar nuestro espíritu. Les pido a todos ustedes que pongan atención a todas las enseñanzas que les he enseñado, la cual he enseñado dando mi vida. Les pido que sean verdaderos creyentes y verdaderos Bereanos quienes conozcan la verdad. También que reciban toda persecución y dificultad como bendición. Les pido que no pequen voluntariamente y esperen el Día del Señor como los primeros frutos.

Nunca olviden las palabras de Jesús, “El que sostiene hasta el final tendrá la salvación”. Tenemos que sostener firmemente en donde estemos. Este es mi deseo y oración.