2019.01.20 – Reciba el poder del Espíritu Santo

Carta de Simuón

En todo el momento en que fui misionero hasta ser pastor, Dios estuvo junto conmigo. Si esto no hubiera sido así, no hubiera podido mantener el poder hasta el día de hoy y hubiera caído en tentación.

La razón por la cual he mantenido este poder por mucho tiempo es porque ese es el llamado que Dios me ha mandado. Si yo hubiera sido iluminado y gustado del don celestial, y fuera hecho participe del Espíritu Santo y tomado esto como mero recuerdo, yo hubiera terminado en corrupción. Una vez que hubiera caído, no hubiera forma para volver a arrepentirme y mi corazón se hubiera secado sin poder obtener la inspiración.

Sin embargo, como sabia perfectamente quien era, desde el momento en que fui tomado como siervo de Dios y llamado por el Señor, quise amar a Dios hasta poder dar mi vida; por Aquel le había dado una gran oportunidad a este hombre de campo. ¿Qué derecho tenia yo de tener esta oportunidad? ¿De qué forma hubiera tenido esta oportunidad? Pero yo sabia el valor de esa oportunidad porque no había nada en mí. Por lo tanto, no deje pasar esta gran oportunidad que había venido a mi vida. Para no abandonar este llamado que había recibido, sostuve una y otra vez aún en medio de la persecución y humillación.

Cada vez que escucho la noticia de que algunas miembros han abandonado nuestra iglesia para no escuchar que son herejía, sentí tanta avergüenza y estaba tan apenado que ni siquiera sabia que hacer. Sin embargo, recuorde como Jesús soporto todo sufrimiento al estar en esta tierra. Aunque Él hubiera dicho: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa”, luego dijo: “pero no sea como yo quiero, sino como tú”. En estos momentos de dificultad siempre tuve en menta cuando Jesús oro con todo fervor y de nuevo hasta que sus lagrimas parecían gotas de sangre.

¿Qué sería de mí si el poder de la sanidad, la persecución y la inspiración que el Señor da a mi corazón, desaparecieran? Mi vida sería como el perro que vuelve a comer su vómito, el cerdo que ya fue lavado vuelve a revolcarse en el cieno, o como la sal que pierde su sabor y es echada fuera y pisoteada. Y seré una burla para las personas. Temo en lo profundo de mi corazón el ser abandonado no solo en esta tierra sino también en el cielo por toda la eternidad. Aunque hemos perdidos a muchos miembros por la persecución y ni siquieran quieren invitar a nuestra iglesia a diferentes eventos, consideró la persecución como la bendición. Y esta es la razón por la cual he vivido hasta el día de hoy.

Aunque el Señor Jesús haya sido crucificado con terribles pecadores, no hubo nadie que le hubiera abrogado. Sin embargo, el recibió el testimonio del Espíritu Santo y el Padre personalmente, por lo cual recibió el triunfo de la resurrección. Ahora solo hay uno que testificará sobre mi y este es nuestro Dios. No importa en que forma traten de matarme, el Espíritu Santo testificará de mí a través del poder de la resurrección. Por lo tanto, yo prefiero soportar la persecución y recibir la bendición a cien mil. Amén.