2016.10.23 – Entienda el día santo
in SermonesEntienda el día santo
(Marcos 2:23-28)
Dios
Es uno.
Él
Creó el mundo por el Hijo (Hebreos 1:2)
Y estableció las estaciones y los tiempos
Para que la humanidad le busque más. (Hechos 17:26-27)
Cuando creó el mundo,
Dios estableció el séptimo día como Sabbath, (Génesis 2:1-3)
Porque en ese día reposo Él reposó de la obra que hizo.
El hombre debe vivir con Dios
Así como lo ordenó. (Génesis 2:17)
Sin embargo, el Día del Señor no es un día de reposo.
Si llamáramos el Sabbath como día para la carne
El Día del Señor es el día espiritual y divino. (Apocalipsis 1:10)
Es el día que reposamos de las labores físicas
Y trabajamos diligentemente por el espíritu, un día de enfoque en lo espiritual.
Si creemos y obedecemos a Dios,
Él nos amará realmente.
Jesús es Señor del Sabbath
Y del Día del Señor. (Marcos 2:28)
Hemos nacido de nuevo en un cuerpo espiritual
Por eso es vida y bendición estar con Jesús.
○ Los hombres del Espíritu Santo
Deben vivir por Él.
○ El Sabbath es una ordenanza para la carne
Mientras que el Día del Señor es para el espíritu
Cada día del Señor debe ser como pentecostés.
○ Quien anhela el Reino de Dios
Guarda el Día del Señor. (Hebreos 10:25)
Por lo tanto debemos ser santos en la carne y llenos espiritualmente.
※ Guardar el Día del Señor es como el mandamiento del árbol de la ciencia del bien y del mal.
No podemos ignorarlo, sino obedecerlo.
Caminemos con Jesús.
Marcos 2:23-28
23 Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas.
24 Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito?
25 Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban;
26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban?
27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.
28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.
Resumen
El único Dios y el mandamiento del día de reposo
Dios es único. Entre los diez mandamientos, del primero hasta el cuarto están relacionados directamente con Dios, por lo cual el trasfondo se encuentra en que Dios es único. El primer mandamiento entre los diez es no servir a dioses ajenos. Esto está enfatizando que Dios, a diferencia de los otros dioses es único. El segundo mandamiento es no idolatrar. Aparte de Dios no hay ningún dios que tenga imagen. Si cualquiera adora alguna imagen como a un dios esto es un ídolo. El tercer mandamiento es no tomarás el nombre de Dios en vano. Dios no puede ser visto con los ojos, ni ser palpado con las manos. La forma en la cual le servimos es arrodillándonos ante Su nombre.
El cuarto mandamiento es sobre guardar el día de reposo en santidad. Este siendo el mandamiento que concluye los primeros cuatro mandamientos que tienen una relación directa con Dios, es un mandamiento que solo se puede obedecer cuando los primeros tres mandamientos son cumplidos. El día de reposo es el séptimo día, el cual ahora corresponde al día sábado. Dios en seis días creo todas las cosas y en el séptimo descanso. El cumplir con el día de reposo es unirse al reposo de Dios lo cual se refiere a no hacer ningún tipo de trabajo.
El Día del Señor tiene que ser cumplido por su espíritu
Como la maldición en Israel continuaba los eruditas estudiaron el origen de ello. Lo que ellos descubrieron acerca del origen de la maldición fue que sus ancestros habían menospreciado el día de reposo por mucho tiempo. Por lo cual ellos realizaron un movimiento de arrepentimiento, y desde ese momento se esforzaron en cumplir el día de reposo fielmente.
Los discípulos de Jesús al pasar en medio de un campo de trigo en el día de reposo comenzaron a arrancar las espigas y a comer de ellas, esto ocurrió cuando el movimiento para cumplir el día de reposo estaba en pleno apogeo. Los fariseos atacaron a Jesús diciendo, “Tus discípulos han pecado en el día de reposo.” Ellos alegaron que quitar el grano de la espiga es lo mismo que cosechar, y frotar con las manos la mies es los mismo que trillar el trigo. Por lo que Jesús respondió diciendo, “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.”
Uno de los malentendidos que las personas tienen sobre el día santo es que el hombre existe para el día santo. Cuando una persona que no cumplió con el día del Señor dice, “Pastor, perdón por no venir al culto del día del Señor.”, esta tiene como premisa que el fue creado para observar el día santo. Sin embargo, no es que fuimos creados para el día santo sino que el día del Señor fue creado para nosotros. El cumplir con el día santo no es para otra cosa sino para nuestro espíritu.
Algunas personas piensan que al no hacer nada durante el día santo como lo hicieron los que estaban bajo la ley, es cumplir con este. Lo que tenemos que saber es que la ley siendo una ordenanza para el cuerpo sirve como una parábola que nos permite entender lo que ocurrirá más adelante. La acción de cumplir con el día de reposo es lo mismo. El día del Señor siendo el octavo día, al cumplir con el día que completa el día de reposo no es una semejanza sino es una verdad. En Levítico 23:36 dice, “Siete días ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación.” Esta es la profecía de que el octavo día será el día santo. El día santo de los cristianos es el día del Señor. El día del Señor no es día para descansar como lo es el día de reposo. Aunque el día de reposo es el día en el cual Dios reposo, el día del Señor es el día en el cual Dios trabaja. Lo que nosotros tenemos que hacer en el día del Señor es trabajar por nuestro espíritu.
El día santo donde la paz y los dones moran
Jesús resucitó en el primer día después del día de reposo, o sea en el día del Señor. Los discípulos al estar reunidos en una habitación con la puerta cerrada Jesús se manifestó de repente en medio de ellos. Los discípulos pensaron que Jesús quien estaba delante de sus ojos era un fantasma. Por lo cual Jesús hizo que los discípulos tocaran su cuerpo y les ordeno que trajeran de comer. En el caso de que hubiera sido espíritu los discípulos no lo habrían podido tocar, y no hubiera podido comer. Jesús luego de resucitar lo que primordialmente les dijo fue, “¡Paz a vosotros!” En el primer día luego del día de reposo, el Señor al manifestarse declara la paz delante de los discípulos, la cual es el núcleo del día santo. El día santo es el día en el cual Dios nos da la paz.
El día en el cual el Espíritu Santo vino a morar también fue el día del Señor. Aunque las personas de la época del Antiguo Testamento sirvieron a Dios con la carne, las personas del Nuevo Testamento sirven a Dios por medio del Espíritu Santo. Oran con el Espíritu Santo, rinden el culto con el Espíritu Santo, alaban con el Espíritu Santo, testifican con el Espíritu Santo, sirven por el Espíritu Santo. Si no tiene la inspiración del Espíritu Santo no puede ser un Cristiano. Aquí está la razón por la cual Jesús le pidió a sus discípulos que recibieran el Espíritu Santo. Luego de que Jesús ascendió al cielo el Espíritu Santo moró en los discípulos, y así ellos manifestaron muchos poderes y dones. Asimismo, el día del Señor es el día en el cual los dones del Espíritu Santo moran plenamente.
Cumplamos con el día santo y moremos en Jesús
Algo que no puede faltar al cumplir con el día santo es el preparar las riquezas. Aunque muchas personas piensan que al entregar las riquezas es para la iglesia, pero en realidad es para el hombre. Pablo dijo que al reunirse en el día del Señor no vengan con las manos vacías, sino ciertamente cuando preparen sus ofrendas no olvidar que el que siembra mucho cosechará en abundancia y el que siembra poco, poco cosechará (1 Corintios 16:1-2). En griego la palabra “ofrenda” tiene el significado de “bendición”. Por lo tanto, la persona que ofrenda tacañamente es como si ellos mismos testifican que son personas que no tienen bendición. Jesús dijo, “Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.” (Mateo 6:20). No sabemos si entre nosotros habrá alguna persona que vaya al cielo con las manos vacías. Esto es porque el Señor paga según las obras de la personas.
La iglesia es el cuerpo de Jesús. Al reunirnos en la iglesia y cumplir con el día santo tiene como significado entrar en Jesús. Jesucristo es la verdad representado por el tabernáculo en el Antiguo Testamento, en cual las personas que servían a Dios entraban. Al entrar en el tabernáculo lo primero que podemos observar es el holocausto. El holocausto es el lugar donde el sacerdote derrama la sangre del cordero. Esto significa la redención de los pecados. Después del holocausto está la fuente y su base la cual fue creada con los espejos de las mujeres que trabajaban en el tabernáculo. En el Nuevo Testamento esto se le llama “el lavamiento de la regeneración” (Tito 3:5). Aunque haya derramado la sangre del cordero en el holocausto, pero sin el lavamiento de manos y pies en la fuente no puede entrar en el santuario. Solo luego de pasar por el holocausto y por la fuente puede entrar en el lugar santo donde está el incensario, la mesa de panes y el candelero para servir a Dios. De la misma manera, si nosotros no entramos en Jesús no podremos estar llenos del Espíritu Santo, no podremos sacrificarnos a Dios, y no podremos tener respuesta a nuestras oraciones. La persona que nace de nuevo dependiendo de la sangre de Jesús ahora al cumplir con el día santo debe de servir a Dios en Jesús. Aunque las puertas del tabernáculo siempre están abiertas, el santuario está cerrado. No debemos divagar en el patio del tabernáculo, sino que debemos entrar dentro del santuario.
El día santo es la bendición que Dios nos da. No neguemos esta bendición sino que gocémosla. El profeta Isaías dijo que en el día santo no busquemos nuestra voluntad, ni hablemos nuestras propias palabras. De esta manera es como el día santo tiene que ser tomado y ser cumplido minuciosamente. Al que cumple con el día santo Dios le dará paz en abundancia.
Carta de Simuón
Mi oración diaria de arrepentimiento, ¿cuánto en la tierra he pecado? Pero me arrepiento. Me arrepiento por mi carne ser vieja y débil. Sin embargo, nunca he permanecido postrado en la cama por razón de que soy débil, el cuál es mi esfuerzo para obedecer, como la fe del inválido que estuvo acostado cerca del estanque de Betesda, que tiró su lecho y se levantó (Juan 5:2-9). Batallo no para evitar morir, sino utilizar toda mis fuerzas hasta que muera. No considero como perdida que mi carne muera, sino resignarme a hacer nada hasta que llegue aquel día.
Como el Señor Jesús se convirtió en el Hijo del Hombre para morir y cumplir su deber hasta la muerte, Él fue amado por el Padre. Si batallo para que mi carne no muera cuando fue creada para morir, esto en vez es un acto que lleva a la muerte. Entonces, la muerte es la corona, la gloria que puedo recibir en el camino de la justicia.
Es una hipocresía para mí el sentir vergüenza de mis enfermedades y debilidades, pero es fe el superar las mismas. Para mi superar mis debilidades no yace ni en el medico, ni en la medicina o algo que coma. Únicamente depende de mi fe, entendimiento, auto-control, y no temer a la muerte.
Tengo una montaña de trabajo que realizar, pero el tiempo es insuficiente. La palabras de consuelo y preocupación de las personas me tientan. Como el mundo es nuestro campo, tengo que hacerme cargo de él. En él es que encontramos leche , y de la leche se hace la mantequilla. Como debo morir luego de realizar la obra que lleva a la vida en vez de a muerte, vivo por Cristo, y muero con mis esperanzas en Cristo.
Si la comida diera vida, la Biblia lo diría, pero la Biblia dice; “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). Como soy débil y enfermo, fácilmente soy tentado y peco mucho. Y hasta ahora, he tratado de superar mi debilidad sin arrepentirme sobre la misma. Pero ahora, quiero profundamente arrepentirme de mis enfermedades y recibir el perdón del Señor y la gracia de Su sangre preciosa. Quiero arrepentirme y ser perdonado. ¿Habrá algún pecado más insensato que este?
Cuando Jesús le dijo al paralítico, “Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados”, ¿aquel hombre se levantó de inmediato? Pero me he arrepentido en vano. No me he arrepentido al punto de levantarme de mi lecho, sino solo tuve esperanza en el cuidado del Señor. Ahora, profundamente me arrepentiré de mis enfermedades y seré perdonado por el Señor. Aunque me he jactado desde que conocí al Señor, no me he arrepentido de mis enfermedades, me arrepentiré de ahora en adelante.
¡Oh mi alma arrepiéntete! Aunque mi cuerpo perecerá, me arrepentiré de mis enfermedades y seré perdonado! Este es la oración fundamental de arrepentimiento que debo orar.
Columna de Adoración del Día del Señor
Pastor Ki-Dong Kim
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri