2016.03.27 – La resurrección, nuestra meta

Resumen

Nosotros, que hemos recibido los genes de Dios, vivimos por la eternidad

Dios es el Padre de la vida. Dios nos envió a Jesucristo y al Espíritu Santo. Esto no es algo que fue creado y dado a nosotros. Sino que nos otorga y nos da su herencia que no puede ser separada de Dios por la eternidad. En otras palabras, Dios nos hereda sus genes. Esto es para que como Dios es la vida eterna nosotros también podamos tener la vida eterna.

Jesucristo es Dios quien estuvo en el seno de Dios. Él por medio del cuerpo de la mujer nació siendo hombre. Sin embargo, Él no es uno entre la humanidad. Él no tiene relación con la descendencia de Adán. Por lo tanto, en Él no hay pecado. Él, para redimir el pecado de la humanidad, murió en la cruz. Pero, Dios lo resucitó después de tres días. Como Jesús dijo antes de sufrir la muerte, “Yo soy la resurrección.” (Juan 11:25), Él resucito de entre los muertos.

La razón por la cual la resurrección de Jesús tiene un significado importante, es porque los que creen en Jesús tienen la promesa de Dios de que también serán resucitados. En el caso de que no existiera la resurrección, los que creen en Jesús serían las personas más miserables en este mundo (1 Corintios 15:14-15). El propósito de la vida de fe no es que a nuestro cuerpo le vaya bien. Aunque la sangre y la carne sean controladas o disciplinadas por medio de la ley no pueden recibir el Reino de los Cielos como herencia (1 Corintios 15:50). Heredar el Reino de los Cielos solo es posible para los espíritus que son revestidos con la gracia de Dios.

La vida de fe de los cristianos tienen una meta clara. Esto es la resurrección (Filipenses 3:8-14). Hay personas que dicen, “Yo estoy yendo hacia la meta, la cual es la cruz.” Sin embargo, para los cristianos la cruz no es su meta sino la resurrección. El significado de la cruz es la muerte. El hecho de que nosotros todos los días estamos llevando la cruz y sacrificándonos es porque tenemos la meta en la resurrección.

Para resucitar debemos vivir según el Espíritu Santo

Recientemente el asunto de la inteligencia artificial se esta convirtiendo en una cuestión. No hace mucho, había una noticia de que la inteligencia artificial había escrito una novela. Pues esto es posible porque es una novela y ficción. Sin importar cuanto avance la inteligencia artificial, será imposible que escriba un ensayo. Porque un ensayo es escrito en base de las experiencias. También la Biblia desde un punto literario se acerca más a ser un ensayo que una novela. La razón de esto es porque la Biblia son escritos de las experiencias de quienes vieron y escucharon la obra de Dios.

No sabemos si de ahora en adelante los predicadores vayan a recibir el mano escrito de la predica de la inteligencia artificial. Pero, ¿será que el manuscrito de las predicas de la inteligencia artificial tendrán la inspiración del Espíritu Santo? La Biblia fue escrita por personas quienes han recibido el Espíritu Santo y han recibido la inspiración que viene de Dios. ¿Será que la inteligencia artificial, quien no tiene espíritu, podrá recibir el Espíritu Santo y que los manuscritos de las predicas que ellos hacen tendrán la inspiración? Este tipo de predica solo llegará a ser parte de una ficción. En Apocalipsis habla de que muchas personas murieron al comer ajenjo (Apocalipsis 8:11). Si el espíritu de una persona que recibe la palabra de Dios come ficción, él sin saberlo, está haciendo morir su espíritu.

Cuando Jesús predicó la palabra en la sinagoga de Capernaum un demonio fue revelado en un hombre y salió de él. Las personas que vieron este acontecimiento dijeron, “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?” (Marcos 1:27). La palabra que puede someter a los demonios es la palabra eterna, la que tiene autoridad y sale de la boca de Dios. También habrá personas que confesarán que han recibido mucha gracia a través de las predicas dadas por la inteligencia artificial. Sin embargo, por medio de esa palabra no habrá ningún hecho de que los demonios se vayan. Y el espíritu de las personas quienes escuchan esa palabra no tendrá más opción que morir. Esto es porque el Espíritu Santo solo obra donde esta la palabra de Dios (1Tesalonicenses 2:13).

Hoy en día muchas personas, no viven sus vidas de fe espiritualmente sino que buscan los sentimientos. Debemos sostener nuestra fe en el teocentrismo. Guardar una fe teocéntrica es algo muy difícil para el cuerpo. Sin embargo, esto es agua viva para el espíritu. Las personas que fundamentan su vida de fe con las doctrinas hechas por los hombres no tendrán más opción que sencillamente buscar los sentimientos. Estas personas al rendir el culto, pondrán su interés en como podrán ellos satisfacer sus sentimientos. Ciertamente debemos saber el punto de que como Dios es espíritu el busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24). Cuando las personas, quienes buscan los sentimientos, tengan situaciones en las cuales sus sentimientos sean lastimados, saldrán de la iglesia. Esto, no es algo miserable para esa persona sino que también para su descendencia.

Tengamos la esperanza en la resurrección y preparemonos para ella

El bautismo no es el solo hecho de entrar y salir del agua, sino que gustó de la muerte de Jesús y participó de la resurrección de Jesús, es decir es una persona quien tiene las marcas de Jesús. De igual manera como Jesús corrió hacia la resurrección, nosotros somos bautistas y estamos corriendo hacia la meta que es la resurrección (1 Corintios 15:23-24). El hecho de que nosotros nos reunimos cada Día del Señor es para recordar la resurrección, porque es una promesa.

Antes de que el Señor vuelva, nuestra vida tiene que ser una vida de preparación. En Apocalipsis 19:7-8 dice, “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.” La condición requerida para que los santos tengan una correcta obra es tener la esperanza en la resurrección. La persona que es llena de la esperanza de la resurrección, aunque venga el momento de dar su vida por esa esperanza podrá sostener esto con gozo.

A los que se arrepintieron y recibieron el bautismo en el nombre de Jesús, Dios les envió el Espíritu Santo. Como el Espíritu Santo está en nosotros Dios también vivificará a nuestros cuerpos mortales (Romanos 8:11). La religión no tiene el poder de resucitar a las personas. Solo las personas que han recibido el testimonio del Espíritu Santo podrán participar en la resurrección. Por lo tanto, debemos tener la relación con el Espíritu Santo. No debemos blasfemar al Espíritu Santo, sino vivir con el Espíritu Santo.

Si el poder de la inteligencia artificial no se detiene superará a la humanidad. Las personas que no reciben la ayuda del Espíritu Santo no podrán vencer a este tipo de generación. Jesús dijo, “Si por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios” (Mateo 12:28). En la iglesia siempre tiene que manifestarse la obra del Espíritu Santo. La buena noticia del Espíritu Santo siempre tiene que ser propagada en todos lados.

Pastor Lee Ki Taek

Centro de Misión Sungrak