Servicio del Día del Señor del 29 de diciembre del 2024
Aprovechad bien el tiempo
(Efesios 5:16)
Pastor Sung Hyun Kim
Todo cristiano tiene un deber dado por Dios. Esto es sostener la herencia que Dios ha otorgado a cada persona. Dios observa nuestra vida diaria con gran interés, prestando atención a cómo llevamos a cabo el deber que nos ha encomendado. Nuestra vida tiene un carácter público en el sentido de que cumplimos con el llamado que Dios nos ha dado, pero también es personal, ya que cada persona tiene un llamado específico que debe llevar. Algunas personas transforman su vida en una bendición ante Dios al cumplir una sola tarea que le fue encomendado en su vida. Esas personas, muchas veces sin saberlo, pasan décadas preparándose y esperando ese momento.
No debemos considerar los cargos que asumimos en la iglesia como uno de los muchos incidentes aleatorios dentro del flujo de las circunstancias del mundo. Aunque no lo sepamos, el cargo que se nos ha confiado puede ser algo muy importante en la imagen de Dios. Por lo tanto, no debemos usar estos cargos en la iglesia como medios para satisfacer nuestro deseo de reconocimiento personal o como una oportunidad para cumplir ambiciones de poder no logradas en el mundo. Puede que una persona ocupe un cargo por un breve tiempo, si durante ese tiempo lo cumple con fidelidad y obediencia, habrá aprovechado la oportunidad única que Dios le otorgó dentro de Su plan eterno. Es como si recatara a alguien a punto de morir pagando un alto precio, salvando así una oportunidad a punto de perderse.
Aquellos cuya vida diaria está relacionada con las obras de la iglesia deben ser especialmente conscientes de que su vida puede estar directamente conectada con el plan de Dios más que otros. Abordemos los deberes que se nos han confiado con corazón humilde y una actitud de servicio. Lamentablemente, muchos menosprecian esto y desperdician estas oportunidades valiosas. Nuestra vida no es algo que podamos construir de cualquier manera; es un camino santo que recorremos llevando la carga de la obra del Señor. Si nuestro corazón es verdadero hacia el Señor, nuestro compromiso a este camino será evidente. Toda la iglesia unámonos en amor y fidelidad y presentemos una obra digna del Señor.