Servicio del Día del Señor del 18 de agosto del 2024

Pastor Sung Hyun Kim

Pensemos en que ha prendido el agua caliente en la ducha y mide la temperatura del agua con su mano. El agua está tan caliente que puede quemar su cuerpo. La mano tiene el deber de alertar a los otros miembros del cuerpo sobre este peligro. Pero si la mano decide en esconder esta información y miente diciendo, “El agua está apenas”, ¿qué pasará? Todo el cuerpo se quemará y sufrirá. Nuestro cuerpo está diseñado por diversos miembros. Para que el cuerpo funcione correctamente en un entorno seguro, todos los miembros deben compartir la información sinceramente bajo el control del cerebro.

Esto es lo que Dios espera del nuevo hombre que fue creado en la justicia y santidad. El Señor dijo a través de Pablo: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.” (Ef 4:25). En la vida que sigue la imagen de Dios, lo primero que se menciona es el tema de la mentira y la verdad. Para nosotros que estamos contaminados por el pecado, esto puede parecer inesperado. Sin embargo, el Señor trata la mentira con gran seriedad hasta el punto de llamar al diablo como el padre de la mentira y advertirnos a través del apóstol Juan que “Todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre.” (Ap 21:8).

¿Ir al infierno no depende si uno cree o no? Así es. Aquellos que no creen irán al infierno. Sin embargo, el Señor que dijo esto también dice claramente que los mentirosos tendrán parte en el lago de fuego. ¿Cómo es esto? Esto es porque la persona que verdaderamente cree desechará la mentira. El hecho de que la humanidad sufre de todo tipo de desgracia por la mentira y aun así no puede abandonarlo, es evidencia de que la humanidad ha caído y perdido la imagen de Dios. Por otro lado, hay evidencia que se manifiesta en los que han sido salvos, seguir la imagen de Dios y moviese hacia la verdad.

Jesús es la verdad y el Espíritu Santo es el Espíritu de la verdad. Para los cristianos, estas palabras son fáciles de confesar. Si miramos literalmente, Jesús es la naturaleza misma de la verdad, y el Espíritu Santo obra donde está la verdad. Sin embargo, en cambio de entender esta palabra según esta perspectiva, muchos tienen la tendencia de tratar el concepto de la ‘verdad’ simplemente como una teoría misteriosa y profunda. Como resultado, aquellos que están atrapados en este prejuicio con frecuencia se enfocan más en obtener un conocimiento profundo y secreto cuando escuchan las palabras, “Jesús es la verdad. El Espíritu Santo es el Espíritu de la verdad. La verdad os hará libres.”, en cambio de pensar en la veracidad de Dios y nuestra responsabilidad de asemejarnos a esta naturaleza en nuestras vidas.

Luego de que Israel cayó y fue invadido por los gentiles por décadas, Dios, según el pacto que hizo con Abraham, estaba dispuesto a salvarlos y hacerlos bendición. A través del profeta Zacarías, Dios revelo Su voluntad a Su pueblo, y al mismo tiempo les dio el mandamiento de lo que deben hacer. “Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo.” (Zac 8:16). Esto no significa que tenga decir todo lo que sabe. El hablar lo que conoce puede ser una injusticia, mientras que no hablar lo que sabe puede ser justicia. Lo que importa, ya sea que hable o guarde silencio, es si sus acciones provienen de una buena intención de amar el reino de Dios. Si nosotros, los miembros de la iglesia, nos amamos sinceramente los unos a otros con todo corazón, Dios bendecirá a todas las naciones a través de nosotros. Como nuevo hombre, lo que tenemos que hacer es claro: seamos cristianos que desechan toda mentira y hablan la verdad con nuestros hermanos en la fe.