Servicio del Día del Señor del 17 de marzo del 2024
Nos llama en una sola esperanza
(Efesios 4:4)
Pastor Sung Hyun Kim
“Estoy satisfecho con mí salvación. No tengo grandes ambiciones. Ahora mismos tengo paz. Por supuesto, es importante servir en la iglesia, pero no quiero que esto afecte mi vida personal. Creo que una proporción de 80% en asuntos personales y un 20% en la obra del Señor sería apropiado.” ¿Cómo se sentirá el Señor al escuchar estas palabras? El Señor murió en cambio de nosotros y a través de esto hemos obtenido una nueva vida, entonces ¿es correcto para nosotros siquiera pensar en separar la obra del Señor y la obra personal?
“Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (2 Cor 5:15). “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.” (Rom 14:8). Así es. Nuestra vida no es nuestra, sino del Señor que nos ha redimido. Nuestra identidad ha sido hecha una identidad pública en Cristo. Por lo tanto, también la esperanza que debemos tener tiene que ser la esperanza pública.
La esperanza que nos fue derramada en Cristo es que nuestro espíritu reciba la salvación en el último día. Aunque en ocasiones decimos: “Ya he sido salvo.”, aun nos falta ese día en el cual Cristo se manifestara por segunda vez delante de aquellos que lo esperan. En ese día resucitaremos y finalmente entraremos en el reino de los cielos. Lo importante para nosotros es que nuestro espíritu sea preservado hasta ese día. El Señor nos ha librado de las cadenas del pecado que nos ataban, por lo cual debemos oponernos y no seguir siendo esclavo del pecado. Esta vida de creyente que se nos fue dada debe ser considerada como una oportunidad para preparar ese día.
Está que es nuestra esperanza se conecta con la esperanza de Dios, que es unir todas las cosas en Cristo. Cuando todos los ángeles en el cielo y en tierra tenían la duda de que, si esto pudiera ser posible, la iglesia surgió como evidencia de que tal unión es posible. La iglesia ha sido exitosa uniendo a los judíos y gentiles quienes no podían ser reconciliados, y también unificado a personas de orígenes muy diferentes. La aparición de la iglesia es testimonio de que la autoridad de Satanás fue destruida y sirve como señal de que más adelante todas las cosas se unirán en Cristo.
¡Ser transformados del pecado y ser unidos con Cristo! Está es la esperanza de Dios al igual que nuestra esperanza pública. La obra en la que Dios nos llama para que hagamos, en realidad es la obra que nosotros tuvimos que pedir en primer lugar. Esta esperanza que Dios nos ha dado desempeñará el papel más importante para destruir completamente la existencia del mal y hacer morar el reino eterno de Dios. Por lo tanto, siempre sometámonos y trabajemos por nuestra salvación con temor y temblor. Glorifiquemos a Dios, que pone en nosotros Su esperanza para su agradable voluntad y nos guía por este camino de esperanza. El Señor considerará nuestra vida como la vida pública de Su reino y nos ayudará.