Servicio del Día del Señor del 25 de febrero del 2024

Los cristianos deben ser mansos y mansos

Pastor Sung Hyun Kim

Abraham era un hombre manso. Luego de abandonar su tierra natal, y cuando se dio cuenta de que ya no podía continuar más con su sobrino Lot, le dijo: “No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda.” En esto, Lot escogió la tierra que abundaba agua. En medio de esta situación, Abraham no dijo, “Yo escogeré primero la buena tierra, porque soy la persona que tiene que cumplir con la voluntad de Dios.” Él tenía fe de que el Dios todopoderoso y justo, estaba viendo todas las cosas.

La persona mansa trata a las otras personas con calidez y suavidad. Para hacer esto, a menudo tiene que renunciar a sus propios derechos. “Quiero ser una persona mansa. Pero mantendré mis derechos.” Esta declaración no es sustentable. La persona mansa no se inclina a pelear contra los demás. La persona mansa no está preparada para contraatacar cuando alguien lo ataca. Por eso una persona mansa es perjudicada en muchas situaciones. Esto no se debe por ser una persona impotente, sino es porque escoge conscientemente esto con su voluntad y autocontrol.

La razón por el cual la persona mansa puede mostrar consistentemente una actitud cálida y suave es porque son poseedores de un corazón apacible y obediente, un corazón dócil. Sin la docilidad, la actitud mansa no podrá persistir por un largo plazo. Por lo tanto, no debemos simplemente dotar la mansedumbre para mostrarla, sino que tenemos que hacer que esto se convierta en nuestra personalidad. Obviamente, esto no ocurre de la noche a la mañana. Sin embargo, rechazar el cambio diciendo, “Naturalmente soy una persona ruda.”, es completamente diferente a ser consciente del valor de la mansedumbre y esforzarse para serlo.

La persona mansa puede considerarse como una persona cobarde y tímida. Pero, este no es el caso. Moisés fue reconocido como la persona más mansa en toda la superficie de la tierra, mostrando ser cálido y gentil. El pueblo de Israel lo hubieran podido menospreciar e ignorar por esta misma razón. Pero él realizó la obra de Dios poderosamente. Aunque haya podido tolerar los ataques que fueron hechos directamente hacia él, obtuvo una actitud firme cuando insultaron el nombre de Dios o ensuciaron la obra santa.

Dios desea que todos nosotros seamos mansos. En este mundo, a menudo la mansedumbre es menospreciada. Sin embargo, si uno pertenece al cielo, ciertamente tiene que ser manso. La mansedumbre sirve como un salvavidas para evitar que el espíritu que ha salido del pecado caiga. Para que la iglesia sea preservada completamente, la mansedumbre de los santos es esencial. La mansedumbre también es necesaria para esparcir el Evangelio. En algunos aspectos, esparcir el Evangelio es en parte compartir la mansedumbre de Dios. Para realizar la voluntad de Dios, hagamos que toda la iglesia sea unánime. Seamos cristianos que son mansos y mansos.