Servicio del Día del Señor del 19 de noviembre del 2023

Pastor Sung Hyun Kim

¿Qué pasaría si una persona cubierta de suciedad se le acerca y le pide que le dé la mano? Seguramente usted daría un paso hacia atrás haciendo mala cara. La perspectiva que los judíos tenían hacia los gentiles era peor que esta. ¿Cuál fue la reacción de Jonás cuando las personas de Nínive se arrepintieron, y Dios decide en quitar la destrucción que planeaba? Jonás se enojó grandemente y estaba herido, que pidió a Dios que le quitara la vida. Esta actitud de los judíos hacia los gentiles continuó incluso en la iglesia primitiva. Incluso los apóstoles al principio no pudieron imaginar que los gentiles podrían ser perdonados de los pecados y recibir el Espíritu Santo. Les tomo un tiempo para aceptar este hecho.

Ahora, después de 2,000 años, conocemos claramente que sin importar si somos judíos o gentiles, si creemos en Cristo recibiremos la salvación, seremos parte de la iglesia y eventualmente resucitaremos para entrar al reino de los cielos. ¿Cómo es que hemos llegado a tener esta fe? En el corazón de los judíos no existía el concepto de los gentiles. Entonces, ¿cómo es posible que nosotros ahora aceptemos tan claramente el hecho que somos coherederos, miembros del mismo cuerpo y copartícipes de la promesa en Cristo? ¿Será que esto es simplemente porque ha pasado cierto tiempo y esta fe se desarrolló naturalmente?, ¿o será que los gentiles han estudiado independientemente la fe de los judíos y han llegado a entenderla?

Para responder todas estas preguntas, hay una persona que no podemos dejar pasar: es el apóstol Pablo. Él es la primera persona que conoció que la voluntad de Dios es el predicar el arrepentimiento que lleva al perdón de pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén, algo que ya había sido escrito en el Antiguo Testamento. También es la primera persona que introduce el concepto de que ambos, los gentiles y los judíos, son parte del cuerpo de Cristo. Él enfatizó que este misterio, no conocido por otras generaciones, fue revelado a los santos apóstoles. Sin embargo, Pablo entendió este misterio con el discernimiento antes de otros apóstoles, y Su Evangelio fue aceptado oficialmente por los apóstoles en el primer sanedrín realizado en Jerusalén.

En el momento en que nadie reconocía que Pablo había entendido el misterio de Dios, él predicó el Evangelio y soporto todo tipo de sufrimiento para protegerlo. ¿Pueden imaginar la oposición y el resentimiento que enfrento de los judíos que consideran a los gentiles como animales? ¿Será que los judíos que se convirtieron en cristianos lo apoyaron? Claro que no. Entonces, ¿será que los gentiles que recibieron el evangelio de Pablo fueron diferentes? Incluso, ellos que debieron estar en la posición de apoyar al apóstol Pablo, constantemente cuestionaron su autoridad y dudaron de él. Sin embargo, Pablo estuvo firme y continúo sosteniendo su misión hasta el final. Eventualmente, los otros apóstoles, incluyendo a Pedro, reconocieron con todo corazón su autoridad única y el valor del Evangelio que predicaba.

A través del sacrificio de algunas pocas personas, ahora tenemos el privilegio de caminar en el camino de la vida eterna. El sacrificio hecho por estos individuos no debe darse por sentado. El poder reconocer el valor de sus sacrificios y expresar gratitud es la actitud fundamental en la fe. No es obvio que ahora estemos llevando una vida de fe mientras estemos siendo protegidos por el sistema de la iglesia. Nosotros podemos disfrutar de esto por el sacrificio de alguien más. Ahora, nosotros mismos seamos obreros. Tengamos una vida de sacrificio por la iglesia, incluso si nadie nos reconozca. Dios tomará esto como justicia. Aunque nuestra justicia no puede compararse con la justicia del Señor, esforcémonos para practicar la justicia. A través de esto, la obra de Dios de dar la bendición eterna a todas las naciones será cumplida.