Servicio del Día del Señor del 03 de septiembre del 2023

Dios nos da la vida incluso cuando éramos muertos por el pecado

Pastor Sung Hyun Kim

Inicialmente, estábamos en estado de muerta al estar en Adán. Esto no se refiere a la muerte física. Aunque cualquiera que tiene cuerpo físico tendrá que experimentar la muerte, lo más crítico para nosotros es la muerte eterna que viene a través del juicio. La muerte física es una experiencia parcial de la muerte eterna. El Señor llama a estas personas que esperan la muerte eterna, muertos. No obstante, nosotros que estábamos en el estado de muerte, ahora hemos vivido en Cristo a través del amor de Dios.

Sin embargo, incluso la persona que ha asistido la iglesia por años puede considerarse muerto en los ojos del Señor. 1 Timoteo 5:6 dice, “La que se entrega a los placeres, viviendo está muerta.” Y Apocalipsis 3:1 dice, “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.” Por el contrario, existe evidencia que puede manifestar que uno ha vivido, esto es, a través del amor hacia los hermanos. 1 Juan 3:14 dice, “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.”

Cuando éramos muertos vivíamos en el dominio del delito y pecado. En ese tiempo, seguíamos la corriente de este mundo que estaba sumergida en el pecado, incluso nos oponíamos al mandamiento de Dios, siendo influenciados por Satanás, quien es el príncipe de la potestad del aire. A pesar de esto, nos considerábamos libres e independientes, convencido de que no recibimos ninguna influencia. Por lo tanto, tenemos una tendencia profunda hacia la desobediencia, la cual nos guía a una fuerte reacción alérgica a las palabras, “Creo en Dios. Obedezco a Dios.” Desde que hemos nacido tenemos una naturaleza pecaminosa, y nuestro destino era destinando a ir al infierno.

Sin embargo, un giro radical vino a nosotros. Dios da vida a quienes estaban en un estado de desesperanza. Esto fue posible por el gran amor de Dios que sobreabunda de misericordia. Esto no significa que Dios nos salva cómodamente porque tiene en abundancia la habilidad de amar. Sino que Dios no solo tuvo que soportar el dolor de sacrificar a Su Hijo para redimirnos, sino que ahora mismo continúa soportando este dolor. Esto es porque, a pesar de que hemos recibido tan gran amor, incluso ahora nos negamos al cambio y seguimos persiguiendo nuestros deseos de la carne.

Nosotros constantemente tenemos la tendencia de olvidar nuestro pasado y este hábito es un problema letal en nuestra fe. Siempre debemos recordar cuál era nuestra circunstancia en el pasado y cuál es el amor que hemos recibido de parte de Dios. Al hacer esto, en cualquier situación tendremos un corazón de gratitud hacia el Señor y tendremos la determinación de cumplir Su mandamiento. La obra de Satanás no está restringida en el mundo de los incrédulos. Aunque Satanás ya ha recibido el juicio, él peleara continuamente para demoler a los creyentes hasta el día que entre al infierno. La nueva vida en Cristo no es la vida que se ajusta a un cierto patrón, sino que es una vida que tiene comunión con Dios, siendo guiado por Su amor. Ahora abandonemos completamente las costumbres que teníamos al seguir al príncipe de la potestad del aire. Y manifestemos que hemos recibido el amor de Dios.