Servicio del Día del Señor del 4 de junio del 2023

Dios se revela así mismo solo a los humildes

(Mateo 11:25-30)

Pastor Sung Hyun Kim

Las personas no tienen la capacidad de conocer a Dios por sus propias habilidades. No importa cuánta sabiduría tenga, no puede conocer a Dios, y no importa cuánta justicia acumule, no puede acercarse a Él. Para conocer a Dios, se debe recibir Su revelación, y para eso, se debe acercar al Hijo de Dios y aprender de Él. Aquellos que no reciben la revelación a través del Hijo de Dios no pueden conocer a Dios, porque Dios conoce bien al Hijo y el Hijo conoce bien al Padre.

Pero aquellos que se consideran sabios e inteligentes por sí mismos y confían en eso, no podrán recibir Su revelación. Ellos confían más en la sabiduría del hombre que en la sabiduría de Dios y miran con desdén las obras de Dios. Se enorgullecen de su propio intelecto, pero su orgullo intelectual se convierte en un obstáculo que les impide acercarse a Dios. Aunque tienen sus vidas de fe, se preocupan por el interés, por lo que no pueden entregarse plenamente a Dios y deciden por sí mismos el alcance de su dedicación.

Aquellas personas que pueden recibir la revelación de Dios son como niños. Ellos reconocen plenamente su impotencia y saben que no pueden ser justificados con sus propias fuerzas. Debido a su humildad y pureza, tienen un corazón dispuesto para confiar plenamente en Dios. Ellos conocen que en su interior no tienen nada que pueda complacer a Dios y se afligen por eso, anhelan con fervor la gracia de Dios al conocer de su estado de quiebra espiritual.

En el extremo opuesto de aquellos que son como niños estaban los fariseos y saduceos. Ellos estaban convencidos de que tenían el derecho para enseñar a las personas acerca de Dios. Ellos dividieron la Ley minuciosamente y la cumplieron rigurosamente, considerándola como su propia justicia. Sus enseñanzas se convirtieron en una carga pesada para las personas, y aquellos que fueron oprimidos por esa carga estaban agotados y desilusionados. Fue hacia esas personas que Jesús dijo, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Jesús también dijo, “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.” Aprender de Jesús no significa simplemente adquirir teoría o conocimiento sobre Dios, sino más bien asemejar la naturaleza de Dios. Abandonar las cosas a las que nos hemos acostumbrado en este mundo y que hemos llevado con nosotros no es una tarea fácil. Pero si no juzgamos la obra de Dios con nuestra propia sabiduría, sino que tenemos una actitud de someternos, seremos transformados en la forma que Dios esperaba al crear al hombre. Así Dios considerará que nuestro corazón está preparado para tener encuentro con Él y se revelará en nosotros.