Servicio del Día del Señor del 26 de febrero del 2023

(Mateo 3:13-17)

Pastor Sung Hyun Kim

“Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” Juan el Bautista se negó rotundamente en bautizar a Jesús. ‘¿Cómo una persona que no tiene pecado recibir el bautismo de arrepentimiento? Aunque me haya negado bautizar a los fariseos y saduceos porque no tenían el corazón de arrepentimiento, ¿no eres tú, Aquel que tiene que bautizar a los pecadores? Pero ahora, ¿vienes entre los pecadores para ser bautizado?’ Jesús respondió a Juan el Bautista, quien no sabía qué hacer. “¡Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia!”

Jesús quiere recibir el bautismo de Juan el Bautista para cumplir la justicia. No está hablando de la justicia personal. Si fuera por la justicia personal, Él no debía recibir el bautismo de los pecadores. Él buscaba la justicia de Dios, la cual habla de cumplir la obra de la salvación de Dios. Jesús, para poder salvar a los pecadores según la voluntad de Dios, primero se identifica a sí mismo como uno de ellos. Esto es para establecer la condición apta para que el pecado de la humanidad sea trasferido a Él. Para lograr esto, Él tuvo que recibir el bautismo de Juan y así abrir la puerta de la vida pública que conecta al sufrimiento de la cruz.

Esta obra en la que Jesús, quien no tiene pecado, recibe el bautismo para obedecer la justicia, tiene que ser ejemplo para los cristianos que han recibido la gracia a través de Su obediencia. Aunque Jesús es más grande que Juan, Él no menosprecio a Juan o desestimo el bautismo que él dio. Él, siendo Hijo de Dios, se hace siervo delante de obra de la salvación de Dios y la obedece completamente. Por lo tanto, nosotros que hemos recibido el bautismo en Su nombre y hechos hijos de Dios nos corresponde también obedecerle como siervos. Los que obedecen a Cristo, esta debe ser nuestra identidad.

Algunas personas piensan que la esencia de la fe es entender algunos conocimientos relacionados con la fe y guardar ciertos principios para elevar su justicia personal a un cierto nivel. Esto es un malentendido. El deseo de una persona de buscar su propia justicia está cerca al instinto y no es fácil reprimirlo. Sin embargo, si constantemente sigue formando cosas para presumir y descuida la característica de superioridad que vienen a través de esto, la guía de Dios será rechaza por esa persona y eventualmente caerá en la tentación. Esto en sí, es arruinar uno mismo la preciosa oportunidad de la salvación que se nos ha dado a través de la obediencia de Jesucristo.

Dios todavía sigue guiándonos para que podamos cuidar nuestra salvación y también participar en la obra de la salvación de Dios. El fervor de Dios hacia la obra de la salvación no sea ha enfriado a comparación del pasado. Dios ahora mismo nos sigue enseñando, aconsejando y ordenando a través de la iglesia. Dios, quien pone obispos en cada iglesia y guía la iglesia en detalle, demanda de nosotros una fuerte determinación y práctica en este momento. Dios no se encuentra en el pasado, ni se encuentra lejos de nosotros. Avancemos con fe de obediencia ante Dios que ahora está con nosotros y nos guía con gran pasión.