Servicio del Día del Señor del 1 de enero del 2023
Cuando sea el tiempo os anunciaré claramente
(Juan 16:25-33)
Pastor Sung Hyun Kim
Jesús dijo, “Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre.” Hasta esa hora los discípulos no habían entendido con exactitud el significado de las parábolas del Señor. En ocasiones ellos malentendieron la voluntad del Señor y respondieron de una manera completamente diferente que se sintieron frustración de ellos mismos. Pero el Señor les prometió que pronto vendría la hora cuando les hablaría claramente.
Los discípulos tenían una gran curiosidad de cuando sería esa hora. En ese momento, el Señor les dijo directamente, “¡Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre!” Los discípulos se sorprendieron al escuchar estas palabras. Esto es porque el Señor finalmente les hablo claramente acerca de la realidad. Ellos estaban emocionados y llenos de entusiasmo. En ese momento que escucharon estas palabras parecía como si todo el conocimiento que habían tenido se hubiera ensamblado en un instante, y ahora aparentaba como si ya fueran capaces de decir que conocen con certeza el plan de la salvación de Dios.
Le dijeron los discípulos al Señor, “He aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices. Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.” Sin embargo, la reacción del Señor fue diferente a lo que ellos estaban esperando. “¿Ahora creéis? ¿Piensan que verdaderamente creen?” La fe que el Señor quería darles era completamente diferente a la fe que ellos pensaron que ya habían obtenido.
Los discípulos consideraron el sistema de conocimiento que fue ensamblado como la esencia de la fe. Pensaron que una fe sólida seria si un cierto patrón en la vida se mantiene de manera estable dentro del sistema. La fe para ellos era algo que ellos mismo pueden crear con su esfuerzo. La asombrosa experiencia de ensamblar el conocimiento que tenían acerca de Dios les hizo tener más confianza en este pensamiento. Pero la opinión del Señor era distinta. El Señor conocía que con la fe que ellos tenían no podrían sobrepasar todo tipo de tentación y aflicción que vendrían en el futuro. Por lo cual dijo, “He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo.”
Las palabras del Señor que decía que al venir la hora anunciara acerca del Padre, claramente se refería a la venida del Espíritu Santo luego de morir, resucitar y ascender al cielo. No podemos conocer a Dios con el conocimiento y pensamiento del hombre. Solo cuando el Espíritu Santo mora en nosotros y llene nuestro corazón, es cuando podemos tener comunión con Dios, recibir el amor de Dios y amar a la iglesia que Dios compro con Su sangre, incluso al enfrentar cualquier tentación o aflicción. No se conforme por tener mucho conocimiento acerca de Dios, sino reciba la guía de Dios. No juzguemos la obra de Dios con nuestros propios pensamientos, sino tengamos un fundamento de obediencia. Dejemos que el Espíritu Santo tenga control completo sobre nuestros corazones.