Servicio del Día del Señor del 20 de noviembre del 2022

El amor que ama a los suyos

(Juan 13:1-2)

Pastor Sung Hyun Kim

Muchas personas atan a Dios en estas palabras “Dios es amor”, y piensan que Dios tiene que aceptar todo lo que hacen. Si mezclamos esto con el concepto de ‘Cualquiera puede ser salvo’, concluirá que sin importar que tipo de persona sea recibirá la salvación incondicionalmente; esta actitud puede llegar al punto de no tener ningún límite sobre el pecado llegando a la situación crítica donde menospreciará la gracia y no recibirá la salvación.

Originalmente el amor de Dios que menciona la Biblia se refiere a Su misericordia. No es que Dios gusta tanto del hombre que no sabe cómo contenerlo, sino que tiene misericordia del hombre que ha caído en el pecado y generosamente es paciente con ellos y los espera. La misericordia de Dios pertenece a la justicia de Dios, y la justicia de Dios es manifestada a través de Su misericordia. Muchas personas menosprecian la paciencia de Dios y continúan realizando maldades, pero las personas que conocen la misericordia de Dios no solo vienen delante de Dios con la actitud de arrepentimiento, sino que también obedecen a la ley de Dios.

El hecho que Dios busca a los que le obedecen para salvarlos es la paciencia de Dios. Dios desea con fervor que ellos puedan vivir una nueva vida de obediencia a Dios. Aunque no exista nadie que pueda ser completamente libre de la naturaleza pecaminosa, el Señor está con los que desean obedecer y los justifica. Cuando el ángel de la muerte hirió a los primogénitos en Egipto, Dios protegió las casas que tenían la sangre de las ovejas en los dinteles y postes. De la misma manera como las personas en las casas comían la ovejas y hierbas amargas para obedecer la palabra de Dios, Dios quien está con nosotros desea con todo fervor que tengamos la vida de obediencia.

La misericordia de Dios que es paciente con los pecadores es un amor universal para todos, como el sol y la lluvia es para malos y buenos. Sin embargo, hay otro amor que estaba escondido y fue manifestado a través de Jesús. Dios derrama este amor ferviente a los que confían activamente en Él y lo siguen a cualquier lugar, a los que sostienen la obra que les fue dada incluso con sus vidas, y a los que, aunque otros lo abandonen no lo hacen, se quedan a Su lado y es fiel hasta el final. Al ver al Señor lavar sus pies uno por uno, los discípulos fueron testigos por primera vez del amor activo de Dios que los estima y los abraza cálidamente, que es diferente al amor de Dios que es paciente con los pecadores.

Este tipo de amor no es algo que cualquiera puede recibir solo porque se le ha encomendado la obra del Señor. Hay personas que dicen que aman a Dios, pero en realidad se aman más a sí mismos. Ellos que se consideran justos por sí mismos juzgan a los demás con su estándar y más allá blasfeman la obra de Dios. El Señor separará a los que no lo aman ósea quienes menosprecian la misericordia de Dios, y al final, ellos no pueden conocer ese amor apasionado que el Hijo y Dios tienen juntos. Por lo tanto, no menospreciemos la misericordia de Dios. Si ha recibido ese amor que es paciente, ahora entréguese a Él. Y reciba el amor del Señor que ha determinado en amar a los suyos hasta el final.

20221120_El amor que ama a los suyos
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