2020.07.19 – Luche con el pecado hasta derramar la sangre
in SermonesLuche con el pecado hasta derramar la sangre
( Hebreos 12:1-13 )
Dios
es justo.
Él
diferencia el bien y el mal. Él no perdona la injusticia
y juzga para el castigo eterno. (Heb 10:30-31)
Dios determina su voluntad con Su justicia (Mt 3:15)
y envía al Unigénito, que estuvo en el seno, al mundo.
Jesucristo fue manifestado
para cumplir con la voluntad de Dios. (Jn 1:18)
La voluntad de Dios fue manifestada con Su nombre (Mt 1:21)
para salvar a Su pueblo de los pecados.
El Hades, que es el universo, es el lugar donde fue encarcelado el ángel caído. (2 Pd 2:4)
El último castigo es el lago de fuego. (Ap 20:13-14)
En el universo, conocido como el Hades, no tiene vida ni esperanza.
En el presente, el dueño del Hades es el diablo, conocido como ‘Baal-zebub’.
‘Baal-zebub’ significa el príncipe de la casa de estiércol. (Mt 12:24)
El Evangelio del Señor Jesús
nos dice que salgamos del Hades.
Es el mandamiento con poder de salir de la casa de estiércol. (Mt 12:24)
Jesús es el Cristo que abrió la puerta del Hades y resucito.
Él es la puerta de la salvación y la puerta del Reino de los Cielos. (Mt 16:17-18)
〇 La sangre de Jesús es la puerta del cielo, es la vida. (Jn 10:9)
El Espíritu Santo hace que las personas que han recibido la salvación entren en esa puerta.
No existe otro nombre en los cielos que pueda salvar al hombre.
〇 Revistámonos de ese nombre y unámonos a la resurrección del Señor
y entremos al reino de Dios y la vida eterna.
El vivir por el Espíritu Santo es caminar por ese camino.
〇 Una es la puerta que puede llevarnos del Hades a la vida eterna.
Este es el bautismo.
El bautismo es el único derecho para unirnos con Cristo.
※ Recibamos el bautismo en el nombre de Jesús y seamos espirituales.
Para convertirnos en estas personas tenemos que pelear con el pecado
una y otra vez hasta derramar la sangre y tener la victoria.
Hebreos 12:1-13
1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;
5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
6 Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo. m
7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.
11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;
13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
Resumen
Carta de Simuon
Créditos
Centro Misión Iglesia Sungrak
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Departamento de Castellano
Traducción de sintesis: Eun Sol Jang
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang