2019.12.15 – La venida del Hijo del Hombre
in SermonesLa venida del Hijo del Hombre
( Mateo 20:28 )
Dios
es el creador.
Él crea el mundo.
Para que el hombre pueda vivir en ella,
Él da el sol y la lluvia para los justos e injustos.
Sin embargo,
Dios envía al Hijo al mundo
para dar Su sangre y carne. (Jn 6:53-55)
Aquellos que le pertenecen son ovejas de Dios. (Jn 10:16)
Él las cría.
Él alimenta sus ovejas con el mejor pasto. (Jn 10:9)
Esto es la palabra de Dios. La palabra es la vida eterna. (Jn 12:50)
Jesús es el buen pastor. Él es el alimento para las ovejas. (Jn 6:48-51)
Cuando las ovejas comen del pasto, el pasto muere.
Cuando el hombre usa los árboles del bosque, los árboles mueren.
Toda la creación fue creada a través de la revelación natural. (Heb 1:2)
Si cualquier cosa no muere, estos son pueden ser usados. (Mt 19:24-25)
Los animales mueren cuando son alimento para los hombres.
Si los animales no mueren, no pueden ser comida. (Jn 11:25-26)
Jesús se convirtió en el alimento espiritual para que la comiéramos.
El Hijo del Hombre no ha venido para ser servido.
Él vino para morir por la humanidad.
○ Él murió y se convirtió en el pasto para darnos la vida.
Él mora en nosotros a través del Espíritu Santo.
La verdad es el pasto perfecto.
○ El Espíritu Santo nos enseña, recuerda y hace que entendamos
la palabra de Dios. Él es el Espíritu de la verdad.
○ El Hijo del Hombre vino para morir por nosotros.
Él vino para ser el alimento y bebida espiritual.
El conocer la verdad es el alimento de vida.
※ No trate de server a Dios, sino obedezca.
Él desea alimentarnos con la verdad.
Nosotros debemos recibir el pasto verdadero.
Mateo 20:28
28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Resumen
Carta de Simuon
Recuerdo el pasado como si fuera un sueño. Cuando no puedo recordar algunos nombres, recuerdo sus rostros y pienso en ellos. Ellos no tenían casa alguna sino vivían en cuartos arrendados. Sus vidas eran difíciles. Ellos eran inmaduros y una carga para sus familias. Ellos no podían reírse en voz alta, sino que solo sufrían una vida con dolor; una vida sin motivación alguna. Sin embargo, cuando venia el Día del Señor ellos eran los primeros en venir a la iglesia. Los niños jugaban con otros niños como ellos deseaban. Ellos sonreían con alegría y actuaban diferentemente. Ellos podían descargar la carga de sus corazones y reír de felicidad. Los recuerdo tan precisamente.
Sin importar si lloviera o nevara, siempre estuvo esa pequeña iglesia en el espacio vacío del campo. Ellos llamaban ese lugar como “el Reino de Dios”. Ellos venían a mi casa y se relajaban y sonreían con alegría. Entre estos miembros había mujeres que no podían aguantar más sus vidas de matrimonio y sentían que en sus estómagos que iban a explotar. Los miembros de la iglesia eran tan pobres en ese tiempo, pero venían a la iglesia para gozar con todo corazón. Esta es la iglesia que crio el sueño del ‘Movimiento de Berea’ que fue esparcida en todo el mundo. Aun recuerdo el rostro de estos maravillosos miembros.
¿Donde han idos estos miembros? Algunas veces veo algunos viejos rostros de tiempo en tiempo. Cuando me acuerdo de ellos y los saludo ellos me dicen sorprendidos, “Pastor, se acuerda de mí. Yo soy fulano.” Cuando ellos ven que los reconozco en sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas como perlas. Luego ellos responden, “Estaba preocupado en que usted no me hubiera reconocido. Recuerdo el joven rostro de nuestro usted, Pastor. Y me duele mucho el verlo que ha sufrido mucho.” Cuando escuchar esto de ellos, llega hasta mi corazón y me llenan mis ojos con lágrimas.
En esos días, cuando llovía todo se inundaba, cuando salía el sol moscas y diferentes insectos se reunían y cubrían el suelo. No había espacio para poner el pie en el piso. Los miembros de la iglesia decían, “La iglesia es la casa de mi Padre. Es el Reino de Dios.” Porque estos miembros se juntaron diligentemente, nuestra iglesia en el día de hoy puede pararme firmemente en la roca.
Nuestra iglesia tiene que ser orgullosa de las reuniones que teníamos. Cuando la iglesia decía que se iban a reunir, nadie se quejaba. Incluso en el frio invierno todos se reunían. Así que el eslogan de nuestra iglesia decía, “Si nos reunimos oramos. Y si nos esparcimos evangelizamos”. Por las lágrimas y sudor de todos los miembros a formado la Iglesia Sungrak en el día de hoy. “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”, este era el versículo que había usado. Esta es la fe de la novia que espera con todo fervor la venida del Señor. (Hebreos 10:23-25)
Ahora yo, el siervo del Señor, soy como el viejo tigre sin dientes. Sin embargo, doy agradezco por todo el amor que me han dado los miembros que estuvieron conmigo. El deseo de este siervo del Señor, es que, si la iglesia dice que nos reunamos, todos se reúnan mostrando diez veces más en fuerza. Esto no debemos de hacerlo una sola vez, sino diez veces más. Esta es la mentalidad y el poder para proteger la iglesia.
Queridos miembros de la Iglesia Sungrak, reunámonos en las diez veces que nos llamen. Esta es la forma como protegemos la iglesia. Esta es mi última exhortación como un viejo siervo del Señor. Diez veces.
Créditos
Centro Misión Iglesia Sungrak
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Departamento de Castellano
Traducción de sintesis: Eun Sol Jang
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang