2019.12.01 – Jesús y la cruz

Carta de Simuon

Como he caminado este único camino toda mi vida, he sido testigo de la eternidad, sabiduría y renombre de Dios. No solo entendí que el hombre existe para la voluntad de Dios, sino que hasta los animales, los árboles y las flores existen por ello.

Para cumplir con la voluntad grandiosa de Dios, Dios uso a una persona. El Rey David y el Rey Salomón, cada uno hizo su trabajo para cumplir la voluntad de Dios. No solo Moisés, sino también los profetas cumplieron con esta gran voluntad. También no escoge a la humanidad, sino escoge a solo uno entre ellos para que sea un ser viviente. Abraham hizo su obra, Isaac hizo su obra y Jacob hizo su obra. Cada uno de ellos hizo la obra de Dios. Esta es la gran gracia de Dios.

Dios dijo a Abraham, “A ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad.” (Salmos 105:11). También dijo, “Se acordó para siempre de su pacto; de la palabra que mandó para mil generaciones. La cual concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac. La estableció a Jacob por decreto, a Israel por pacto sempiterno.” (Salmos 105:8-10). Dios salva a Israel a través de los decretos que fueron dados a Jacob. Finalmente, ellos entran en la tierra de Canaán y toman posesión de ella.

Por primera vez en la historia de Corea, la Iglesia Sungrak fue establecida como una iglesia independiente. Dios apoyo a Simuon, y Simuon uso todas sus fuerzas, cuerpo y alma en cada obra. Dios ha puesto firmemente la base y la raíz de la iglesia. Él ha cortado algunas ramas para que nuevas ramas puedan creer. Simuon se convirtió en la base. Yo estoy seguro de que el Obispo que me sigue será como el nuevo retoño y producirá hojas, flores y frutos. Que alegría.

David reconstruyo a Jerusalén, y Salomón construyo el templo en Jerusalén. El nombre de Dios moro en ese templo, por el cual sano, salvo y redimió a Su pueblo. Pensemos por un momento: ¿será que el fundamento que fue edificado esa forma con las fuerzas o voluntad del hombre? Todos nosotros comemos y creemos de la savia de esa raíz. La obra del Obispo que me sigue tiene que hacer es mayor. Nuestro trabajo es obedecerle para que se convierta en el gran siervo de Dios. Oremos constantemente para que sea lleno del Espíritu Santo, lleno de la verdad, y lleno de la gracia de Dios.

No podemos tener un bebe sin el dolor de parto, esto es lo mismo con la iglesia. El árbol también siente el dolor al creer. Mientras las nuevas ramas comenzaran a florecer, otras ramas brotan. De la misma forma, Dios continuamente está en desarrollo. Por lo tanto, La gran obra que no fue completada por Simuon será hecha por el Obispo que me procede. Los frutos y coronas serán darán dedicadas a Dios. Dios ha edificado la iglesia en la base que ha existido y hará que frote nuevas ramas. Amén. Ahora nosotros tenemos que dejar el pasado atrás y mirar hacia delante y correr con todas las fuerzas.