2019.08.25 – El obispo establecido por el Espíritu Santo

Carta de Simuon

¿Qué es lo que nuestra fe produce? Nosotros al recibir la fe, Jesús se convierte en nuestra cabeza y el Espíritu Santo en nuestro consolador. De esta manera nuestro espíritu es libre del pecado, es salvo de la potestad de la muerte y en los postreros días entrará en la primera resurrección.

De la misma forma como la Dios es honesto, Jesús y su palabra también lo son. Esto es lo que llamamos la Verdad. La Verdad se convirtió en nuestra vida. Jesús al salvarnos no lo hizo a través de parábolas, ni tampoco con métodos del mundo. Él nos salva a través de solo la Verdad, a través de la palabra que Dios ha prometido.

Dios crea al mundo y toda la creación a través de esa palabra. Cuando hablamos sobre la creación, también incluye a los más pequeño como el virus o la bacteria que aún no han sido descubiertas con la sabiduría o conocimiento del hombre. Esto nos quiere decir que tan minuciosa, perfecta e impecable es la palabra de Dios. Dios a través de esa palabra nos da la salvación. Hace que esa palabra entre en nosotros y nos da la certeza que somos hecho sus hijos.

Yo, Simuon, soy llena de la gracia y amor de Dios. Mi espíritu está lleno de la verdad y los dones del Espíritu Santo. Mi espíritu no le falta nada. Obviamente si vemos mi carne soy ser débil. Sin embargo, mi carne no es más que una sombra que me persigue.

Dios hace que su Hijo amado muriera y derramara su sangre en la cruz. El Hijo de Dios experimento la muerte en el Hades por tres días. Sin embargo, Él resucito, convirtiéndose en nuestra fe, camino, verdad y vida. Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” Yo creo en estas palabras. Dios en el monte de la transgresión dijo: “Este es mi Hijo amado; a él oíd.” (Marcos 9:7). Yo creo que esta es la promesa de vida eterna y en este mandamiento.

Aproximadamente, por 60 años yo, Simuon, he caminado este camino solo y duro. Sin embargo, he sostenido esto con gozo y gracias. En el caso, de no enfrentar esta dificultad y muerte tendré la resurrección en el juicio en cambio de la resurrección de vida. Sin embargo, yo tengo la promesa sobre la resurrección en la vida. Por lo cual, estoy lleno del gozo y agradecimiento. Mi espíritu es gozoso. Y yo espero por este día.

Muchos de los profetas murieron en Jerusalén. Jesús también murió en Jerusalén y hasta Pablo. Aunque en los ojos del hombre esto puede verse como maldición, con los ojos espirituales veremos la realidad. Este es el camino que nos guía a la felicidad de nuestro espíritu, es el camino que hace que nuestro espíritu tenga la luz. Es el camino que guía al lugar donde resplandece la luz de gloria. Esto es la justicia de Dios.

A pesar de esto, existen algunos que tratan en seducir a mi espíritu. De la misma forma como el diablo tentó contra Eva, hay algunos que distorsionan la voluntad de Dios, acusan a Dios de faltas y continuamente calumnian con sus labios. Esto no es más que la serpiente vestido de un ángel resplandeciente. Yo, Simuon, doy gracias por la gracia que me fue dada en julio 12. No sé lo que ocurrirá en el futuro, pero doy gracias al Señor prepara todas las cosas. El camino que estoy caminando es el camino de la verdad.