2019.06.30 – El poder del Espíritu Santo y el poder de los ángeles

Carta de Simuon

Yo he recorrido este camino toda mi vida. Este camino es ir a la muerte con el llamando que el Señor ama. Dios ha determinado que el hombre morirá en algún punto. Nadie puede evitar está muerte. Cualquier sea la circunstancia, todo hombre tendrá que terminar con su vida. Sin embargo, la Biblia nos dice que el hombre temen a la muerte, llegando a ser cobardes sin recibir la muerte como algo glorioso.

Nosotros aprendemos de nuestra fe de Jesucristo. Él dijo: “Yo he recibido el mandamiento de morir de parte de mi Padre.” (Jn 10:17-18). Él vuelve a decirnos: “Cualquiera que desea seguirme, primero debes recibir el mandamiento de morir. El que no recibe este mandamiento no tendrá nada conmigo.”

Yo deseo que esta palabra sea realizada en mí. No importa cuanto el hombre resista a la muerte, ciertamente tendrá que morir. Como en algún punto cualquiera tiene que morir, no deseo limitar esto como solo una muerte tranquila y natural. Ya he determinado mi voluntad de morir por el reino del Señor. He obedecido a la palabra del Señor para no ser juzgado por los hombres de Nínive y la reina del Sur en aquel día. Cada día recorro un largo viaje anhelando la palabra del Señor. Yo iré a cualquier lugar, donde la Verdad me espera.

En estos momentos tengo la certeza de que la Iglesia Sungrak me necesita. No se si a través de esto, habrá personas que me critiquen de ser orgulloso. Sin embargo, yo no temo a estas criticas. En estos momentos tengo una responsabilidad urgente que tengo que atender en la Iglesia Sungrak. Esta es mi llamado y mi corona eterna.

¿Cual es la fe que nuestra iglesia tiene que tener? Yo tengo el llamado de mostrar el modelo de esa fe. Yo era una persona con muchos pecados. Sin embargo, ahora no hoy un pecador sino hijo de Dios, discípulo de Jesucristo, quien introdujo la “Imagen de la Voluntad de Dios” al mundo, soy una persona única. Aunque soy pequeño, en mi interior tengo todo el mundo del conocimiento como una semilla de mostaza.

Queridos hermanos de la Iglesia Sungrak, espero que no abandonen por la eternidad a la Iglesia Sungrak, Berea y Simuon. Aunque todo esto es de gran importancia históricamente, el mundo en este momento lo menospreciará. Sin embargo, la obra que estoy haciendo es destruir al diablo según la voluntad de Dios. Esta guerra que comenzó con Eva no termina hasta el fin de esta tierra. Aunque la serpiente ataca como el enemigo a Eva, en los postreros tiempos no es la serpiente sino el dragón quien viene a atacar como el enemigo.

El mundo presume de la civilización soñando en crear un mundo donde el hombre pueda vivir en paz. Estos pensamientos del antropocentrismo seducen a las personas diciendo: “Tú también serás como Dios.” La serpiente del pasado ha incrementado su tamaño a mil convirtiéndose en el dragón. Ahora está peleando contra nosotros. Dios ha prometido: “La simiente de la mujer te herirá en la cabeza”. En el día de hoy, tenemos que saber que esta palabra son para nosotros: “Tú también deber herir la cabeza del dragón.” Como hemos visto, la obra que tengo que hacer y el camino de que tengo que ir es tan clara. ¡Oh Señor! ¡Has que Tu voluntad sea hecha en nuestra iglesia! ¡Amén!