2017.04.16 – Jesús es la resurrección
in SermonesJesús es la Resurrección
(Juan 20:19-23)
Dios
Es la fuente de bendición.
Él
Envió al Hijo al mundo (Juan 1:14)
Quien vino en carne, y es vida y resurrección. (Juan 11:25)
Nuestra fe es creer en su resurrección. (Juan 11:26)
Jesús cargó nuestros pecados
Y luego de sufrir la muerte en la cruz (Isaías 53:4)
Resucitó luego de tres días, esta es nuestra fe.
Luego de resucitar se manifestó a los discípulos (Juan 20:8)
Y mostrando las señales de su crucifixión declaró (Juan 20:20)
1) Tengan paz (Juan 20:21)
2) Reciban al Espíritu Santo, (Juan 20:22)
3) Y perdón el pecado del prójimo. (Juan 20:23)
Este es el evangelio de resurrección. (Mateo 16:21)
La Iglesia de Jesucristo escuchó estas palabras por primera vez.
El mundo sufre porque no tiene este evangelio.
La diferencia entre la iglesia y el mundo está en el poder de la resurrección.
Hay paz,
Hay llenar del Espíritu Santo
Y perdón de los pecados.
○ La resurrección de Jesús no es doctrina, sino vida.
Por la resurrección luchamos contra el mundo.
Por la resurrección debemos entregar nuestras vidas.
○ Si no existiera la resurrección
La fe, la evangelización y ser mártir
Sería en vano.
○ En la Iglesia está el poder de la resurrección
En la familia también está el poder de la resurrección
Y en todas las almas debe estar el poder de la resurrección.
※ No seamos religiosos
Seamos hombres que experimentan por el poder de la resurrección
Y seamos hombres que anuncian este evangelio.
Juan 20:19-23
19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Resumen
Dios es fuente de vida
Dios es fuente de vida. Aunque en el mundo haya muchos dioses, Dios es el único YO SOY EL QUE SOY. Toda la creación fue creada por Dios. Todo espíritu en el cielo y en la tierra fueron creados por Dios, y también viven por Dios. Dios puede dar la vida, y también la puede quitar. Dios es quien tiene control sobre la vida.
La vida que hace mención la Biblia no es la vida en la carne. De la misma forma como la vida tiene su duración así la carne también la tiene, y esto es diferente en cada persona. Algunas personas luego de usar su carne por 10 años, otras 50 años, y algunas 100 años, dejan este mundo. La razón por la cual Dios permite a las personas el período en la carne es para que mientras estén en esta carne puedan obtener la vida de Dios y acumular los galardones eternos. Aunque el tiempo en la carne tiene su límite, es la oportunidad que tenemos para preparar nuestra vida eterna.
La vida que Dios nos quiere dar es la vida de Dios. La vida de Dios es eterna. Por lo cual a esto se le llama la vida eterna. La carne no puede recibir la vida eterna. Dios para dar al hombre la vida eterna les da el espíritu. El crimen de Adán hizo que todo espíritu cargara el pecado, y Dios para pagar el precio del pecado envió a su Hijo. Hoy en día, nosotros dependiendo de la sangre de Jesucristo somos libres del pecado, y por medio del bautismo entramos en Jesús. La persona que ha recibido el bautismo por el nombre de Jesucristo puede recibir la vida de Jesucristo al entrar en Él.
La vida de Dios que es suministrada por la Palabra
Un bebe dentro del vientre es conectado con la madre por medio del cordón umbilical. También, los cristianos son conectados con Dios por medio de la vida. La razón por la cual las luces de una casa son apagadas al tocar un interruptor es porque la casa y la planta eléctrica están siendo conectadas por cables. De la misma manera, nosotros estamos conectados con Dios por medio del cable que es Jesús, por lo cual somos suministrados por la vida de Dios.
La forma en la cual la vida de Dios es suministrada en nosotros es por la Palabra. Por lo tanto, Jesús nos dijo, “La palabra que yo le es hablado es vida.” Cuando la palabra se convierte en vida, nosotros tenemos que obedecer a esa Palabra. Por lo cual, solo al ser humildes ante la Palabra de Dios podemos ser suministrados con la vida de Dios. Esto no significa que a pesar de cualquier cosa tenemos que leer mucho la Biblia. Sino que lo importante es ser controlado por la Palabra de Dios. Lo que una persona que maneja necesita no es revisar todos los días los reglamentos de tránsito, sino es cumplir con los reglamentos que ya conoce. De la misma manera, una persona que ya ha escuchado la palabra de no idolatrar aunque no vuelva a leer esa palabra cuando se encuentre en una situación en que tiene que idolatrar podrá rechazarlo. De esta forma, la Palabra nos está guiando.
La Palabra de Dios es viva y eficaz. Esa palabra es más cortante que una espada de doble filo y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas, pensamientos y corazón. Los santos son quienes han sido dominados por esa Palabra. Por lo tanto, en la boca de los santos tiene que salir el lenguaje de salvación. Sin embargo, en la realidad, de la boca de los santos pueden salir palabras que pueden matar. Eso no se le puede decir que son palabras del Espíritu Santo. La palabra del Espíritu Santo tiene el deber de obrar para salvar, y para limpiar. También Jesús dijo, “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.” (Juan 15:3). Esta es la razón por la cual el Espíritu Santo es señalado como, el “Espíritu Santo de vida”. El rol del Espíritu Santo es unir la Palabra de Dios con nosotros.
Pero, una persona que entra en tentación rechaza la Palabra de Dios. Si esto empeora puede llegar hasta el punto de convertirse en incrédulo. Esto es porque la Palabra de Dios no puede obrar dentro de esa persona. Cuando la palabra obra la persona es humilde y verdadera, pero cuando la palabra no obra la vida comienza a secarse. Por lo tanto, la palabra que Dios quiere dar en el corazón de cada persona, osea el suministro de vida, no puede ser cortada. Nosotros tenemos que hacer que la vida de Dios obre en nosotros y en nuestra familia e hijos.
La esperanza de los cristianos en la resurrección
Cuando el Señor vuelva de nuevo, las personas que obtuvieron la vida de Dios tendrán la resurrección. La resurrección no es que la carne que ya volvió a la tierra vuelva a tener vida. Sino que nuestro espíritu es transformado a un cuerpo. Ese cuerpo no es un cuerpo como el que se pudrió en la tierra, sino es un cuerpo eterno. Como el cuerpo que usamos en esta tierra viene del polvo de la tierra, volverá a la tierra y por ende no puede recibir el Reino de los Cielos como herencia. Algunas personas piensan que luego de la resurrección obtendremos un cuerpo que no podemos tocar como los fantasmas, pero esto ciertamente es un malentendido. Luego de la resurrección obtendremos un cuerpo que no tiene nada de diferente en el punto de que tiene huesos y carne. Luego de que Jesús resucitó, al manifestarse a sus discípulos les dijo, “Toquen mi cuerpo. El espíritu no tiene carne ni hueso pero yo la tengo.”, para dejarles saber esta verdad.
Los cristianos tiene la esperanza de resucitar de la misma manera como lo hizo Jesucristo. Por lo cual, en 1 Corintios 15:14 dice, “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” Como tenemos la resurrección, nuestro sacrificio, prédica y fe pueden llegar a ser frutos. La razón por la cual nosotros al estar en esta tierra no nos detenemos en nuestra vida de fe, aunque tengamos momentos difíciles, es porque cuando el Señor vuelva de nuevo nuestro espíritu resucitará.
Dios Padre es fuente de vida. El Hijo de Dios nació como una persona en está tierra y vivió la vida como cualquier otro hombre, cuando vino el tiempo hizo lo que el Padre le mandó, por lo cual fue condenado por el hombre y recibió la muerte. Aunque las personas lo mataron por todos los medios legales que ellos pudieron pensar, Dios al resucitarlo de entre los muertos testifica personalmente la verdad de su inocencia. Aquí esta nuestra esperanza. De la misma manera como el Hijo de Dios volvió a vivir, los justos participarán en la resurrección.
Aunque Jesucristo tubo la carne que es débil, los ángeles del cielo hubieran podido ser usados cuando él quisiera. En el caso de que si millones o billones de ángeles hubieran sido movilizados, no hubiera occurrido el hecho de que Jesús muriera en la cruz, y el hombre no hubiera tenido más opción que ser destruido por la eternidad. Sin embargo, Jesús no llamó a los ángeles hasta el final. Fue golpeado, burlado, y azotado por medio de las personas. Él estuvo solo en esos momentos. Antes de morir colgado en la cruz exclamo, “Elí, Elí, ¿lama sabatani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46). Estas no son palabras de enojo hacia el Padre. Sino que es una declaración al amor que el Padre tuvo hacia el hombre de salvarlos aún al ver al que no tiene pecado ser colgado y que la humanidad cruel repartia su ropa. Esto quiere decir, “Dios, ¿cómo puedes salvar a estos hombres? ¡El amor del Padre no tiene límites!”.
Jesús luego de tres días de su muerte resucitó. Esto no es porque el volvió a vivir por si mismo sino que el Padre lo resucitó. Dios por medio del Espíritu Santo resucitó a Jesús de entre los muertos (Romanos 8:11). De la misma manera, Dios que está en nosotros por medio del Espíritu Santo nos resucitará. La resurrección es la meta de la vida de fe. La vida de fe es para la resurrección, no es para vivir gentilmente en esta tierra. La vida de fe sin la esperanza en la resurrección no es más que una religión. Jesús dijo que Él era la resurrección (Juan 11:25). El que no cree en la resurrección no cree en Jesús.
Tres poderes de la resurrección
Luego de que Jesús muriera, los discípulos temblando de miedo se escondieron en el aposento alto. La puerta del aposento alto estaba bien asegurada. Pero Jesús quien resucitó y entró en ese lugar. Jesús al manifestarse entró en la habitación donde cualquiera no hubiera podido entrar, los discípulos se asustaron pensando que era un fantasma. En ese momento Jesús dijo, “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” (Lucas 24:39). Jesús sobrepasando el espacio y el tiempo se manifestó entre ellos. De la misma manera, el lugar donde Jesús entró sobrepasando espacio y tiempo es la iglesia. Si nosotros somos parte de la iglesia en cada uno de nosotros tiene que estar Jesús (Apocalipsis 3:20).
El Señor que resucitó al manifestarse delante de sus discípulos lo primero que les dice es, “Tengan paz” (Juan 20:19). Muchas personas no tiene paz en sus corazones sino que están llenos de temor y preocupación. El Señor trae paz y mora entre ellos. El dar la paz el la primera función de la iglesia. Entre el hombre, la familia, y la iglesia primero tienen que tener paz. Algunas personas dan preocupación a otras personas. Van a personas que tienen una buena vida de fe llevando dudas y sospechas sobre la iglesia y eventualmente hacen que tengan quejas. Los cristianos tiene que ser personas que lleven la paz, no el odio.
La segunda palabra que el Señor dijo a sus discípulos luego de que resucitara fue reciban el Espíritu Santo (Juan 20:22). Para obtener la paz que viene de Dios necesitamos la ayuda del Espíritu Santo. Esta es la razón por la cual la iglesia busca el estar lleno del Espíritu Santo. El pedir estar llenos del Espíritu Santo es que el Espíritu Santo se manifieste en nosotros. De la misma forma, como en la primavera los árboles retoñan, los que están llenos del Espíritu Santo, los poderes, la sabiduría y conocimiento son manifestados. Esto no es algo que ocurrió hace docientos mil años. La obra del Espíritu Santo sigue obrando en este mismo momento. En el lugar donde el Espíritu Santo obra el temor o preocupación desaparecen y la vida obra. Por lo tanto, tenemos que seguir la obra del Espíritu Santo y siempre estar llenos del Espíritu Santo.
La tercera palabra que Jesús dijo a sus discípulos luego de resucitar fue, “A quienes remitieres los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuvieres, les son retenidos.” (Juan 20:23). El ser redimidos y el ser remitidos son diferentes entre si. El ser redimidos tiene el significado de que el precio del pecado fue pagado. La redención es algo que solo Jesús puede hacer. Sin embargo, el ser remitido significa perdonar. El remitir el pecado significa el perdonarse uno a otro, osea amarse unos a otros. Una de las funciones importantes de la iglesia es perdonarse el pecado entre uno a otros.
Aunque si dos personas se aman y forman una familia, si el esposo comienza a dudar de su esposa o viceversa, su relación no tendrá más opción que ser quebrantada. Una de las enfermedades mentales más severas es la sospecha y la duda. En el momento en que comienza a dudar de su pareja cualquier cosa que la pareja haga va a ser sospechoso. Si esto llega a crecer puede llegar a destruir una familia, o si llega a empeorar puede llegar al suicidio. También en la iglesia uno puede tener curiosidad de lo que esta pasando dentro de la iglesia o sobre el pastor. En esos casos lo más importante es ir directamente a la persona y hacer que no comience una duda. De la misma forma como la duda puede separar una pareja de esposos que estuvieron juntos por años, nosotros tenemos que prestar más atención para que dentro de la iglesia no haya la duda entre unos a otros.
Había una persona que había tomado prestado mil talentos de su dueño pero no tenía el dinero para pagar. El dueño al conocer su situación decide en perdonarle toda su deuda. Pero el deudor envió a otro siervo quien le debía cien talentos a la cárcel. El dueño al escuchar esta noticia se enojó he hizo que pagara todo lo que le fue perdonado. El que no perdona no puede ser perdonado. También en la oración que el Señor nos enseño habla sobre esto, “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mateo 6:12). Nosotros somos personas que ya hemos recibido el perdón. Por lo tanto, tenemos que perdonarnos unos a otros. En la medida en que nosotros perdonamos es la misma medida en que tendremos paz. En una vida de fe verdadera el perdón no se rechaza.
La paz, la llenura del Espíritu Santo y el perdón son tres funciones que la iglesia debe de tener. Como en el mundo no hay perdón se denuncian entre sí. Sin embargo, como en la iglesia hay perdón diversas personas se reunen a rendir el culto. La paz, la llenura del Espíritu Santo y el perdón es la función de la iglesia, y el poder de la resurrección. La iglesia debe estar llena de la paz, la obra del Espíritu Santo, y el perdón. Tiene que estar llena del poder de la resurrección.
Carta de Simuón
En las pasadas semanas han habido problemas en nuestra iglesia, como si una tormenta hubiera azotado. Pero todos debemos amar a nuestra iglesia primero. Somos la iglesia, el cuerpo del Señor. Muchos están preocupados, algunos están cuestionándose y dudando. Pero no debemos demostrar ninguna sangre que no sea la de Jesús. Por favor, no se preocupen mucho sobre los problemas, sino que por el contrario esperen con paciencia. Emociones personales, malos temperamentos, y sabiduría mundana no puede resolver nada, sino causar más problema en la iglesia.
Soy anciano, y mi cuerpo se ha debilitado. No tengo poder para pelear. Mis brazos están perdiendo fuerzas, los cuales fueron levantados al igual que los de Moisés durante la batalla contra los Amalequitas en Refidim. Si los mismo fallecen causará que retrocedamos en nuestra batalla espiritual.
Así que mis amados miembros de la iglesia, por favor sostengan en alto los brazos del Obispo mayor, para que se mantengan estirados. En la Palabra del Señor cuando el pastor es herido las ovejas serán dispersadas. Ahora debemos ser fieles siervos, implementemos sabiduría y amor en nuestra iglesia. Mis brazos se están cansando. Por favor, sostengan mis brazos para que se mantengan en alto.
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri