2017.03.19 – El amor es el primero
in SermonesEl amor es primero
(1 Corintios 13:1-13)
Dios
Es amor
Él
Amó al mundo, y por esto envió al Hijo, (Juan 3:16)
Y así como amó al Padre, el Hijo amó al mundo,
Por lo que derramó su sangre en la cruz y murió.
El amor es sufrido, es benigno;
El amor no tiene envidia,
El amor no es jactancioso,
No se envanece;
No hace nada indebido,
No busca lo suyo,
No se irrita, no guarda rencor;
No se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre,
Todo lo cree,
Todo lo espera,
Todo lo soporta.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; Pero el mayor de ellos es el amor.
Pero el mayor de ellos es el amor.
Pero el mayor de ellos es el amor.
○ Somos hombres del Espíritu Santo.
El amor es fruto del Espíritu santo.
Amémonos.
○ Todos nosotros
Somos de la sangre de Jesús
Por esta razón debemos amar sinceramente a la iglesia que es el cuerpo de Jesús.
○ Todos nosotros
Somos hombres de Dios.
Los que están en Dios ámenle hasta la muerte.
1 Corintios 13:1-13
1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Resumen
Dios es amor
Dios es amor. Todo lo que Dios manifiesta es amor. Su palabra, su mandamiento, su voluntad, su creación, y su esfuerzo, todo es amor. El amor de Dios no tiene ningún interés. El amor de Dios no espera algo en cambio. El amor de Dios es la esencia de Dios, es la luz unilateral que sale de Dios.
El origen de la ley es el amor. Aunque el mandamiento de la ley sea de gran temor para el pecador, el origen de la ley es el amor. Esto es lo mismo con el evangelio. También la razón por la cual Dios salva es por su amor. Cuando la palabra amor es usada las personas piensan comúnmente en la palabra amor usada en el mundo. Sin embargo, el amor que Dios nos dio es diferente. Dios como nos amó nos dio todo lo suyo. Él desea que nosotros seamos como Dios. El Dios eterno desea que nosotros también tengamos la vida eterna.
Fe
1 Corintios 13:1-3 dice, “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.” También en el versículo 13 dice, “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”
Nosotros al estar afuera de Jesús, vivíamos dependiendo en nuestra consciencia. Sin embargo luego de entrar en Cristo comenzamos a depender en la fe que es mucho más fuerte que la consciencia. Obtuvimos la fe de Dios. Sin esa fe no podemos tener la vida de fe. Sin fe no podemos practicar nada en la vida de fe como la oración, escudriñar la Biblia, el servir, etc. La fe tiene una sorprendente fuerza. Los milagros prometidos son manifestados por la fe, y los dones del Espíritu Santo son usados por medio de la fe. También nosotros al experimentar todo tipo de cosas maravillosas es por la fe. Por la fe se obtiene la salvación, y con la fe podemos vencer al mundo.
De esta manera la fe es importante, pero solo con la fe no tendremos más opción que enfrentar los límites de la fe. Vuelvo y repito, obtenemos una vida de fe condicional. No hay persona que no le guste recibir bendición. No se si es por esto que muchas personas vienen a los pastores para que los bendigan. Algunas personas vienen para que los bendiga porque compró un nuevo carro, otras personas dicen que los bendiga porque preparó un alimento. Cuando Jesús vuelva de nuevo nosotros no debemos convertirnos en personas que escuchen el regaño del Señor diciendo, “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Aunque en esta tierra realicemos poderes como echar fuera a los demonios en el nombre del Señor, y su vida de fe no es más que una vida de fe condicional, no va a poder evitar el castigo del Señor.
Esperanza
Por lo tanto, en la fe ciertamente debe haber la esperanza. La persona que no tiene esperanza aunque tenga una buena vida de fe cuando su negocio va mal dejan a un lado su fe y abandonan la iglesia. Aunque hubieran tenido fe como no ven los resultados esperados se defraudan y caen. Aunque hay personas que dicen que ofrendan con fe, en verdad tienen la expectativa de que se les devolverá por cien. Si esto no sale como planeado dicen que el ofrendar no tiene ningún significado. Pablo tomó como basura todo lo que es beneficioso para la carne y decide ir hacia la meta de la resurrección (Filipenses 3:7-14). Los cristianos son personas que van hacia la meta de la resurrección. Sin la resurrección no podemos entrar en el Reino de Dios, y disfrutar de la vida de fe que tanto deseamos.
En el momento en que la vida es cortada, todas las cosas que tenemos en esta tierra desaparecerán. Y nosotros estaremos dormidos en el paraíso hasta el día en que el Señor vuelva de nuevo. El tiempo de ese lugar es diferente al de la tierra. En ese lugar mil años es como un día. En el día en que el Señor vuelva de nuevo, nosotros lo veremos vestido del cuerpo que no se pudrirá por la eternidad. Nuestro espíritu que resucitó con la palabra de Dios, la preciosa sangre, y el Espíritu Santo cambiará en un nuevo cuerpo y veremos al Señor. La carne que tenemos en este momento aunque sea saludable en conclusión tendrá que regresar a la tierra. Sin embargo, nuestro espíritu se transformara en un cuerpo que no se desvanecerá por la eternidad. Nosotros al ver al Señor en el cielo con el cuerpo transformado luego de ser reyes en el mundo por mil años subiremos al cielo y disfrutaremos de la vida eterna.
Es por la esperanza que Dios nos dá el cargo. El ser fiel a su cargo no significa que las cosas en el mundo irán bien. En cambio puede ocurrir que no pueda usar suficientemente el tiempo y riquezas del mundo. El premio del cargo no es algo que recibimos en esta tierra sino en los cielos. En la iglesia podemos encontrar diversos cargos, entre estos cargos no podemos decir que uno es mayor que el otro. Cualquier cargo que tengamos tenemos que saber que es el cargo que el Señor nos ha dado y tenemos que tener esperanza y sostener el mismo.
Dios ha prometido el galardón. 1 Pedro 5:4 dice, “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.” La persona que tiene esperanza sera fiel a su cargo. Desafortunadamente, no son pocas las personas que luego de obtener un cargo no lo toman con aprecio sino que son negligentes con ello. Aunque sea una persona que es aceptada en la sociedad, pero si en la iglesia no es fiel al cargo que se le fue dado, en el día postrero el Señor le dirá, “Nunca os conocí.” Nosotros sabiendo que el abandonar el cargo es lo mismo que abandonar la esperanza, tenemos que ser fieles cuidando el cargo que Dios nos ha dado sin cambiar.
Amor
Para que la esperanza sea realizada ciertamente hay la necesidad de algo. Esto es el amor. El amor no renuncia ni concluye sino que todo lo espera. El amor no es agresivo sino que es gentil. El amor no es celoso sino que en cambio se goza de que el otro le vaya bien. El amor no es jactancioso.
En el pasado un general llevó a la victoria a su nación en batalla. El rey le dio un gran premio, y el pueblo lo admiraba. Cuando el pueblo le quería tratar como héroe, él y sus súbditos salieron del castillo y se fueron hacia un lugar. El lugar donde el general y su hombres llegaron fue una granja en el campo. Dentro de la granja había un viejo y deterioraro almacen hecho de madera. El general al entrar a ese lugar se arrodilló y lloró por un largo tiempo. Luego de un largo tiempo salio del almacen y sus súbditos le preguntaron la razón por la cual lloró. El general cuando era esclavo había vivido en ese lugar, y luego de que se convirtió en general su corazón siempre estaba en este lugar. Aunque el general era una persona con un gran poder, en vez de jactarse recordó su pasado humilde y se rebajo a sí mismo.
El amor no actuá insolentemente. Los miembros de la iglesia tienen que tener más cuidado con esto. Como el cargo que cada persona tiene son diferentes no debemos juzgar fácilmente sino que tenemos que respetar su fe y experiencias. Especialmente el orden y autoridad dentro de la iglesia tiene que ser respetado y no debe ser difamado. La persona que conoce más profundamente la biblia tiene que mostrar modelo sobre esto.
El amor no busca su propio beneficio. El amor no se enoja. El amor no piensa en lo malo sino que siempre trata de pensar en lo positivo. El amor cree en todo. El amor espera en todo. El amor soporta todo. Nuestra madre también era una joven con muchos sueños. Sin embargo, luego de convertirse en madre deja todo lo suyo atrás y da toda su vida por la familia. Algunas veces al estar cansada de la vida querá irse de la casa, he incluso hubiera pensado en quitarse la vida, pero al pensar en sus hijos es paciente. Este es el amor maternal.
Dentro de la iglesia hay muchos tipos de personas. Cada uno con distintos pasados, personalidad, y habilidad. Por lo tanto, dentro de la iglesia se necesita el respeto mutuo. La iglesia es el cuerpo de Jesús. Todas las personas en la iglesia son los miembros del cuerpo de Jesús. Hebreos 10:24-25 dice, “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” Como los miembros que hacen parte de un solo cuerpo tenemos que animarnos unos a otros con amor.
Algunas personas se quejan diciendo que dentro de la iglesia no hay amor. Sin embargo, si alguien encuentra una debilidad en la iglesia, no otra persona sino el mismo tiene que practicar el amor primeramente. Si a alguien le falta el amor esa es su infelicidad. Sin embargo, si a alguna persona le hace falta ese aspecto en cambio de criticar, uno tiene que tratar de llenar esa debilidad. La iglesia que el Señor compró al derramar su sangre no debe ser agitada o que tenga dificultad.
Para los cristianos la fe es una elemento crucial. Sin embargo, la fe da la esperanza, la esperanza al amor. La obra de amor solo la puede dar el Espíritu Santo. Aunque una persona se esfuerce para practicar el amor, si no hay la obra del Espíritu Santo ese esfuerzo tiene su limite. Aquí esta la razón por la cual el Señor enviá el Espíritu Santo, hace que renazcamos por el Espíritu Santo, nos hace trabajar y ordena por el Espíritu Santo. El amor es la flor del Espíritu Santo. El gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bonda, la fe, la mansedumbre, la templanza, todos estos frutos del Espíritu Santo comienzan con la flor que es el amor.
Al amar se tiene que hacer con todo corazón, con toda voluntad, con toda la fuerza, y toda la vida. El amar de esta manera es el primer mandamiento, y también el amar de esta manera a los miembros del Señor es el nuevo mandamiento. El no estar dentro del nuevo mandamiento es lo mismo que estar debajo de la ley. Amemos. Amemos al cuerpo del Señor que es la iglesia.
Carta de Simuón
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Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri