2017.02.12 – La iglesia comprada por Dios
in SermonesLa iglesia comprada por Dios
(Hechos 20:26-35)
Dios
Es el único Padre.
Él
Creó los Cielos por el Hijo
Y lo estableció como heredero,
Así el se convierte en el Señor de gloria. (Hebreos 1:3)
Dios envió al hijo al mundo
Por el amor hacia el mundo (Juan 3:16)
Y para establecer allí su Iglesia. (Mateo 16:18)
La Iglesia es la imagen del Señor Jesús
Manifestada al mundo. (Efesios 1:21-23)
La Iglesia está sobre la roca,
Esta roca
Es Jesucristo,
El Hijo del Dios viviente (Mateo 16:17)
Y la autoridad del Hades no puede contra ella.
La Iglesia
Es el Reino, el poder y la autoridad de Dios.
Por lo tanto,
Es la única creación que recibió las llaves de los cielos. (Mateo 16:9)
El Espíritu Santo sella y testifica de esto. (2 Corintios 1:21-22)
○ Evalúese si tiene fe.
¿Tiene la certeza de que Jesucristo
Es el Hijo del Dios viviente?
○ ¿Está su fe sobre la roca?
Examínese
Y tenga la fe que vence al mundo.
○ Nuestra fe y poder
Es mayor que la del diablo,
Y si es débil hay que orar, orar y orar más.
※ Lo que se abre en la tierra se abre en los cielos.
Lo que se cierra en la tierra se cierra en los cielos.
Debemos vencer según la voluntad de Jesús.
Hechos 20:26-35
26 Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;
27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.
28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.
30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.
31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.
32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.
33 Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado.
34 Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido.
35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
Resumen
Los que fueron hechos hijos al recibir el bautismo por el Espíritu Santo
Dios es justo. Las personas no pueden ver a Dios con los ojos. No ha habido nadie en el mundo que haya visto a Dios. Por lo cual Dios para que lo pudiéramos conocer estableció la justicia.
La descendencia de Abraham, Isaac, y Jacob, osea Israel recibieron la ley que viene de Dios. Para ellos la ley era el estándar de la justicia. Aunque ellos se esforzaron en cumplirla, la ley no los puede justificar. La ley simplemente hace que su carne sea justa y que todo prospere mientras están en esta carne, pero no puede salvar sus espíritus.
Cuando el tiempo llegó, Dios estableció a Jesucristo como Su justicia. Desde ese momento cualquiera que cree en Él recibe la eterna salvación. Juan 1:17 dice, “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.”, y Galatas 3:19 dice, “¿Para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones.” En el pasado aunque los Israelitas por la acción de cumplir la ley fueron aceptados por Dios, nosotros por creer en Jesucristo somos justificados.
Jesús al predicar dijo, “¡Arrepiéntanse! El Reino de los Cielos sé ha acercado.” Estas palabras también fueron proclamadas por Juan el Bautista. Sin embargo, aunque sean las mismas palabras su significado es diferente. Esto es lo mismo con el bautismo. Juan bautizó a las personas con agua. Pero, como fue un bautismo de arrepentimiento, no puede hacer a nadie justo. Sin embargo, nosotros quienes hemos escuchado la palabra de Jesucristo y recibido el bautismo del Espíritu Santo obtenemos la identidad de ser justos.
Jesús justo antes de ascender al Cielo dijo a sus discípulos, “Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos 1:5). Obviamente el bautismo con agua y el bautismo con el Espíritu Santo tiene una diferencia. Esto también es algo que ponemos confirmar en la misión de Pablo. Esto es algo que ocurrió cuando Pablo fue a Efeso. Aunque ellos habían aceptado la verdad de que son pecadores, ellos no habían recibido la redención y nacido nuevamente. Pablo les introdujo sobre Jesucristo y luego de recibir el bautismo en el nombre de Jesús, puso sus manos sobre ellos. En ese instante, el Espíritu Santo moró en ellos.
El ser bautizados en el nombre de Jesús es lo mismo que ser bautizados por el Espíritu Santo. La razón por la cual Dios acepta que somos justos es por el hecho de que hemos recibido el bautismo por el Espíritu Santo. Nuestra identidad del pasado y luego de recibir el bautismo por el Espíritu Santo son diferentes. Nosotros somos hijos de Dios quienes pueden heredar el cielo. Este cambio sorprendente de identidad en conclusión no es algo abstracto. El hecho de que el Espíritu Santo mora en nosotros es porque hemos recibido el bautismo con el Espíritu Santo. Las personas que han recibido el Espíritu Santo pueden revelar la identidad de los demonios, y pueden echarlos fuera. Las personas que han recibido el bautismo del Espíritu Santo tiene que tomar con aprecio el hecho de que se les fue dada esta identidad tan preciosa, y tienen que tener orgullo sobre esto.
El Obispo establecido en la iglesia que fue comparada por la sangre.
El Espíritu Santo al morar en nosotros es evidencia de que Dios nos ama. Los padres aman a sus hijos. Esto no es por el hecho de que sean inteligentes o por tener una gran personalidad. Incluso, aunque los hijos tengan un defecto físico o problemas en su personalidad los padres aún aman a sus hijos. Esto es porque el amor de los padres no solo ama las buenas cualidades, sino que aman hasta las debilidades y faltas de sus hijos.
Cuando las faltas de una persona son descubiertas, es natural que hasta las personas más cercanas se alejen de aquella persona. Sin embargo, los padres son diferentes. El aceptar las faltas de los hijos es amor de los padres. La realidad de que los hijos pueden crecer perfectamente es porque existe este tipo de amor. El amor de Dios hacia la humanidad es igual a este. Por lo cual, la acción de que Dios compró a la humanidad con su sangre es evidencia de esto.
La vida está en la sangre (Levítico 17:11). En la sangre de Dios esta la vida de Dios. La sangre de Dios es una tan preciosa que no podría ser comparada con los ángeles del cielo o ni siquiera con toda la creación en el universo. Dios nos compró con esa sangre tan preciosa. No solo compró lo bueno en nosotros, sino que también compro nuestras faltas y pecado. Acá esta la razón por la cual nosotros podemos entregar todo, sin esconder nada, a Dios.
Luego de entrar en tregua en la Guerra de Corea, Estados Unidos para salvar a un soldado de su país que fue capturado por Corea del Norte ofrecieron a mil norcoreanos en cambio de ese capturado. Dios compró a la humanidad con su sangre. Esto es porque así tan precioso tomo Dios a la humanidad. La razón por el cual nosotros hoy en día aceptamos nuestro pecado y manifestamos nuestras faltas es porque Dios pagó ese gran precio y nos compró.
Dios reune a los que compró con su sangre y hace que sean la iglesia. No hay la necesidad de mencionar que tan preciosa es la iglesia en la perspectiva de Dios. Dios para cuidar a esta iglesia establece al obispo. Hechos 20:28 dice, “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” El cargo de obispo no es un cargo el cual cualquiera puede hacer, tampoco es un cargo que puede ser quitado de otra persona. El obispo solo puede ser establecido por el Espíritu Santo.
Debe haber una gran razón por la cual el Espíritu Santo es quien establece al obispo. Hechos 20:29-30 dice, “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán el rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.” En el proceso de establecer una iglesia y hacer que crezca traerá todo tipo de problemas. Especialmente, la iglesia pasará por una gran dificultad al manifestarse una persona que hace con palabras de mentira estimular la duda y la queja que estaban durmientes en las personas para que lo sigan.
El obispo para establecer firmemente a los miembros siempre tiene que depender de la palabra. Hechos 20:31-32 dice, “Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia en todos los santificados.” Los miembros de la iglesia al escuchar la palabra declarada por el obispo no deben escucharla como palabras de hombre, sino recibirla como Palabra de Dios y obedecerla humildemente.
El que levanta los dos brazos del Obispo
Moisés guiando al pueblo de Israel salió de Egipto. En ese entonces Moisés necesitaba a un colaborador. Aunque hubieran muchos hombres en el pueblo de Israel, Dios establece a Aarón quien Moisés puede confiar más como su colaborador y lo ungió. El que estableció a Aarón es Dios. Sin embargo, algunas personas menospreciaron la autoridad de Aarón y hasta fueron en contra de él. Ellos fueron en contra de él porque lo vieron como no más que un familiar de Moisés. 1 Cronicas 16:22 dice, “No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.” Tenemos que tener cuidado especialmente con las personas que Dios ha ungido.
Este es un acontecimiento que ocurrió luego de que David recuperó el arca del pacto que fue robada por los filisteos. David bailo sin saber que todo su cuerpo estaba siendo mostrado por la alegría de que había recuperado el arca de Dios. Mical, la esposa de David, al mirar por la ventana este hecho se burlo de su esposo. Y luego al estar delante de su esposo menospreciándole dijo, “¡¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!” Pero David dijo, “Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia de tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová.” Por medio de esto Mical no tuvo hijos hasta el día de su muerte. (2 Samuel 6:16-23).
Una persona que respeta al Espíritu Santo y ama a la iglesia, amará al obispo que el Espíritu Santo ha establecido. El amar al obispo no significa solo amar sus aspectos sobresalientes. Jesús al comprarnos con su sangre, no solo compró nuestro espíritu sino que también compró nuestros pecados y faltas. Si nosotros verdaderamente somos quienes hemos recibido ese amor, al amar al obispo que fue establecido para la iglesia debemos amarlo con ese amor. Tenemos que amar hasta las debilidades y faltas del obispo.
Para que el obispo venza las dificultades y lleve la iglesia es muy importante el apoyo y el amor de los miembros de la iglesia. El pueblo de Israel mientras salió de Egipto y entró al desierto, Moisés al guiarlos tuvo diferentes tipos de dificultades. Cuando Israel acampó en Refidim, Amalec los atacó. Moisés luego de encargar la batalla a Josué; Moisés, Aáron y Hur subieron a la cumbre del collado. Moisés en la cumbre del Monte levantó sus dos manos. En ese momento Israel ganaba a filo de espada. Pero en el momento en que bajaba sus manos Amalec era quien ganaba. Moisés tenia que seguir levantando sus manos. Moisés al cansarse, Aáron y Hur sostuvieron sus brazos por ambos lados. Por lo cual Moisés pudo sostener sus brazos hasta que el sol cayera, y la victoria viniera en Israel. Nosotros a igual que Aáron y Hur tenemos que sostener los brazos del obispo. No debemos ser personas que bajen los brazos del obispo.
No debemos decir palabras de critica o de burla en contra el obispo. Una vez Noé luego de tomar vino estuvo desnudo dentro de la tienda. El primero que había descubierto a Noé borracho fue su hijo Cam. Él no solo al mirar las partes inferiores de su padre se burló de ello sino que hizo saber lo que había visto a sus hermanos. Pero a lo contrario Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Luego de que Noé despertó y supo sobre lo ocurrido bendijo a Sem y Jafet, y a lo contrario maldijo a Cam y sus hijos.
Tenemos que ser personas que unen su corazón con Dios. Dentro de la iglesia que Dios compró con su sangre también está las faltas de las personas. El obispo no es quien no tiene faltas. Sin embargo, Dios encarga su obra a éste quien es el obispo. ¿Quiénes somos nosotros para sacar las faltas que Dios ya ha perdonado y hacer que la obra que la sangre de Jesús realizó sea desecha? Debemos evitar quejarnos del que Dios ha escogido (Romanos 8:33-34). El que estableció al obispo en la iglesia es el Espíritu Santo. Tenemos que poner frenos a nuestra boca y sostener los brazos del obispo. Tenemos que amar al obispo para que así el obispo que declara la Palabra de Dios siempre tenga valor. Tenemos que amar a los que aman al obispo. Y tenemos que amar los espíritus que Dios nos da por medio del obispo. Cuando obramos de esta forma nosotros delante de Dios quien compró todas nuestras faltas también nuestras faltas serán escondidas.
Carta de Simuón
¿Qué es el verdadero amor?
Es maternal y paternal. El verdadero amor no se trata de amar aquello que podamos hacer bien, sino que es amar todo sobre la persona. Mi padre no solo amó lo que hice bien, sino también solía sonreírme y darme aliento diciéndome, “Eso debió haber dolido”, cuando caía mientras corría.
Siempre fui el peor corriendo cuando estaba en la escuela y por ende nunca gane un premio en el día de juegos. Mi padre me preguntaba, “¿ganaste algún premio?” Entonces cuando mí cabeza estaba caída él decía, “aunque fuiste el último, eres mi hijo y amo a mi hijo.” De esta forma, nunca escuché a mí padre ni siquiera una vez articular algún tipo de palabra obscena hacía mi por cometer una equivocación. Cada vez que los miembros de mi iglesia dicen que me aman me recuerdan la propias palabras que mi padre solía decir. Si los miembros de la iglesia solo aman mis fortalezas, ¿cuán difícil esto sería para mí? ¿Cuanta dificultad tendría viviendo una vida con tanta presión?
Soy una persona imperfecta y humilde, pero Dios ha amado todo sobre mi. Y esta es la razón por la cual estoy lleno con el placer de vivir con Dios. Aunque cometo errores, inmediatamente los confieso ante Dios y recibo libertad ante Él. Aunque toda la iglesia me diga, “¡Te amamos!”, espero que también amen mis faltas y errores.
Los Pastores son aquellos que viven a través de recibir el amor de sus santos. Si solo aman los méritos del pastor y no aman sus faltas, entonces la iglesia no sería distinta al mundo, y más como el infierno. Lo que me complace es que no solo estoy siendo amado por Dios sino también por mi iglesia, así que aunque sea odiado y abandonado en el mundo, tengo el gozo y la gratitud por la cual puedo superar al mundo.
Nuestra iglesia fue establecida con un gran llamado para esta generación. Entonces, es la voluntad del Señor que todos nosotros amemos al Obispo al igual que la iglesia. Esta exhortación es mi más honesta y eterna suplica.
Columna de Adoración del Día del Señor.
Pastor Ki Dong Kim
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri