2017.02.05 – La iglesia que recibe la bendición hasta la generación mil

Resumen

La palabra es el camino hacia la bendición

Uno de los conocimientos fundamentales en la fe del cristiano es la verdad de que Dios nos ha dado la bendición hasta la generación mil. Algunas personas piensan que especialmente las personas con una fe buena pueden recibir esa bendición. Sin embargo, esa bendición es una promesa para todos los creyentes. Por consiguiente, cualquiera que es cristiano tiene que depender de que la bendición que recibió será heredara hasta la generación mil. Esta es la actitud de fe que todo cristiano debe tener, y es adaptarnos a la forma en la cual Dios nos guía a la vida eterna.

Dios nos da la palabra. Esto es porque la única forma en la cual podemos ser poseedores de la bendición de Dios es en la palabra. En el día del Señor nosotros participamos en el culto y escuchamos la predica. Nosotros al escuchar la Palabra de Dios y creerla es el tiempo en que la aceptamos. Pero desafortunadamente hay personas que aunque escuchan la predica no aceptan esto como la Palabra de Dios, sino que en cambio con una actitud subjetiva juzgan la predica. El problema está en que aunque ellos estén escuchando la Palabra de Dios no la aceptan, por lo cual no van a poder recibir la bendición que Dios esta dando.

La iglesia es una organización en donde los que creen en Dios se reúnen para recibir la enseñanza de la palabra, y es el sistema que Dios prepara para dar la bendición. Dios no abandona a los que el compró con su sangre. Dios desea que ellos estén dentro de la gloria que el Hijo de Dios está disfrutando. Por lo tanto, la forma en la cual Dios está sosteniendo a los creyentes antes de que Jesucristo vuelva a la tierra es la iglesia.

El obispo es quien dentro de la iglesia declara la Palabra de Dios. Y los santos son quienes creen y siguen la Palabra de Dios que fue declarada por el obispo. Cuando el obispo y los santos son fieles a su cargo la iglesia es completada. No importa que cargo tenga cada uno no tiene que ser tentado. Pero es fácil que las personas con una fe débil reciban influencia de los pensamientos negativos. Una vez que un pensamiento negativo sobre la iglesia o el obispo es sembrado en el corazón de estas personas, cuando observen las situaciones en la iglesia sin que ellos sepan siembran un pensamiento negativo. Esto no solo será un obstáculo en su vida de fe, sino que puede dar una influencia negativa a las personas en su alrededor, por lo tanto especialmente tenemos que estar alerta.

Entre uno de los elementos que siembran un pensamiento negativo se encuentran las redes sociales las cuales han avanzado en el presente y pueden causar una gran influencia. Por medio de este sistema aunque muchas personas pueden compartir información libremente, podremos ver casos en el cual por medio de estos escritos que no tienen ningún tipo de filtro critican y juzgan terminado lastimando a las personas. Lo más desafortunado es que esto hasta entra en la iglesia y las criticas que no son precisas son usadas para atacar. Si una persona quiere guardar su espíritu no debe poner sus oídos en esas informaciones irresponsables. Una vez que la semilla de pensamientos negativos cae en la tierra que es el corazón esto no solo no desaparecerá sino que será el origen de los problemas, esto es porque esto sigue llamando a los pensamientos negativos.

Sea limpio con la sangre preciosa, santo en las acciones

Dentro de la predica podemos encontrar dos elementos. Primero, es la gracia de la preciosa sangre de Jesucristo. Los santos al escuchar la predica se arrepienten. Por lo cual la gracia de la preciosa sangre los domina, por medio de esto los corazones de los santos son limpiados. Segundo, es la indicación sobre las acciones. Dios habla a los limpios de corazón por su sangre. En ese momento los santos al recibir las indicaciones sobre las acciones, determinarán en obrar por lo que así santifican a su espíritu. Por lo tanto, la persona que escucha la predica tiene que ir delante de la luz y arrepentirse, y según la Palabra de Dios tiene que determinar sus acciones.

Lo que interfiere con esto son los ídolos. Aunque las personas al pensar en un ídolo piensan en una roca o un árbol con forma de algo, pero a esto no solo se le llama ídolos. Si el amor y el sacrificio de los santos hacia Dios esta llendo hacia otro lugar, esto también son ídolos. El seguir con las acciones a estos ídolos son traición hacia Dios, y hace que el espíritu del santo sea verdaderamente contaminado.

Cuando una persona tiene ídolos en su corazón, Dios en vez de quitar a los ídolos obra con tentación para que no se alejen del camino de maldad. Si hay una persona que tiene al ídolo quien lo hará tropezar delante de él y pregunta al profeta, Dios al obrar en seducción por el profeta dará lo que le pregunte, y el profeta y él serán responsables por la maldad. (Ezequiel 14:3-11).

Nosotros no debemos ser cómplices en ensuciar nuestro espíritu. Tenemos la responsabilidad de bendecir a los hijos de los creyentes. Los que eran las cabezas de familia en Israel aún al envejecer bendijeron a sus hijos con la autoridad dada por Dios. Esto es porque la bendición que fue dada por Dios no es dada por el cuerpo sino por el espíritu. Por lo tanto, nosotros para no limitar nuestra erencia, dada por Dios y para los nietos, tenemos que limpiar nuestro espíritu por medio del arrepentimiento, y también por medio de las acciones santas tenemos que recibir la aceptación de Dios.

Especialmente tiene que tener cuidado de no exponerse a las criticas y calumnias no responsables. En el momento en que nos exponemos a esto comienza a aparecer una sombra en el corazón aunque no se quiera, esta son las condiciones optimas para atraer a los demonios. Pero si en cambio escogemos los pensamientos y palabras que tiene la fe y la esperanza, la obra que Dios se complace puede ser realizada por medio de nosotros.

Para que una iglesia sea hecha y crezca muchos tienen que aguantar las dificultades para mantener a su espíritu limpio. No solo esto, para poder guardar a su espíritu tiene que sacrificarse y servir. Ciertamente esto no es algo fácil de hacer. Sin embargo, hay muchos que han venido haciendo esto, y aun ahora lo están haciendo. No debería existir el hecho de lastimar con las criticas y calumnias irresponsables a estas personas.

También las personas que no creen tienen una moral hacia la iglesia. Aún una persona que moleste a otras personas, el corazón que tiene al tratar con un pastor es diferente. Aún el ladrón no roba la ofrenda. Desafortunadamente, entre los creyentes existen personas que critican a la iglesia y animan a las personas a no creer en el obispo. Por medio de estas acciones no solo esta destruyendo su espíritu, sino también dejan una cicatriz que nunca se borrará en el espíritu de las personas.

En el momento cuando una cicatriz es formada, en ese mismo instante es difícil recibir la Palabra de Dios. En el momento de escuchar una noticia negativa de la iglesia piensan que primero tienen que escuchar cuidadosamente si esto es verdad o no y luego juzgan. Sin embargo, aún sabiendo que esto puede traer una influencia negativa siguen buscando, esto no tiene nada de diferente con el principio de seguir a los ídolos. También el pensamiento de tener que escuchar bien las noticias negativas para refutar no es algo beneficioso. Las cuestiones necias y discusiones son vanas y sin provecho (Titus 3:9).

Hasta el día en que el Señor nos guie a su reino nosotros no debemos ensuciar nuestro espíritu. La voluntad de Dios es realizada fácilmente en las personas que santifican a su espíritu. Por lo tanto, Dios recuerda a esas personas, y también recuerda a su descendencia. Los santos al mismo tiempo en que se están preparando para ir al Reino de los Cielos están heredando la bendición para sus descendencias.

El obispo de la iglesia es el orador de la Palabra de Dios. Aunque el obispo tiene el mismo cuerpo de hombre, Dios le da la autoridad de bendecir a los miembros. Dios al poner a los hijos de Aarón como sacerdotes, hizo que vistieran de una ropa diseñada especialmente para los sacerdotes. Hizo que por medio de esto las personas supieran que tan honroso y hermoso es el cargo de ser sacerdote por lo cual hace que acepten su autoridad (Exodos 28:2). De esta misma forma, Dios pone la ropa de obispo sobre una persona común y corriente y hace su obra. Por lo tanto, los santos tienen que seguir humildemente la guía del obispo. De la misma forma como las ovejas solo escuchan la voz del pastor y no escucha la voz de las otras personas, los santos tienen que poner sus oídos en la voz del obispo.

Disfrutemos la bendición que es hasta la generación mil

Dios es fuente de bendición. Él es quien nos da la bendición. Deuteronomio 28:2-6 dice, “Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artusa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.”, sobre los que reciben la bendición.

La bendición introducida en el Antiguo Testamento tenía una parte incompleta. Sin embargo, nosotros por medio de Jesucristo podemos gozar de la bendición completamente. Él quitó todo obstáculo, la maldición, pecado, destrucción y muerte en el camino hacia la bendición. Y nos ordena a nosotros a la obediencia. Él al aplanar el camino, ahora nosotros mirando con precisión el camino podemos caminar.

Nosotros tenemos que formar una familia que goce de la bendición hasta la generación mil. Para esto hay dos cosas que ciertamente tenemos que tener. Primero, tenemos que cuidar que nuestro espíritu sea limpio. Segundo, tenemos que servir a la iglesia con obras y sacrificio santo. Las personas que hacen esto pude bendecir a su familia e hijos. El que cree que Dios es el creador de toda la creación, que nos redimió de nuestro pecado, y que nos resucitará, tiene que creer que Él hará que nosotros gocemos de la bendición en esta tierra.

Nosotros somos la iglesia que ha recibido la bendición hasta la generación mil. No es la iglesia que recibirá la bendición en los postreros días, sino es la iglesia que ya ha recibido la bendición. El hecho de que Dios no nos promete la bendición hasta la tercera generación sino hasta la generación mil, es por la verdad de que así de fuerte es la bendición que nos da. Para que esta promesa sea cumplida en nosotros, tenemos que limpiar nuestro espíritu que fue comprada con el derramamiento de la sangre de Jesucristo. Hagamos que el poder de esa sangre domine nuestro espíritu. Y hagamos las obras que son correctas como el cuerpo del Señor. Usemos nuestro espíritu para el triunfo y felicidad de la iglesia.