2017.01.29 – La Iglesia que Jesús estableció
in SermonesLa iglesia que Jesús estableció
(Hechos 2:1-13)
Dios
Es el Creador vivo.
Él
Envió al Hijo al mundo
Para realizar la voluntad del Padre. (Juan 6:38-39)
La voluntad de Dios
Exalta al Hijo, (Hechos 2:33)
Da la autoridad de ser llamados hijos de Dios
Y de heredad
A los que acompañan al Hijo en la tierra. (Romanos 8:14-17)
Por esta razón
Todas las obras realizadas por Jesús en el mundo
Fueron enseñadas por el Espíritu Santo,
Esto es llamado el Evangelio (Mateo 6:10)
Y a través de los que creen en el Evangelio y lo obedecen recibe la gloria.
La Iglesia de Jesucristo
Obedece la Palabra de Dios (Hechos 5:32)
Y reciben según la voluntad de Jesús al Santo Consolador.
La manifestación en el aposento de Marcos en el día de pentecostés (Hechos 2:1-4)
Es el modelo de la Iglesia
Y es la Iglesia espiritual revelada por Dios.
○ La Iglesia de Jesús no es un edificio
Son los santos llenos del Espíaitu Santo
Y los perdonados por la sangre.
○ La Iglesia de Jesús no es religión,
Sino la que lleva el eterno poder de la resurrección
Para mostrar a la Trinidad.
○ El camino de la Iglesia de Jesús es diferente al del mundo.
Por lo tanto, es incomprensible
Por esta razón debe ser recibido por la fe.
※ Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
La Iglesia de Jesús, la Iglesia primitiva y la Iglesia moderna
Son las mismas y no cambian.
Hechos 2:1-13
1. Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
6 Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.
7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia,
10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos,
11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?
13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.
Resumen
La iglesia que realiza la voluntad hecha en el cielo en la tierra
Dios es el Creador de vida. Las cosas que creó llenan el cielo y la tierra desde el principio hasta hoy. Nosotros viendo que aún ahora la creación esta siendo manejada podemos aceptar la verdad de que “la Palabra de Dios es viva y eficaz” (Hebreos 4:12).
Dios hizo a la creación por su Hijo que estaba en su seno. Hebreos 1:2 dice, “En estos prosteros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quién asimismo hizo el universo.” Dios por medio de la creación enalteció al Hijo, he hizo que recibiera la gloria.
Esta también es la razón por la cual enviá a su Hijo al mundo. Si el Hijo de Dios no hubiera muerto en la cruz y derramado su sangre, aunque Dios hubiera recibido la gloria merecida de parte de sus criaturas, aún así no hubiera podido recibir la misma de parte del hombre que fue creado a su imagen y semejanza. Esto es porque los hombres delante de Dios estaban muertos. Por lo tanto Dios envió a su Hijo para revivirlos de entre los muertos y se los ha entregado a su Hijo, para que por medio de esto recibiera toda la gloria.
Entre las cosas que Dios creó hay cosas que son grandes, y cosas tan pequeñas que no pueden ser vistas con los ojos del hombre. Lo importante es la verdad de que todas estas cosas fueron creadas porque son necesarias. Por ejemplo, en el cuerpo del hombre hay muchos organismos vivientes. El hombre puede pensar que ellos son inútiles. Sin embargo, algunos de ellos son tan importantes que son cruciales en la existencia. De esta misma manera, Dios recibe la gloria no sólo por las cosas que podemos ver sino que también por las cosas que no podemos ver.
En conclusión todas las cosas en el mundo están siendo usadas para hacer la obra del Hijo. También el hecho de que el Hijo de Dios murió y resucitó no es algo que ocurrió por coincidencia. De la misma forma como Jesús dijo al morir, “Todo es consumado”, toda las obras que Él hizo fueron hechas por la voluntad de Dios. No solo esto, sino que Jesús también oro, “Padre nuestro que estas en los cielos, que se haga tu voluntad en el cielo así también en la tierra.” Por lo que Él asciende al cielo y al enviar el Espíritu Santo establece a la iglesia, y aún ahora el Espíritu Santo sigue enseñando y guiando a la iglesia. Jesús realizó toda su obra. Ahora es el momento en que la iglesia tiene que hacer su obra con el Espíritu Santo.
La iglesia que no teme a la muerte
Entre los muchos elementos que la iglesia tiene que tener uno de ellos que no puede faltar es la esperanza. No importa que tanto se esfuercen en la vida de fe y tengan un aspecto reverente, si no se tiene esperanza todo es en vano. Jesús dijo, “Yo soy la resurrección y la vida.” (Juan 11:25). Los cristianos tiene la esperanza de resucitar y tener vida eterna al igual que Jesús. Muchas personas piensan que al disciplinarse siguiendo una cierta regulación y ser suprimidos a ella esto es la vida de fe. Sin embargo, la vida de fe no es una vida de supresión, sino es el obedecer la Palabra. Jesús dijo, “Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.” (Lucas 14:27). Esto significa que el que desea seguir a Jesús tiene que tener la determinación de dar su vida.
El martirio es la gran esperanza del cristiano. En el momento en que los cristianos tiene su esperanza puesta en el martirio, la iglesia ciertamente podrá ser avivada. El apóstol Pablo confezó que cada día moría (1 Corintios 15:31). El estar determinado a dar su vida y negarse así mismo cada día es ser cristiano. Al amar a Dios tenemos que hacerlo con toda nuestra vida, al amar al prójimo tenemos que hacerlo con toda nuestra vida, y también al ser fiel a un cargo debemos hacerlo con toda nuestra vida.
Jesús dijo, “Porque todo el que quisiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.” (Mateo 16:25). Los cristianos no temen a la muerte porque han recibido esta promesa. No hay persona que pueda escapar de la muerte. Desde el principio hasta ahora no ha habido nadie aparte de Jesús que allá vencido a la muerte. Por lo cual tenemos que dar gracias porque nosotros al recibir el bautismo en el nombre de Jesucristo, nos unimos a Su muerte y resurrección. En esto realidad se encuentra la razón por la cual obtenemos esperanza y fe en la resurrección.
Jesús dando su vida realizó la voluntad de Dios. La razón por la cual Él no se apartó de la muerte es porque en Él estaba la esperanza y la fe en la resurrección. Solo las personas que tienen esperanza pueden tener la fe de martirio. Apocalipsis 20:4-5 dice, “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero lo otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.” Las personas con una fe de martirio son los que participaran en la primera resurrección.
La Palabra de Dios no es cosa que podemos juzgar o evaluar. Muchas de las personas al escuchar la predica en la iglesia juzgan con sus pensamientos, o critican el tema. Sin embargo, esta no es la actitud que debemos tener delante de la Palabra de Dios. Nosotros para obedecer la Palabra de Dios debemos tener un corazón capaz de sostener el martirio.
La iglesia llena del Espíritu Santo
Jesús dijo, “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8). Estas no son palabras que Jesús dijo sobre alguién en especifico, sino son palabras para todos los creyentes. Los once discípulos que siguieron a Jesús eran los más fieles entre muchos de los que le estaban siguiendo antes de que Él fuera capturado. Sin embargo, luego de que fuera capturado por los soldados todos ellos abandonaron a Jesús. Esto es porque temian a la muerte. Esta no es la cualidad en los testigos que el Señor deseaba. Sin embargo, luego de que Jesús resucitó y ascendio al cielo todo fue diferente. No solo los once discípulos sino que muchas personas para testificar a Jesús entregaron sus vidas. Esto es porque luego de que Jesús subiera al cielo todos los que creen en Dios se les fue envido el Espíritu Santo.
Como Jesús lo había pedido luego de la ascensión, los discípulos no se alejaron de Jerusalén sino que esperaron el Espíritu Santo en oración. En el décimo día después de la ascensión de Jesús, en el día de Pentecostés los discípulos como siempre estuvieron orando en el aposento alto. De repente vino un estruendo como de un viento recio que lleno la casa y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Los discípulos que estuvieron reunidos en ese lugar todos llenos del Espíritu Santo comenzaron a hablar en lenguas (Hechos 2:1-4).
En el sonido de las lenguas de los discípulos causo un disturbio en toda Jerusalén. Precisamente en ese instante para cumplir las festividades los judíos de todas las partes vinieron a reunirse en Jerusalén, y estuvieron atónitos al escuchar las lenguas de los discípulos. Esto es porque las lenguas de los discípulos fueron escuchadas en sus oídos en el idioma de cada uno de ellos. Como las personas que no pudieron experimentar este tipo de experiencia y como no puedieron entender las lenguas de los discípulos se burlaron de ellos diciendo que estaban borrachos (Hechos 2:5-13).
De esta forma, el Espíritu Santo al morar en los discípulos comienza la iglesia. Por lo tanto, el aspecto que vemos en el aposento alto de Marcos en el día de Pentecostés es el modelo que la iglesia de Cristo debe tomar como base. Luego de que el espíritu Santo moró en los creyentes, en diferentes lugares comienzan a aparecer personas que hablan en lenguas en el nombre de Jesús, echan fuera a los demonios en el nombre de Jesús, y al imponer las manos en los enfermos sanan. Como dijo Dios al profeta Joel, “Y en los prostreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos e hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños” (Hechos 2:17), todos estos tipos de dones serán manifestado en las personas.
La obra del Espíritu Santo no puede parar en la iglesia. Por medio de la obra del Espíritu Santo las buenas nuevas de Jesús tienen que ser esparcidas con poder. Tenemos que anunciar con fuerzas para que las personas con la fe de que, “si voy a esa iglesia voy a experimentar la obra de Dios”, busquen a la iglesia. Jesús dijo, “Pero si yo por el Espíritu Santo de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.” (Mateo 12:28). La iglesia siendo parte del reino de Dios, el echar fuera a los demonios por medio del Espíritu Santo no puede parar.
Jesús dijo, “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.” (Mateo 5:10-11). La iglesia que tiene esta promesa al seguir las costumbres del mundo no realiza su cargo.
Si la obra del Espíritu Santo es blasfemada la iglesia no puede crecer. Esto es porque el crecimiento de la iglesia es realizado por medio de la guía del Espíritu Santo. Los discípulos obedecieron a las palabras de Jesús de no dejar Jerusalén y esperar por el Espíritu Santo, por lo cual pudieron experimentar la obra del Espíritu Santo. Para que la iglesia pueda experimentar la obra del Espíritu Santo tiene que obedecer la Palabra de Jesús. Jesús es igual ayer, hoy, y por toda la eternidad. Jesús quien habló a la iglesia hace dos mil años también está hablando ahora a la iglesia de hoy en día.
Carta de Simuón
Desde que planté la iglesia Sungrak, con frecuencia oré por la construcción de edificios para la iglesia y para el crecimiento de la iglesia. Oré en promedio tres horas por día, y en ocasiones hasta diez horas. Existía la convicción que un número de siervos fieles emergerían entre los muchos miembros de la iglesia si la iglesia crecía. Fui motivado para preparar un lugar para la congregación de todos esos miembros. Laboré para esto con todas mis energías. En ese entonces a pesar de tan solo tener un pequeño número de miembros, cada uno de ellos apoyaba mi visión, y todas los miembros oraban cuando se reunían, y evangelizaban con una gran pasión cuando se esparcían; como un fuego arrasador.
Con el transcurrir del tiempo he visto muchas iglesias que se han movido o desaparecido sin ni tan siquiera tener su propio edificio y muchos pastores que ministran solo como método de subsistencia. Ellos pensaron que todo lo que tenían que hacer era reunir varias docenas de personas en sus iglesias, así que intentaban atraer algunos santos devotos que habían estado laborando diligentemente en otras iglesias para plantar su propia iglesia.
Una rama se expande y produce frutos, y ese fruto es movido aún más lejos, germinando donde caiga. Como solo estaba enfocado en el Movimiento de Berea, mi ministerio, intenté con mi mayor esfuerzo de llenar mi iglesia con creyentes llenos del Espíritu Santo que pudieran realizar señales y prodigios, y los entrené. Hay muchos creyentes apasionados y llenos del Espíritu, pero solo cuando el Espíritu Santo obra en ellos y los inspira serán capaces de manifestar señales y prodigios.
El ser lleno del Espíritu no solo significa orar mucho. El Espíritu Santo solo habitará en usted cuando escuche la Palabra de Dios. Por eso es referido como el espíritu de verdad. No solo debes escuchar la Palabra de Dios con sus oídos, sino también debes recibirla. La Palabra de Dios debe morar en usted y comandarle, porque Sus mandamientos son vida. Frecuentemente utilizamos el termino “la Palabra de vida”, pero para que nos de vida debemos obedecerla. Debemos creer que la Palabra es el mandamiento de Dios dirigido a nosotros. Así que como está escrito, el Espíritu Santo es solo dado para aquellos que obedecen en cada iglesia.
Muchas personas reportan sentirse bendecidos después de escuchar la Palabra de Dios, pero tan solo escuchan con sus oídos. No consideran la Palabra de Dios como Su mandamiento que deben obedecer.
Yo, el Obispo Mayor, grandemente deseo que cada uno de ustedes se conviertan en fieles y verdaderos ministros junto a mí, y que todos entremos al Reino del Señor juntos. Yo les ruego, que ninguno de ustedes sean engañados, sino que por el contrario tengan raíces profundas en Jesucristo, la roca de nuestra fe, y no sigan sus propias emociones o hagan su propia voluntad. Por favor, no permitan que los otros los consideren como un blanco fácil. No permitan ser tentados. Sean verdaderos miembros de Sungrak toda su vida. Desesperadamente les exhorto para que no se asocien con aquellos que han intentado alejarles de la iglesia.
Columna de Adoración del Día del Señor.
Pastor Ki Dong Kim
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri