2015.02.01 – El Dios que otorga la bendición
in SermonesEl Dios que otorga la bendición
(1 Corintios 1:18-25)
Dios
Otorgó la fe para que le conozcan.
Él
Le otorgó la fe al mundo
Porque conocer y creer en Él es la Verdad.
Sin la Verdad
No se puede conocer a Dios,
Sólo la Verdad está llena de la voluntad y el camino de Dios.
Por lo tanto,
La Palabra de Dios es la Verdad, (Juan 17:17)
El Hijo de Dios es la Verdad (Juan 14:6)
Y el Espíritu Santo es la Verdad. (Juan 16:13)
La Ley no es denominada como Verdad,
Porque la Ley es una parábola
Y no puede explicar completamente la voluntad de Dios.
Sin embargo,
A través de Jesucristo
Se puede ver correctamente la voluntad de Dios.
Quien ve y conoce a Jesús
Conoce al Padre Dios. (Juan 14:10-11)
Esta Verdad debe ser entendida por el Espíritu Santo.
○ Escudriñemos profundamente las Escrituras.
Las Escrituras
Hablan de la voluntad de Dios.
○ Creamos y seamos obedientes a Jesús.
A través de su Hijo,
Dios explicó su voluntad.
○ Seamos llenos del Espíritu Santo.
A través del Espíritu de Verdad
Se manifesto la voluntad de Dios.
※ Conozcamos y creamos en Dios,
Conozcamos y amemos a Jesús
Y conozcamos y obedezcamos al Espíritu Santo.
1 Corintios 1:18-25
18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
19 Pues está escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;
24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
El Dios que otorga la bendición
(1 Corintios 1:18-25)
La perfecta memoria de Dios
Dios posee una memoria perfecta, a diferencia de los hombres. Él no olvida nada y las palabras de fe escritas en las Escrituras se basan en esta verdad. Salmos 105:8-10 dice “Se acordó para siempre de su pacto; de la palabra que mandó para mil generaciones, la cual concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac. La estableció a Jacob por decreto, a Israel por pacto sempiterno,”. Es la naturaleza de Dios no olvidar. La razón por la cual Dios escuchó el clamor de los israelitas en Egipto y los liberó es porque recordó el pacto que había hecho con Abraham muchos años atrás (Éxodo 2:24).
Cuando los Israelitas dejaron Egipto crearon un becerro de oro en el desierto. En ese momento, Dios deseó castigarlos, pero Moisés apeló a la memoria de Dios y clamó por su pueblo “Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre.” (Éxodo 32:13).
Hay muchos versículos en la Biblia donde la gente busca la memoria de Dios. Uno clamó “Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová, y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre. No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos. Mira al pacto, porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia. No vuelva avergonzado el abatido; el afligido y el menesteroso alabarán tu nombre. Levántate, oh Dios, aboga tu causa; acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día. No olvides las voces de tus enemigos; el alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.” (Salmos 74:18-23). Otro pidió “Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno. Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.” (Salmos 89:50-51). Y otro pide “Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, de los que se levantan contra ellos.” (Salmos 17:7)
La razón por la que podemos confiar en Dios es porque su memoria es perfecta. Debemos estar agradecidos con Dios, por el hecho de que recuerda la maldad de nuestros enemigos. Cuando satanás se convirtió en el diablo, Dios dijo de él “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Génesis 3:15). Miles de años después, la palabra fue cumplida sin ningún error. En otras palabras, el diablo fue condenado.
Hubo un tiempo cuando Jesús le llamó la atención a sus amados discípulos diciendo, “Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.” (Mateo 16:23). Él fue capaz de detectar las trazas de satanás en las palabras de los discípulos, porque Él recordaba claramente lo que el diablo había hecho antes de la creación del mundo. Hemos sido liberados del reino del diablo y recibimos la salvación, porque Dios no se olvido del diablo.
La gravedad de los estereotipos
Debemos estar agradecidos con Dios porque recuerda todas las cosas. Sin embargo, hay un problema que debemos enfrentar. ¿Cómo podemos hacer que Dios se olvide que éramos pecadores? ¿Debemos dejar esto así? No es difícil para Dios recordar que éramos pecadores, sabiendo que Él recuerda las obras de satanás. Aunque hemos recibido el perdón de los pecados, es un gran problema si Dios todavía recuerda nuestro pasado de pecadores.
Un estereotipo o prejuicio hacia algo es una preconcepción u opinión que se tiene fija acerca de una persona. Los estereotipos negativos pueden seguir y atormentar a una persona durante toda la vida. Es muy difícil hacer desaparecer un estereotipo. No desaparece con el tiempo. Hay muchas personas que nunca pueden sobreponerse a los prejuicios que la gente tiene acerca de ellos. El estereotipo y el prejuicio que resulta del error de uno puede convertirse en una fuente de miseria para toda la vida de otra persona. El estereotipo en la mente de las personas no desaparecerá a menos que se tomen medidas drásticas.
– “He escuchado que estás saliendo con alguien, se van a casar?”, “¡Wow, felicitaciones! ¿Puedo preguntar quién es?” -“Claro, es fulano” -“¿Qué? ¿Estás loca? Sabes qué tipo de persona es?”
Si esta conversación continua, incluso el matrimonio puede verse afectado. El que está hablando acerca de esta persona en particular no conoce mucho acerca del otro. Ella simplemente se basa en algunas cosas que ha escuchado hablar a otros o está exagerando una o dos debilidades que había notado de él, imaginándoselo como el peor villano que puede existir. Y este hombre puede tener finalmente una vida completamente estresante.
Hay estereotipos acerca de las personas afro-descendientes en Europa y Norteamérica. Muchos africanos migran a Europa y son personas buenas y centradas. A pesar de esto, la gente tiende a asociarlos con el crimen y los miran con sospecha. Además, algunos asiáticos son tratados como personas que no son inteligentes. Hay muchos estereotipos.
La gente con un registro criminal tiene dificultades para encontrar un trabajo en cualquier lugar. Esto es porque la sociedad es cautelosa con este tipo de personas. Los estereotipos son como una delgada fisura en un vidrio, parece que no hay ningún daño, pero al hacer contacto con agua caliente, el vaso se quiebra. De la misma forma, un estereotipo negativo puede no ser obvio, sin embargo, permanece y puede trae consecuencias negativas.
Las medidas de Dios para resolver el prejuicio en contra del hombre
Estos estereotipos y prejuicios dentro de la sociedad humana pueden ser vencidos hasta cierto grado. Sin embargo, si es un prejuicio por parte de Dios es algo que preocupa. Si Dios mantiene el prejuicio de nuestro pasado, entonces es un problema fatal para nosotros. Pero como si fuera en contra de su naturaleza, Dios declara, “Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.” (Hebreos 8:12). Esta era una promesa en el pasado a través del profeta Jeremías “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.” (Jeremías 31:31-34)
Un deseo es que Dios siempre recuerde y nunca olvide el pecado del diablo, pero también, que no recuerde nuestro pecado. Si Dios recuerda nuestro pecado ciertamente moriremos. Pero, ¿Cómo puede Dios olvidar? ¿Cómo puede aquel que tiene una memoria perfecta olvidar nuestra iniquidad? ¿Cómo puede reinar con justicia, si se queda en silencio con respecto a nuestra identidad pasada de pecadores? ¿Es esto posible?
Dios cumplió esto a través de la cruz. Jesús fue acusado como pecador erróneamente, derramó su sangre en la cruz y murió. El hombre llegó a entender el propósito de la cruz únicamente luego de que esto ocurriera. Incluso el Hijo de Dios no pudo ser exonerado de la cruz, aunque no era su pecado, sino del hombre. Él se convirtió en el objeto de la ira de Dios mientras estaba en la cruz. La cruz es el instrumento de ira que le hizo sufrir a Jesucristo el castigo eterno del hombre. Es también la autoridad de Dios ejerciendo su tarea de justicia.
Jesús nos redimió al ser maldecido en la cruz (Gálatas 3:13) Por lo tanto, la maldición de la cruz era realmente para nosotros. La cruz no es solo la confirmación oficial del hecho de que éramos pecadores, sino la manifestación de nuestro temor a enfrentar el juicio. Nunca hubiéramos escapado del castigo de Dios si Él nos hubiera visto sobre la cruz. Por lo tanto, para prevenir esto, Dios envió a su Hijo unigénito hace 2000 años para morir en la cruz. Consecuentemente, no solo fuimos redimidos del pecado, sino de nuestro pasado como pecadores. En otras palabras, el Señor nos perdonó y removió todo prejuicio en contra de nosotros.
Frecuentemente vemos en películas escenas donde un ladrón toma a una persona como rehén dentro de un banco rodeado por policías. La policía sobrepasa en número y poder al ladrón. Sin embargo, si el ladrón amenaza con matar al rehén, a menos que la policía se retire, la policía queda indefensa y le toca dejar sus armas. De forma similar, mientras se acerca el fin del hombre y el castigo de Dios, Dios envió a su Hijo unigénito al mundo y permitió que la humanidad le tomara como rehén. El propósito de Dios fue así para permitirnos la gracia.
La cruz es el objeto de la ira de Dios. Si Dios nos ve en la cruz seremos objeto de su ira. Pero ahora, cada pecador ha sido cubierto por Jesucristo, entonces cuando Dios ve la cruz, sólo ve a su amado Hijo quien fue maldecido en nuestro lugar y de esta manera todas nuestras iniquidades son escondidas. Además, el hecho de que éramos pecadores en el pasado también está escondido. Por lo tanto, Jesucristo es nuestro Señor y Salvador, enviado por Dios para liberarnos cuando estábamos bajo maldición y temor, esperando el castigo eterno, y también es el Señor de gracia enviado por Dios para ayudarnos, ya que si no fuera por Él continuaríamos en angustias.
Carta de Simuón
Deseo seguir escribiendo, aunque mi carne se desgaste y eventualmente desaparezca, deseo entregar mi mente y amor para que permanezcan en el mundo por muchos años. Si alguien puede heredar y continuar mi corazón y recibir mi amor completamente, entonces no me consideraré muerto, sino vivo.
¿Cómo puede alguien amarme si no puede ver mi rostro nuevamente? Si pudiera amar mis escritos, entonces me amaría de verdad. Dios entregó sus palabras a través de los escritos de sus santos y esos escritos son definitivamente verdaderos.
Mi amor es genuino. Amo con todo mi corazón, voluntad, carácter, fuerza y finalmente con mi vida. Tan lejos y profundo, amor a las almas y trato de impartirles mi corazón. Por esta razón, cada carta que escrito es mi mentalidad y amor. Debo dejar una mente apropiada y un amor apasionado en mis escritos e impartirlos al mundo antes de partir.
La Palabra de Dios es amor; sin embargo, si no lo creyese, entonces no la leería o guardaría. Entonces, ¿cuánto más las palabras de un hombre? Sin embargo, creo que habrá alguien que respete mi corazón y reconozca mi amor. Si es así, a través de esa persona permaneceré en esta tierra por largo tiempo.
Nuestra Iglesia Sungrak Seúl, de la cual soy pionero y a la cual hice crecer, mientras le dedique la fuerza, el amor y el espíritu de mi juventud. Soy un cuerpo muerto y mi mente es como la brumosa niebla. La carne está llena de deseos carnales e injusticia, por esta razón, es como el polvo que debe ser limpiado. Sin embargo, mi mente y voluntad siguen vivos.
La Biblia es mi camino, es la cabeza que me guía. Por esta razón, estoy tranquilo y feliz. Mi espíritu es feliz. ¿Piensa que no tengo nada para decir? Estoy agradecido porque hay gente que escucha y ama mis escritos. Estoy agradecido, porque creen mis sinceras palabras.
Deseo ser amado y mi corazón genuino es aprobado por el Espíritu Santo y el nombre de Jesús. Mi deseo es que mi espíritu reciba el interminable amor de Dios. Estoy agradecido, porque Dios me ama y aprueba darme poder diariamente, a pesar de ser como el polvo.
Más que esclavo de polvo, deseo poner el amor en acción. Mis escritos son hechos con honestidad y yo mismo confío en ellos. Si alguien pregunta, “¿Qué libro recomienda?”, entonces respondería, “Incluso, mis pestañas son preciosa, si no tuviera pestañas sería ciego. Por lo tanto todas mis notas son preciosas y valiosas, por favor, ámelas todas.”
Hay buenas casas e inmensas casas, pero no pueden compararse a la mansión preparada por mi Señor en el Cielo. No trabajo por la casa en este mundo, sino por la casa construida por el Señor en el Cielo.
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación y traducción: Ministro Da Un Chung