2017.01.08 – El poder de la resurrección
in SermonesEl poder de la resurrección
(Juan 20:19-23)
Dios
Es único.
Él
Se manifestó a sí mismo
A través de Jesucristo (Juan 1:18).
Jesús
Es la imagen de la sustancia de Dios (Hebreos 1:3).
Él es la resurrección (Juan 11:25).
La Iglesia de Jesucristo fue establecida por Él (Mateo 16:16-18).
La Iglesia de Jesús no es una religión
Es la imagen de Jesús (Efesios 1:22-23);
Es el lugar lleno del poder de la resurrección de vida,
La sangre y el poder del Espíritu Santo.
La Iglesia de Jesús sigue su mandamiento (Juan 10:18)
Y sin su mandamiento no es la iglesia real.
Aunque el mundo desconoce su obra (Hechos 19:2),
La Iglesia conoce la obra de Dios
Y crece según su voluntad (Juan 17:3).
Por lo tanto,
En todo debemos escuchar las palabra de Jesús
Y participar de toda su obra espiritual.
○ No se puede recibir por la justicia propia.
La justicia de Dios se recibe únicamente por gracia.
Jesús es el mandamiento de fe.
○ Somos personas de Jesucristo
Donde obra el poder de la nueva vida
Y está el testimonio de la resurrección.
○ El Señor que resucitó
Vendrá por sus discípulos,
Mientras que los que serán destruidos no pueden recibir la gracia.
※ ¿Está Él en nuestro espíritu?
¿Está Él en nuestra familia?
Debemos comer y beber con Él.
Juan 20:19-23
19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Resumen
La iglesia que muestra al Jesús que resucitó
Dios es único. Antes de que el universo hubiera sido creado, incluso antes de la creación del cielo espiritual, Dios estaba en su gloria. Dios tomó a su amado Hijo como heredero y luego creó el cielo espiritual, y también esta tierra. Dios siguió el plan que había establecido desde antes de la eternidad y envia a su Hijo a esta tierra.
Para el hombre el hecho de que el Hijo de Dios allá venido a esta tierra tiene un gran significado. Esto es porque el hombre originalmente no podía ver a Dios y mediante Jesús lo pudieron ver. Jesús es la imagen de la sustancia de Dios. El ver a Jesús es ver a Dios, y el conocer a Jesús es conocer a Dios.
Jesús al venir a esta tierra, ¿qué fue lo que hizo? Jesús es el Hijo de Dios, y esto lo hace ser igual a Dios. Este Jesús se revistió de la carne y vino a esta tierra a sufrir, y al final murió en la cruz. El que no tiene pecado tomó el pecado del hombre y murió en su lugar. Esta es la voluntad de Dios. Aquí esta la razón por la cual Jesús antes de fallecer dijo, “Consumado es” (Juan 19:30). Sin embargo, este no era el fin de Jesús. Jesús volvió a vivir. Y por medio de esto la humanidad pudo recibir el testimonio de que Él era justo.
Creer en Jesús es revestirse del mérito de Jesús, quien cargo el pecado del hombre, murió y volvió a resucitar. En el pasado el pueblo de Israel al guardar la Ley dada por Dios por medio de Moisés fueron justificados. Sin embargo, esto eso es una parábola de la verdad. Aunque al cumplir la ley sea santo, por medio de ella el hombre no puede recibir la salvación. Cualquiera que quiere recibir la salvación tiene que tener la justicia de Dios, para poder recibir la justicia de Dios tiene que confesar que es pecador.
Jesús murió mientras muchas personas lo observaban, y luego de resucitar mostró su cuerpo a muchas personas. Sin embargo, luego de que Él asciende al Cielo nadie lo pudo ver. Para el hombre esto es como si Dios hubiera desaparecido. Sin embargo, el hombre todavia puede tener ese encuentro con Dios.
La razón de esto es primero, porque Jesús quien ascendió enviará el Espíritu Santo a los que creen. Esto es algo que Él había prometido cuando estaba en esta tierra. El Espíritu Santo es espíritu de verdad. El Espíritu Santo mora en los creyentes haciendo recordar y entender las palabras que Jesús dijo al estar en esta tierra. Por lo tanto, nosotros todavía podemos escuchar las palabras de Jesús que esta en el Cielo por medio del Espíritu Santo.
Segundo, es porque Jesús dejo la iglesia en esta tierra. La iglesia es imagen de la sustancia de Jesús. Por lo tanto, las personas que siguen a Jesús siguen a la iglesia, y los que mueren por Jesús mueren por la iglesia. Aunque Jesús este en los Cielos, nosotros como siempre por medio de la iglesia podemos ver a Jesús y servirle.
La iglesia que esta junto con Jesús el que resucito
Para los discípulos el estar junto con Jesús era motivo para sentirse orgulloso. Ellos tenían la esperanza de que el reino de Jesús fuera edificado y estaban entusiasmados por la gloria que recibirían en ese reino. Ellos pensaron que Jesús quien caminó en el agua, expulsó a los demonios, y revivió a los muertos no podía ser lastimado. Sin embargo, el Señor fue capturado por los soldados de Roma, fue humillado, y finalmente murió colgado en la cruz. Los discípulos quienes pensaban ser victoriosos tuvieron miedo y se expalsieron.
Sin embargo, Jesús resucitó. Cuando dos de sus discípulos iban en el camino a Emaús se encontraron con Jesús. Aunque ellos caminaron y hablaron con Jesús, no pensaron de que él que esta enfrente de ellos era Jesús. Ellos estaban llenos del pensamientos negativos por la muerte de Jesús, y no puedieron ver a Jesús quien había resucitado y que estaba frente de sus ojos. Obviamente ellos habían escuchado los rumores de que Jesús había resucitado. Sin embargo, ellos estaban dominados por el temor y escucharon esas palabras como falsas. (Lucas 24:13-16).
Los discípulos que se habían separado, finalmente se reunieron en un lugar. Ellos se habían encerrado en el aposento alto susurando en voz baja. En ese instante Jesús de repente se manifestó en medio de ellos. Ellos se asustaron. Ellos al ver a Jesús que se manifestó entre ellos, como ni siquiera habían abierto la puerta, hasta pensaron que habían visto un fantasma. Sin embargo, el Señor habló a gran voz y hasta comió delante de los discípulos. Lo que se había manifestado delante de los discípulos ciertamente no era un fantasma. La resurrección para ellos simplemente era algo abstracto. Sin embargo, el cuerpo de Jesús que se manifestó delante de ellos ciertamente es una realidad.
Esta es la sustancia y principio de la iglesia de Cristo. Cualquier persona puede temer a la muerte. El siempre vivir en el temor de morir por una enfermedad, morir de hambre, o morir de en un accidente es innato en el hombre. Hasta los discípulos que estuvieron con Jesús en los momentos difíciles y felices fueron dominados por el pensamiento de que Jesús murió, por lo que no pudieron hacer nada por causa del temor. Sin embargo, de la misma forma como el Señor que resucitó se manifestó entre los discípulos, el Señor que resucitó se manifestó en medio de la vida del hombre que teme a la muerte. Esto es la iglesia.
La iglesia llena de paz, el Espíritu Santo y el perdón
En el lugar donde todos los discípulos se reunieron el Señor resucitado los bendice, “Paz a vosotros.” (Juan 20:21). Jesús al ver a los enfermos primero les dijo que estén tranquilos y tengan paz. Esto es porque es fácil enfermarse cuando no se tiene paz en el corazón. Cuando no hay paz es fácil que la desesperanza y el fracaso entren. Sin embargo, como la iglesia de Cristo esta junto con nosotros tenemos paz.
Había una mujer quien su hijo había muerto. Ella rápidamente buscó a un profeta. Ella pensó que un profeta podría salvar a su hijo. El profeta le preguntó a la mujer que vino a buscarlo, “¿Tienes paz?”. ¿Será que el corazón de la madre quien acabo de testificar sobre la muerte de su hijo puede tener paz? Pero la mujer respondió, “Tengo paz” y en ese instante el niño revivió. Tenemos que saber que tan grande es el poder de la paz.
La segunda palabra que el Señor dijo a sus discípulos en el lugar donde se reunieron fue, “Reciban el Espíritu Santo” (Juan 20:22). La iglesia de Jesús tiene que recibir el Espíritu Santo. Dios da como garantía a los que recibieron la gracia el Espíritu Santo. Las personas que recibieron el Espíritu Santo pueden saber que en su interior este mora. Cuando el Espíritu Santo moró sobre los discípulos en el aposento alto, ellos comenzaron a hablar en lenguas, y comenzaron a manifestar los poderes del Espíritu Santo.
Los que reciben la gracia tiene que recibir el Espíritu Santo, y el que ha recibido el Espíritu Santo tiene que estar lleno de Él y tiene que manifestar que Él mora en su interior. Los que solo han saboreado al Espíritu Santo caerán fácilmente. El volver a renovar a esa persona que ha caído de esta manera es algo extremadamente difícil. Por lo tanto, el que ha recibió el Espíritu Santo tiene que esforzarse para estar lleno del Espíritu Santo.
Otra razón por la cual debemos estar llenos del Espíritu Santo es porque el Espíritu Santo nos hace conocer sobre nuestro pecado, justicia, y el juicio. Nosotros comprendimos que el verdadero pecado es no creer en Jesús por medio del Espíritu Santo. Las personas que no conocen a Jesús por el Espíritu Santo pensarán que pecado es robar o matar, como el pecado de la carne. Las personas que tienen ese pensamiento pensarán, “Como yo no he pecado, yo no soy pecador.” Para la persona que no sabe que es pecador el mérito de Jesús no tiene ningún significado. Para el que piensa que es justo por sí mismo, ¿qué otra justicia necesitaría? El que no necesita el mérito de Jesús significa que no creerá en Jesús.
También la persona que esta llena del Espíritu Santo no cae en la tentación. Jesús les dijo a sus discípulos que orarán para que no entrarán en tentación. El diablo es el tentador. La forma en la cual hace para que el hombre caiga en tentación es mediante la separación. En algunos casos hace separa; los miembros de la iglesia con la iglesia, a los miembros de la iglesia con el pastor, o entre los miembros de la iglesia. El hecho de que una persona dice palabras que causan separación es evidencia de que esa persona entró en tentación. Para no entrar en la tentación siempre debemos estar llenos del Espíritu Santo. 1 Corintios 12:13 dice, “Nos dio a beber de un mismo Espíritu.” El hombre no puede vivir si no respira. Una persona que esta viva no para de respirar. De la misma manera, para que el que ha recibido la gracia pueda respirar tiene que estar lleno del Espíritu Santo.
Las últimas palabras del Señor que resucitó en el lugar donde los discípulos se reunieron fueron, “A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.” (Juan 20:23). La iglesia de Cristo tiene que recibir la gracia, el que ha recibido la gracia tiene que recibir el Espíritu Santo, el que ha recibido el Espíritu Santo tiene que estar lleno de este y perdonar. Cuando uno de los discípulos le dijo al Señor, “¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?”, Jesús responde diciendo, “No te dijo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” (Mateo 18:21-22). Tenemos que perdonar hasta el final.
Perdonar es el mandamiento del Señor. En la iglesia del desierto no había el perdón. Cuando comete pecado ciertamente tiene que pagar el precio del mismo. Sin embargo, en la iglesia de Jesucristo hay perdón. Como nosotros hemos recibido mucho perdón de la misma manera tenemos que perdonar a otros. También en la oración que el Señor nos a enseñado dice, “Perdona nuestras deudas como también nosotros hemos perdonado ha nuestros deudores.” Si es una persona que ha recibido el perdón verdadero de la misma manera tiene que perdonar a otros.
Jesús es la imagen de la sustancia de Dios, la iglesia es la imagen de Jesús quien resucitó. De la misma manera como nosotros al ver a Jesús vemos a Dios, al ver a la iglesia podemos ver a Jesús. Por lo tanto, la iglesia tiene que estar llena de la gracia, la preciosa sangre, el poder y el perdón de Jesús.
Jesús dijo, “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20). Jesús de la misma manera como entró en el aposento alto donde estaba los discípulos, desea entrar dentro de nosotros. Él al entrar y estar entre los discípulos les dijo, “¡Paz a vosotros! ¡Reciban el Espíritu Santo! ¡Perdonen!”. Este es el mandamiento de Señor. El que ha recibido al Señor tiene que cumplir con sus mandamientos. Tenemos que ser la iglesia que el Señor desea.
Carta de Simuón
Cuando conocí la verdad me convertí en un testigo de Jesús, y ore; Señor, te amaré con todo mi corazón y fuerzas. Señor, por favor ama mi alma. En vez de orar, “bendíceme” o “dame una bendición”, solía orar, “ama mi alma”.
Bendíceme significa dame algo grande de una vez, pero la oración, ama mi alma, no es sobre amor temporero, y yo deseo ser amado eternamente, con un corazón de madre. Incluso si no soy bendecido, pero soy verdaderamente amado día a día, día y noche, y eternamente por Dios, aunque sea terriblemente pobre o con algún dolor físico o mental, creo que todo mis días seré verdaderamente feliz en el amor verdadero del Señor, y este es el motivo por el cual ore de esta forma.
La forma para saber si tengo verdadera fe es: ¿estoy recibiendo su amor o no? Debo entender que Él me ama si verdaderamente soy amado por Él. He visto muchas personas pretender ser sinceros ante los ojos de otros, pero este no es el caso cuando están a solas. Durante mi niñez solía trabajar como peón en una casa muy grande junto a otros siervos, y siempre hice mi mejor esfuerzo para completar mi deber. Sin embargo, otros siervos que eran mayores que yo no hacían su mejor esfuerzo. Pero sin importar, trataba de mantener su paso durante la obra. En adición, en la parte del campo donde yo removía las cizañas no había ni una, ni si quiera raíces, y el suelo estaba bien cuidado.
Entonces uno de los siervos mayor que yo me reprendió, ¡Oye! “si continuas trabajando así te agotaras”. Solo pretende trabajar con vehemencia cuando el dueño está mirando, y tómalo con calma cuando estas solo. Debes considerar a los otros siervos … verdad. A partir de ese momento en ocasiones daba una breve mirada a su trabajo. Él solía cantar mientras laboraba, mediocremente completando su trabajo. En su parte del campo las cizañas volvían a nacer nuevamente. Sin embargo, en mi parte del campo no había nada de cizañas. Desde que me convertí en un siervo del Señor, pensé en qué clase de siervo debería ser. En mi ministerio, nunca he trabajado para que las personas me presten atención o me den cumplidos, sino que únicamente he utilizado todo mi vida por el bien del ministerio que ama al Señor. La iglesia es el cuerpo del Señor. Siempre he visto al Señor con mi espíritu, y por ende he amado a mi iglesia, el cuerpo de Cristo, como mi propio cuerpo. La iglesia es el cuerpo del Señor Jesús, Sus miembros y miembros entre unos y otros.
Columna de Adoración del Día del Señor
Pastor Ki-Dong Kim
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri