2016.05.08 – El Espíritu Santo que perfecciona la fe
in SermonesEl Espíritu Santo que perfecciona la fe
(Hechos 19:1-7)
Dios
Cumple su obra
Y consuma su voluntad. (Jeremías 33:2)
Él
No hizo la gran obra solo,
Sino a través del Hijo; (Hebreos 1:2)
Por lo tanto, no hay algo que Él haga sin el Hijo. (Juan 1:13)
Así como Dios
Supo que el Hijo debía estar en el mundo;
El Señor Jesús
Sabe que el Espíritu Santo debe venir a nosotros;
Por esta razón, Dios le mandó al Hijo lo que debía hacer, (Juan 10:17-18)
Jesús consumió la voluntad de Dios (Juan 6:38-40)
Y Jesús hace que el Espíritu Santo
Ayude a los santos
Según la voluntad de Dios. (Romanos 8:27)
La obra de Jesús realizada según la voluntad de Dios
Es testificada en el corazón de los santos por el Espíritu Santo, (2 Pedro 1:19-21)
Y finalmente,
Por las obras de los santos
Da fruto el evangelio.
○ Los santos
Deben adaptarse a la inspiración del Espíritu Santo
Para dar testimonio de la grandeza del poder de la sangre.
○ Los santos
Son el cuerpo que tienen la misión de llevar el Evangelio
Por la guía del Señor Jesús encomendada al Espíritu Santo.
○ El Nuevo Mandamiento
Es el ambiente absolutamente necesario para la obra del Señor
Donde son guiados los santos por el Señor.
※ Sin la inspiración del Espíritu Santo
No hay fe.
Por la inspiración del Espíritu Santo tengamos una fe perfecta.
Hechos 19:1-7
1 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos,
2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.
5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
7 Eran por todos unos doce hombres.
Resumen
Para poder obrar junto con Dios la fe tiene que ser perfecta
Dios es el ser quien obra. Aunque la imagen común que las personas tienen de un dios es la figura de un ser sentado y quieto sin hacer ningún trabajo, la Biblia dice que Dios es muy diferente a esto. Dios es quien obra desde antes de la existencia de la humanidad, antes de la existencia del mundo, y sigue obrando. La Biblia testifica que este mundo fue creado por Dios. El primer capitulo de la Biblia comienza con el tema de que Dios creo al mundo y en el último capítulo termina con el tema en el cual Dios organizando todas las cosas después de realizar su voluntad.
La mal interpretación de que Dios es un ser que está quieto o que Dios no está junto con uno trabajando y no se preocupa, es un gran problema. Esto es porque somos hijos de Dios que salieron de Él, obremos que deben trabajar junto con Dios. ¿Qué debemos hacer para tener una relación con Dios y trabajar junto con Él? Lo que hace esto posible es la fe. La fe es lo que ata fuerte y eternamente la relación entre Dios, a quien no podemos ver, y nosotros. Tenemos que esforzarnos para que nuestra fe sea sólida y bien establecida.
El nivel de nuestra fe puede ser mucho menor de lo que estamos pensando. Lo que nosotros necesitamos es una fe perfecta. El tener una fe perfecta no se refiere a una fe que es complacida por uno mismo sino una fe que Dios puede reconocer. Obtener una fe perfecta no es algo posible solo con el esfuerzo propio. Dios tiene que hacer nuestra fe perfecta.
Conocer a Dios es experimentar
¿Cuál es la forma para poder perfeccionar la fe? Más importante que cualquier cosa es conocer a Dios. Dios no es un quien obra por sí solo. Como ya he mencionado en el principio, aunque Dios es quien obra mucho, no obra solo sino que ciertamente obra por medio de su Hijo. En otras palabras, Dios no obra sobre pasando a su Hijo.
Dios toma a su Hijo como heredero y por medio de su Hijo creó este mundo (Hebreos 1:2, Juan 1:3). Aunque Dios haya creado los cielos y la tierra, no lo hizo personalmente sino que hizo que su Hijo lo realizará. Pero, en realidad Dios es quien hizo toda esta obra. Aún cuando el ingeniero construya un edificio, construye según el diseño del arquitecto. En ese momento las personas dicen que el arquitecto fue quien lo construyó y no el ingeniero. Dios estableció la voluntad, y el Hijo es quien realiza esa voluntad.
Jesús dijo, “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.” (Juan 12:49). Ver al Hijo de Dios es ver a Dios, conocer al Hijo de Dios es conocer a Dios. La persona que conoce a Jesucristo al que Dios envió obtendrá la vida eterna (Juan 17:3).
¿Qué es lo que significa “conocer”? ¿Será que simplemente es guardar una información en el cerebro? La vida eterna no es algo que obtuvimos al guardar una información en la cabeza sino que la obtuvimos por medio de la experiencia. Dios, para que nosotros obtuviéramos la vida eterna, nos hace conocer la verdad. Debemos entender claramente lo que es conocer la verdad. Conocer es la experiencia.
El Espíritu Santo hace que experimentemos la verdad
La historia de Dios y el Hijo esta enfocada en que la humanidad obtenga la vida eterna. La Biblia en la perspectiva de Dios dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16) y en la perspectiva del Hijo dice, “Pero cuando vega el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad.” (Juan 16:13). Y además el Hijo dijo, “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (Juan 16:14-15). El Padre le da todo lo suyo al Hijo, y el Hijo eso mismo por medio del Espíritu Santo nos lo da a nosotros.
Si el Espíritu Santo no obra nadie puede venir hacia Jesús. Por el hecho de que el cuerpo entra al edificio de la iglesia no podemos decir que esa persona haya entrado en Jesús. Para ir hacia Jesús ciertamente debe haber una experiencia que viene del Espíritu Santo. El Señor al decir las palabras, “Pero cuando vega el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad.”, no quiere decir “El Espíritu Santo vendrá dócilmente y al cumplir todas las cosas automáticamente irán a la verdad.” Conocer la verdad es grande y ciertamente el experimentar.
La ley o la profecía de los profetas no son la verdad. Jesús dijo que Él era la verdad (Juan 14:6). Por lo tanto, la palabra de que el Espíritu Santo nos guiará a la verdad significa que nos guiará a Jesús. Jesús ascendió al Cielo, ¿cómo podemos ser guiados a Él? La palabra de que Jesús es la verdad significa que la sangre que Él derramo es la verdad. También el cuerpo que nos dio es la verdad. La verdad también es Jesucristo en sí. También el evangelio, que evangeliza todas las obras del Señor son la verdad. En conclusión, Jesucristo al morir colgado en la cruz y resucitar, todas sus obras son verdad para nosotros.
El Señor desea que las obras de Jesucristo dentro de nosotros sean selladas por medio del Espíritu Santo. Conocemos la verdad, “Jesús murió colgado en la cruz. Él por nosotros derramo su sangre y nos da su carne.” Sin embargo, como la información en la cabeza puede ser quitada no podemos estar tranquilos. Para que la verdad no sea quitada hasta que entremos en el Cielo, debemos recibir el sello del Espíritu Santo en las obras de Jesucristo. En la perspectiva de Dios por medio de eso se confirma nuestra fe con ese sello, y en nuestra perspectiva recibimos la certeza de la verdad.
El Espíritu Santo nos guía según la voluntad de Dios. No debemos impedir la inspiración del Espíritu Santo por medio de prejuicios o estereotipos sino que debemos hacer que el Espíritu Santo nos guíe cuanto Él quiere. Dios le dio su voluntad al Hijo, el Hijo lleva la voluntad del Padre intactamente y la completa, el Espíritu Santo, por medio del Hijo quien cumple la voluntad de Dios, guía a los santos, no pierde a ninguno y hace que todos obtengan la vida eterna (Juan 6:38-39). Cuando experimentamos la verdad el Espíritu Santo convertirá nuestra fe en un fundamento solido.
Seamos cambiados por el Espíritu Santo y tomemos el trabajo de evangelizar que el Señor dejo
Por la obra del Espíritu Santo nuestra fe puede ser perfecta. En ese momento el Espíritu Santo puede realizar su segundo deber. Esto es el remover la terquedad y prejuicio del santo y los residuos que tuvo en el paso del mundo y cambiar completamente su naturaleza. Esto es para poder tomar responsabilidad en el trabajo que el Señor dejó. El Señor desea que también nos esforcemos como Él y trabajemos con paciencia (Mateo 16:24). El trabajo que el Señor nos dejo es compartir a muchas personas la gracia que el Señor realizo derramando su sangre. Para poder tomar este trabajo debemos recibir sufrimiento en nuestro corazón, nuestro cuerpo debe estar cansado, y recibir el peligro en nuestra vida. Por lo tanto, sin hacer esto por medio del Espíritu Santo nadie puede llegar a ser testigos de Jesús.
Mientras evangelizamos debemos obedecer el nuevo mandamiento. Vuelvo y repito, debemos ordenar y servir al mismo momento. Cumplir con el nuevo mandamiento es testificar mutuamente que somos personas que han recibido la gracia por la sangre de Jesús. También el hecho de que cada vez nos reunimos y tomamos la santa cena es para confirmar uno al otro que somos personas que han recibido la gracia de la preciosa sangre. Al hacer esto, las personas del mundo aceptarán que somos personas de Dios y por medio de eso se le es dada una oportunidad para que ellos puedan dar gloria a Dios. (Juan 13:35).
El Espíritu Santo restaura nuestro corazón y naturaleza. Esto es porque así la iglesia puede cumplir bien el trabajo que el Señor dejó. En vez de gozarnos cuando las otras personas fracasan y triunfar solos, debemos gozarnos por ser más pacientes y recibir sufrimientos. La lealtad y fidelidad de que siempre vamos a estar junto con la iglesia debe ser mostrado mutuamente. Debemos esforzarnos juntos para que por medio de la iglesia realicemos hermosamente la voluntad que Dios dejo. Para esto, el Espíritu Santo perfecciona nuestra fe.
Pastor Lee Ki Taek
Centro de Misión Sungrak
Carta de Simuón
Muy pronto
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri