2015.08.02 – No recaiga luego de haber gustado el don celestial
in SermonesNo recaiga luego de haber gustado el don celestial
(Hebreos 6:1-8)
Dios
Es el Padre verdadero.
Él
Creó el mundo a través del Verbo. (Juan 1:2-4)
Él envió al Verbo,
Es decir Jesucristo. (Juan 1:14)
Jesús no es un ser místico, sino real;
Él entra en nosotros
Y se manifiesta a sí mismo, estas son nuestras experiencias. (Apocalipsis 3:20)
A través de la Palabra, (Juan 12:50)
El Espíritu Santo, (Hechos 2:1-4)
Los poderes del siglo venidero, (Marcos 16:17-19)
El bautismo y los dones (Hechos 1:4-5)
Se manifestó a sí mismo, esta es la experiencia de nuestra fe.
A pesar de esto, quien duda de Él y le traicione
No tiene el perdón de los pecados (Hebreos 6:4-6)
Ni hay sacrificio por los pecados. (Hebreos 10:26)
Debemos salir delante de Dios
Y arrepentirnos por nuestro corazón maligno. (Mateo 4:17)
Debemos llamar al Señor Jesús
Hasta que nos consuele el Espíritu Santo.
○ El arrepentimiento y el bautismo
Es ser obediente desde el principio.
La obediencia es una experiencia espiritual.
○ Recibir al Espíritu Santo y sus dones
Es la experiencia de los que han nacido de nuevo.
Es la promesa del Señor.
○ La buena Palabra de Dios
Es alimento espiritual que da vida,
No puede ser únicamente gustada, sino obedecida.
※ No despreciemos a Dios,
No ignoremos a Jesucristo
No tentemos al Espíritu Santo.
Hebreos 6:1-8
1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,
2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.
3 Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.
4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,
6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
7 Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios;
8 pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.
No recaiga luego de haber gustado el don celestial
(Hebreos 6:1-8)
Mantener los fundamentos de la fe
Dios es el Padre. Dios nos envió la palabra para darnos vida eterna, bendición y gloria que vienen de Él. Como la palabra de se hizo carne y vino al mundo, nosotros pudimos ver esa palabra y creyendo en esa Palabra recibimos el amor y la gracia de Dios.
La fe no viene de las emociones y convicciones humanas. Al creer que Dios cumple con cada una de sus promesas podemos experimentar en Él. Si acumulamos méritos con nuestras propias fuerzas y no con la revelación de Dios terminamos siendo supersticiosos. La fe, la cual es nuestra verdad, nos salva del pecado y eventualmente nos salva de las llamas del infierno, por lo tanto la palabra de Dios es la evidencia de esa fe.
La razón por la cual Jesús, quien es la palabra que se hizo carne, ordenó que “Coman mi carne y beban mi sangre” es para que recibamos la vida, bendición y gloria que Dios nos quiere dar por su Palabra. Algunos discípulos no entendieron eso por lo tanto se alejaron de Jesús. Cuando Jesús le preguntó a sus doce discñipulos “¿Queréis acaso iros también vosotros?” Pedro confesó diciendo “¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna.” (Jn 6:68). Por lo tanto, el fundamento de nuestra fe esta en la Palabra.
No tener poder es básicamente no tener la Palabra de Dios, también si no tenemos milagros o prosperidad no tenemos la Palabra de Dios. Dios ciertamente cumple con su palabra. Sin ningún cambio la Palabra de Dios sigue obrando hoy en día. La palabra obra igualmente ayer, hoy, y para siempre. Por lo tanto, no debemos escuchar la Palabra con los oídos sino que debe entrar en nosotros.
La Palabra debe obrar en nosotros
La razón por la cual las personas entran en el infierno es por el pecado cometido por Adán. El pecado de Adán no fue un pecado moral como adulterar o matar sino que fue la desobediencia a la Palabra de Dios al comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Así es como Samuel le dice a Saúl quien desobeció la palabra de Dios, “Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura del los carneros. Porque como percado de adivinación es la rebelión, y como idolos e idolatría la obstición. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.” (1 Samuel 15:22-23).
Los reyes de Judea, el reino del sur, e Israel, el reino del norte, siempre de alguna forma u otra, decepcionaron a Dios. Pero al fin los reyes de Judea y de Israel no pudieron continuar con el reinado hasta la llegada de Jesús. La razón por la cual no pudieron continuar con el reino es porque ellos no obedecieron la Palabra de Dios.
Pero a diferencia de ellos, David recibió el título de “varón conforme a mi corazón” (Hc 11:22). Ahora miremos las obras que David hizo. Él mató a uno de sus siervos para poder tomar a su mujer. Por lo tanto, Dios no se guió por las apariencias de la carne sino Dios vio el anhelo de amar y de obedecer a Dios.
Si lo vemos por la justicia de la mundo, no hay más justos que los fariseos, pero Jesús reprende´p a los fariseos diciendo “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!” (Mt 23:23). También Jesús le dice a las personas “Porque os dijo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” (Mt 5:20). El punto clave de los fariseos es que la Palabra de Dios no estaba obrando en ellos.
En la Palabra de Dios hay experiencias. La razón por la cual el Espíritu Santo fue enviado es para que podamos recordar, entender y completar la Palabra de Dios que fue enviada por medio de Jesús.
No caer después de experimentar los dones
Nuestra vida de fe comienza con la experiencia. Nosotros para recibir la Palabra de Dios nos arrepentimos, bautizamos y recibimos el Espíritu Santo, que es la promesa de Dios, Él nos otorga el don de hablar en lenguas. La razón por la cual debemos hablar en lenguas es porque fue algo que Jesús ordenó (Mar 16:17).
En Hechos 2:4 dice “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”. Las lenguas es el comienzo de los dones. Nosotros no debemos experimentar y caer sino que debemos manifestar diferentes tipos de dones del Espíritu Santo (1 Cor 12:8-10).
Hay personas que dicen que es difícil volver a tener ese gozo que recibieron por primera vez cuando recibieron la bendición. Desafortunadamente, eso es verdad. Una vez que uno pierde ese gozo que recibio por primera vez al experimetar la bendición es difícil de volver a obtenerla. Una vez la rama no da fruto es dificil que el proximo año de frutos. ¿Cuánta gente ha caido después de experimentar los dones del Espíritu Santo?, o ¿cuánta gente ha caído después de conocer la Palabra de Dios? o ¿Cuánta gente ha caido después de tener el poder del siglo venidero? Aunque estas personas quieran obtener una nueva oportunitad de arrepentimiento tendrán que volver a crucificar al Hijo del Hombre en la cruz pero la verdad ellos no tendran esa oportunitad (Heb 6:4-6). Pero incluso si hay gente que quiere volver a vivir, puede cuidar ese anhelo al arrepentimiento y obedecer a la Palabra de Dios, por medio de eso tener frutos (Heb 6:7-8).
Por lo tanto en Hebreos 10:26-31 dice “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adverdarios”. Por medio de Jesucristo recibimos el perdón de los pecados y la salvación. Los que ignoran las obras de Jesús recibirán un gran castigo. Únicamente las llamas del infierno les esperará a esas personas.
No debemos evitar las obras del Espíritu Santo, tampoco debemos detener las obras de la Palabra de Dios. Recibir los dones es como ser nueva tierra, en esa tierra deben nacer ramas, en esa ramas hojas, luego flores y finalmente debe tener frutos. No debemos caer después de experimentar los dones. Tampoco debemos caer después de conocer la Palabra. No debemos experimentar el poder de la era venidera. No debemos dejarnos llevar por las emociones como personas siendo supersticiosos. Sino que la Palabra de Dios debe obrar dentro de nosotros.
Carta de Simuón
Muy pronto
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung
Traducción: Ministro Da Un Chung y Richard Olivieri