2016.05.15 – Las palabras escritas por el dedo de Jesús
in SermonesLas palabras escritas por el dedo de Jesús
(Juan 8:1-11)
Dios
Es el Verbo de vida.
Él
Salvó a la humanidad que estaba destinada a la destrucción por la Palabra. (Juan 5:24)
El Hijo de Dios vino al mundo
Para que a través de la Palabra
La Ley se perfeccione en el Evangelio. (Mateo 5:17-19)
La Ley
Es la Palabra entregada por medio de los ángeles, (Gálatas 3:19)
Mientras que el Evangelio
Es la Palabra dada directamente por el Señor. (Hebreos 2:3-4)
Aunque por la Palabra de los ángeles el mundo es condenado,
Por la Palabra del Señor el mundo es salvado.
En este mundo no hay justos,
Por eso el Señor escribió, por los pecadores.
Los que creen no tener pecados
Leen estas palabras y son condenados;
Pero los pecadores deben leer estas palabras y ser salvos.
Aunque estas palabras no son visibles,
Son palabras de salvación legibles para los pecadores.
El Señor inclina su cuerpo para redimirnos.
○Las Palabras escritas por el dedo del Señor
Llenan nuestro corazón.
Arrepintámonos.
○Amemos
La Iglesia que es el cuerpo del Señor.
○ Cumplamos nuestra misión
De anunciar el Evangelio.
※ Aunque las letras de este mundo sean borradas,
Las palabras escritas por el dedo del Señor
Nunca desaparecerán.
En las letras escritas por el Señor
Está nuestra salvación eterna.
Juan 8:1-11
1 y Jesús se fue al monte de los Olivos.
2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Resumen
El deber de las personas que creen
Hay veces que la vida es dura. Esto no es una excepción para las personas que creen en Jesús. Sin embargo, debemos vencer los sufrimientos. No significa aguantar las lágrimas y aguantar forzadamente. Para nosotros, quienes tenemos en mira la gloria que recibiremos en el Cielo, los sufrimientos de la vida son un pequeño problema que podemos vencer. La persona que ha puesto su corazón en el mundo sentirá el sueño que Dios ha dado como algo pequeño. Sin embargo, el sueño que Dios da es tan grande que nos hace vencer fácilmente el mundo.
Delante de Dios tenemos que dar todo para cumplir el deber como personas que creen. Aunque ahora mismo tengamos un problema real delante de nuestros ojos, no debe haber un cambio en nuestra actitud. Si no cumplimos apropiadamente el deber que debemos consumar ante Dios, aún si Dios no escuchara nuestras oraciones no tendríamos palabras que decir. No deberían criticar la obra de la iglesia o juzgar el pastoreo según el criterio del mundo. En cualquier situación se debe pensar qué es lo que uno tiene que hacer para beneficiar a la iglesia.
Pecadores que han recibido la gracia
No debemos olvidar que nuestra naturaleza es de pecador. Delante de la ley de Dios no podemos evitar la condenación. Obviamente como ya nos hemos revestido de los méritos de Jesucristo, ya no recibimos más la condenación de la ley. Sin embargo, esto no significa que es bueno menospreciar la ley. Porque por medio de la ley nosotros pudimos encontrar al Señor. Por lo tanto, en algún modo podríamos decir que a través de la ley recibimos la salvación.
Hay personas que mal interpretan las palabras, “ser libre de la ley” y sin atarse a ninguna ley, actúan como les place. Estas personas han olvidado la verdad de que originalmente era pecadoras. Para un cristiano la ley es muy necesaria. Jesús dijo que no vino para abrogar la ley sino que vino para completarla. Por lo tanto, también un cristiano que ha obtenido la libertad de la ley debe esforzarse, más que cualquier otro, para realizar la voluntad de Dios que está en la ley.
La ley es la ley que aplica a toda la humanidad. Dios desea que todas las personas confiesen: “Yo soy pecador” delante de la ley. Jesús recibió el castigo que la humanidad debió recibir, y desde ese momento está intercediendo por nosotros. Sin embargo, para que nos revistamos de los méritos de Jesucristo, primero debemos confesar la realidad de que uno es pecador.
El problema que Jesús descubrió en los fariseos es que ellos delante de la ley no se consideraban a sí mismos como pecadores, por el contrario se consideraban justos. Ellos tenían la certeza de que ellos estaban guardando toda la ley. Lo que Jesús hizo delante de los fariseos es fortalecer la ley. Jesús al hacer esto no lo hizo para que los fariseos fueran destruidos, sino para que por medio de ello aceptaran que son pecadores y se arrodillaran delante de la gracia de Dios.
Lo que el Señor escribió en la tierra
Un día los judíos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio a Jesús y le dijeron: “En la ley nos mandó Moisés a apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?” Si seguimos la ley, esa mujer debió haber muerto. Este tipo de persona estaba parada delante del salvador que vino a este mundo, Cristo. Seguramente en ese momento todo los ojos y orejas del cielo y la tierra estarían enfocados en esa escena. Jesús se inclinó hacia el suelo y comenzó a escribir en la tierra. Luego le dijo a las pocas personas que lo rodeaban, “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.”, luego volvió a inclinar su cuerpo y siguió escribiendo en la tierra. Las personas que sintieron remordimiento en sus consciencias al escuchar esas palabras uno por uno dejaron ese lugar.
La mujer adúltera vivió por medio de lo que el Señor escribió. Nadie puede saber lo que el Señor escribió en la tierra. Para que las personas que no creen no se atrevan a ver esa santa escritura, para que nadie vaya a cambiar ese escrito, el Señor no dejó registro de ese escrito. Lo que nosotros debemos saber es que por medio de ese escrito se entregó a sí mismo sacándonos del castigo eterno, por esto fue que el Señor escribió este escrito. Por lo tanto, nosotros delante de ese escrito debemos recordar que originalmente somos pecadores.
Delante del escrito del Señor
Aunque al recibir la salvación nos convertimos en hijos de Dios, esto no es por nuestras obras, por esto siempre debemos ser cuidados con lo que hay en nuestros corazones. Si pensamos en el corazón que el Señor escribió en la tierra palabras que se referían a la salvación de los pecadores, no debemos perder el corazón de temor mientras vivimos en esta tierra (1 Pedro 1:13-19). Al servir a Dios debemos tener un corazón de temor (Hebreos 12:28-29), también hasta el final con ese corazón debemos realizar la salvación (Filipenses 2:12).
Si fuera una persona que ha leído lo que el Señor escribió en la tierra, ahora tiene que ser diferente. No es el hecho de tomar la gran gracia que uno ha recibido como algo obvio y otra vez regresar al pasado. En cambio de juzgar a las otras personas, debe preocuparse por su espíritu. Debe desechar la costumbre de criticar a la iglesia, y debe entregarse a sí mismo para hacer la obra del Señor. Se debe desechar toda acción de menospreciar al Pastor, y en cambio se debe convertir en un sólido ayudante del Pastor.
Nuestra fe se debe construir sobre los méritos del sacrifico de Jesús. Debemos hacer que ningún otro estándar nos aparte de la obra del Señor y la ley de Dios dominé nuestro corazón. Aunque delante de Dios éramos pecadores ya hemos recibido la gracia de la redención, y todos los días estamos recibiendo la gracia de intercesión. Ya que hemos recibido este gran amor, ahora debemos entregar nuestro ser en la obra de llevar ese amor. En vez de convertirse en una persona que con los estándares del mundo hacer caer a la iglesia en peligro, debe convertirse en el santo que defiende la iglesia y al apoyar la obra de la iglesia salve vidas. Esta es la actitud apropiada que debemos tener delante de Dios como seres que se han revestido de la gracia. Cuando obramos de esta forma, Dios también recordará los sufrimientos que hemos pasado y nos ayudará.
Pastor Lee Ki Taek
Centro de Misión Sungrak
Carta de Simuón
El mundo de los seres humanos está colapsando debido a la asombrosa civilización de la era presente. Hace algunos meses, un encuentro de “Go” (juego de mesa oriental parecido al ajedrez) entre un hombre y “Alphago” (Una computadora) asombró al mundo, el hombre perdió. Pronto la inteligencia artificial cubrirá todas las áreas donde las personas realizan su labor. Novelas y poemas serán creados por inteligencia artificial. La esperanza por el el reino de Dios que recién ha sido predicado a los corazones de las personas será destruido.
Entonces, ¿habrá algo que la iglesia pueda hacer? Esa es la razón por la cual la iglesia deben despertar. Cuando la inteligencia artificial llegue al nivel de gobernar a los hombres, incluso sobre la inteligencia de los humanos, ¿qué será lo próximo? Sin embargo, no pierdo una de mis grandes esperanzas. Aunque la habilidad de la inteligencia artificial es grande, no puede escribir un ensayo. Como un ensayo se trata de escribir memorias duraderas basadas en recuerdos y experiencias personales, nunca podrá ser fabricado
Pero hay una cosa que me preocupa – dado que la inteligencia artificial podría crear sermones espirituales que solo deberían ser predicados en el púlpito, ¿podríamos decir que Dios está vivo?, ¿podríamos decir que el Espíritu Santo obra en los sermones? Sin embargo, algunas iglesias corruptas naturalmente dependerán de la inteligencia artificial para crear los manuscritos de sus sermones y eventualmente los derramarán en el púlpito. ¿No es acaso está la imagen de la bestia que habla?, ¿podrá alguien entrar al cielo por escuchar los sermones creados por la inteligencia artificial los cuales no tendrán vida ni poder espiritual?
Nuestra iglesia tiene un gran llamado en esta era. Un sermón sin inspiración nunca puede existir en el púlpito de la iglesia. Hemos comido y bebido de la verdad e inspiración durante el pasado media siglo a través de la ayuda del Espíritu Santo. La Palabra ha testificado por la manifestación del poder del Espíritu Santo, y mediante la Palabra, todas las almas en nuestra iglesia recibieron el Espíritu Santo y dones espirituales. Los demonios se estremecieron y fueron expulsados, conociendo la Palabra. Estas obras deben continuar más y más hasta el día de la segunda venida de Jesucristo.
Antes que todo, los miembros de nuestra iglesia deben estar despiertos. Si son engañados por cualquier tipo de voces que no sirven para nada, permanecerán como personas religiosas por siempre, y si tienen una consciencia espiritual para discernir y recibir la Palabra de Dios, sobrevivirán. Cada uno de nosotros debe ser alma espiritual para poder discernir la Palabra de Dios. Debemos ser capaces de discernir si las palabras son verdaderas, esto es, del Espíritu Santo, o si las palabras son ficción, hechas por la inteligencia artificial.
Tengo un llamado. He vivido toda mi vida como aquel que ha sido comisionado con un llamado. Las palabras que he entregado han sido respaldadas por Dios y testificadas por el Espíritu Santo, y los demonios se estremecieron y fueron expulsados. ¡Oh, alma mía!, entreguemos únicamente la Palabra del Señor. Testifiquemos las palabras que el Espíritu Santo provee. Nuestra iglesia debe hacer esto por siempre.
Columna de Adoración del Día del Señor
Pastor Ki-Dong Kim
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri