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2018.03.18 – Sea cristiano
in SermonesSea cristiano
(Romanos 8:1-9)
Dios
Es Padre.
Él
Sopló de su espíritu sobre el hombre que creó
Y lo convirtió en ser espiritual. (Génesis 2:7)
El hombre creado del polvo vuelve al polvo
Pero el espíritu tiene vida eterna en el cielo. (Juan 3:16)
Los néfilim solo eran polvo (Génesis 5:2)
Y encontraron su final en el diluvio;
Pero los espíritus tienen un valor eterno. (Génesis 6:2)
Los hombres del polvo vuelven al polvo por ser polvo (Génesis 3:19)
Y no pueden ser hijos de Dios (Romanos 8:14)
Pero los espirituales y su descendencia
Pueden ser convertidos en hijos de Dios. (Juan 1:12)
Los hombres del polvo siguen los deseos carnales
Y solo piensan en la carne; (Romanos 8:5)
Pero los espirituales tienen la inspiración espiritual
Siguen la voluntad de Dios y caminan con Él.
Los hombres espirituales
Reciben al Espíritu Santo y son cristianos (Romanos 8:9)
Y reciben el cielo como herencia. (Romanos 8:17)
◌ ‘Si seguimos la voluntad de “seamos hombres de Dios”
Debemos recibir el espíritu de Jesucristo.
Debemos recibir al Espíritu enviado por Jesús.
◌ Sin el espíritu de Jesucristo
No podemos ser hombres del Cielo.
Solo los que nacen del espíritu son espirituales.
◌ La carne puede ser religiosa
Mientras que lo nacido del espíritu puede ser espiritual
Y ser verdaderamente cristiano.
※ Debemos renacer
Recibir al Espíritu Santo
Y vivir solo por Él.
Romanos 8:1-9
1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Resumen
Para aquellos que no pueden vivir según la voluntad de Dios
Dios es nuestro Padre. La razón por la cual nosotros podemos llamar a Dios, Padre, es porque nos hemos convertido en un solo cuerpo con Jesucristo, el Hijo de Dios. Dios al enviar a Jesucristo, manifestá su amor hacia nosotros. Dios es amor. Pero antes de conocer con certeza está verdad tenemos que saber que tan estricta es la justicia absoluta de Dios.
Cualquiera que es cristiano estaría de acuerdo con el hecho de que uno tiene que vivir según la voluntad de Dios. También conocerá que si no vive según la voluntad de Dios no tendrá más opción que ser condenado. Pero el problema está en que ninguna persona puede vivir completamente según la voluntad de Dios. Estas palabras son lo mismo que decir que todas las personas tendrán que ir al infierno. Está es la razón por la cual Dios nos da la gracia a través del Jesucristo.
La Ley pide al hombre vivir según la voluntad de Dios. El decir que no existe hombre que pueda vivir según la voluntad de Dios, son las mismas palabras que todos en la Ley son pecadores. La muerte es lo que la Ley le pide a los pecadores. Esto es lo que Jesucristo pago al venir a esta tierra. Él aún en este momento llama a los pecadores diciendo: “Vengan y reciban la gracia, aquellos que no pueden vivir según la voluntad de Dios.”
El hombre no es un ser que cuando muere desaparece por completo. Cuando Dios creó al hombre los crea varón y hembra, ordenándoles que: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra”. El hombre según ese mandamiento lleno toda la tierra, y entre ellos Dios escogió a uno en quien le soplo aliento de vida convirtiéndolo en un ser viviente (1 Corintios 15:45). Como la carne del hombre fue creado del polvo de la tierra cuando llega su debido tiempo tendrá que volver al polvo de la tierra. Sin embargo, como el espíritu viene del cielo tendrá que regresar al cielo. Pero, como el primer Adán peco todos los espíritus que estaban dentro de él no volverán al cielo sino entrarán al infierno.
Dios ciertamente dijo a Adán: “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:17). Aunque el diablo sedujo de la siguiente manera: si conoces el bien y el mal podrás ser como Dios. Adán y toda la humanidad que le pertenecía al conocer el bien y el mal no pudieron escapar de la destrucción eterna. Dios para salvar a esta humanidad planea en primero da la Ley a los Israelitas. El rol de la Ley es para el hombre conocer el bien y el mal. Y con respecto con los gentiles hace que su consciencia haga el mismo rol que la Ley. Pero a pesar de esto, las personas regresan a depender de la Ley y la consciencia incluso luego de recibir la gracia. Las personas tienen que saber con certeza que como Dios nos ha advertido desde el principio, el diferenciar el bien y el mal hace que el hombre muera.
Como el diablo conoce esta verdad, trata en cortar a los que están dentro de Jesucristo juzgando la Ley y la conciencia. Cuando una persona que tenia una gran vida de fe comete un error, el diablo le dirá en secreto susurrando: “Tu eres un pecador. Piénsalo en tu consciencia. Piensas que así vas a poder venir delante de Dios.”. Cuando una persona gozoso tiene su vida de fe cae con estos ataques del diablo, hace que sea cortado de Jesucristo y de toda gracia (Gálatas 5:4).
¿De qué forma podemos vencer estos ataques del diablo? Es aceptar la verdad de que la sangre de Jesucristo esta dentro de nosotros, y testificarlo. Apocalipsis 12:11 dice: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Esto es lo que nosotros tenemos que testificar hasta dar nuestras vidas: “Yo soy quien ha recibido la gracia por medio la sangre de Jesús”. El conocimiento del bien el mal ha venido al hombre por medio de los ataques del diablo, quien quiere separar la relación entre Dios y el hombre. Nosotros al testificar el merito de la sangre de Jesús sobrepasamos todo esto.
Redención realizada a través de la preciosa sangre
En la palabra “pecado” podemos encontrar diversos significados. El pecado que lleva a toda la humanidad a la condenación cuando Adán come del fruto del árbol de la conciencia del bien y el mal es el pecado original. El pecado original no vienen a través de las acciones de cada persona. El pecado que es cometido por la acciones de cada persona es el pecado de la conducta. Como este pecado pertenece a la carne, esto no lleva la muerte del espíritu.
Aparte de esto podemos encontrar el pecado del pensamiento. Como dice su propio nombre se refiere a pecar por medio los pensamientos y emociones. Aunque Dios dijo a Caín: “El pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.” (Génesis 4:7), Caín no puedo señorear su deso del pecado sino que lo puso en acción. De esta manera, el pecado del pensamiento es el origen del pecado de la conducta. El último mandamiento entre los Diez Mandamiento, el no codiciar, hablar del pecado del pensamiento.
El problema está en que con solo el pecado del pensamiento tendrá que recibir el juicio de Dios. Si el pecado que es cometido con el corazón también es juzgado, entonces ¿quién podría ser aceptado como justo? Jesús dijo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulterado con ella en su corazón. En conclusión, como Romanos 3:10 dice: “No hay justo, ni aún uno”.
El hecho de que todas las personas son pecadoras significa que todo hombre ha sido condenado. Sin embargo, Dios hace conocer que hay un camino para que el pecador pueda vivir la cual es la redención. En el primer pacto al derramar la sangre de los animales el pecado del hombre era redimido. Sin embargo, como los animales no son seres espirituales esa sangre solo puede redimir el pecado de la carne. Para que el hombre no vaya al infierno tiene que solucionar el pecado espiritual, es decir el pecado original; para esto es la sangre de Jesucristo.
Los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan el Bautista (Mateo 11:13). Juan el Bautista al bautizar a Jesús da por terminado el rol de los profetas y la Ley. El derramamiento de la sangre de las ovejas y cabrios en el primer pacto, era la profecía de la muerte y derramamiento de la sangre de Jesucristo en la cruz. También las palabras de Dios: “En el día que comieres ciertamente morirás” dichas a Adán, era profecía de que el Hijo de Dios iba a morir derramando su sangre en el instante en que Adán pecara. Por lo tanto, Jesús antes de dar su último aliento en la cruz clamó: “Todo es consumado”, teniendo en mente todas las profecías.
Ya no pertenesemos más a la Ley sino a Jesucristo a través del bautismo
Aunque las personas mataron a Jesús en la cruz juzgándolo como pecador y criminal, Dios lo resucita a los tres días. Antes de ascender Jesús dijo a sus discípulos: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:19-20). Los discípulos al escuchar estas palabras le obedecieron. Y luego ahora que ha pasado dos mil años, nosotros también recibimos el bautismo y nos convertimos en cristianos.
El bautismo no es una consciencia. La consciencia es una parábola, pero Jesús quien ha destruido toda parábola, no da nuevamente la parábola. El bautismo es separarnos de la Ley y de la consciencia que diferencia el bien y el mal para unirnos a Jesucristo. De la misma forma como el diablo engaño diciendo: “Come del fruto del árbol de la ciencia del bien y el mal. Si comer de ello serás como Dios.”, hoy en día engaña a las personas diciendo: “Tienes que vivir por la Ley. Tienes que vivir con la consciencia. Así no morirás sino que podrás ser como Dios”. Los que caen en ese engaño tratando de cultivar su intelecto y voluntad en diferenciar lo bueno y lo malo, al final les espera la destrucción.
Solo las personas que a través del bautismo han sido transferidos a Jesús pueden recibir el Espíritu Santo. Las personas que creen en Moisés no pueden recibir el Espíritu Santo. Las personas que siguen a los profetas no pueden recibir el Espíritu Santo. Solo aquellos que han sido transferidos en Jesús pueden recibir el Espíritu Santo (Juan 7:38-39). Por lo tanto, la persona que ha recibido el Espíritu Santo no cuelga de la consciencia que hace conocer el bien y el mal nuevamente, sino aceptan la gracia que ha recibido. Al aceptar la gracia, tenemos que hacerlo hasta poder superar la consciencia que diferencia los bueno y lo malo.
Jesús nos dijo: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8:32). Las personas que no conocen la verdad tiene su vida de fe con su consciencia. Sin embargo, incluso la persona que en el pasado haya recibido la gracia y saboreado los dones del Espíritu Santo comienza a depender de la consciencia nuevamente no tendrá más opción que ser condenado. La persona que depende de la consciencia al final será juzgado por ella, y el diablo tomará esa oportunidad para oprimir a esa persona. No existe persona que pueda vencer la opresión del diablo por sus propia fuerzas. Para ser libre de los ataques del diablo necesitamos aceptar la sangre de Jesús y testificarla. Tenemos que confesar: “Jesucristo, el Hijo de Dios, redimió mi pecado al derramar su sangre. Yo he recibido el bautismo en Su nombre. Yo ahora pertenezco en su interior. Yo he recibido la gracia. Yo pertenezco a Jesús.”.
Sobrepase la conciencia que hace conocer el bien y el mal con el Espíritu Santo
El diablo tratará de tomar está confesión de nosotros. El diablo dirá: “El creer en la sangre de Jesús no tiene ningún valor. ¿Acaso tu no tiene la consciencia? ¿Será que una persona que cree en Jesús puede actuar de esa forma?”. El diablo estimulará la consciencia y tratará de bloquear el poder de la sangre preciosa. La persona que caen en esta trampa del diablo y dependen de la consciencia, eventualmente tendrá que recibir el juicio. Por lo tanto, tenemos que aceptar la sangre preciosa. Tenemos que sobrepasar la consciencia que hace conocer el bien y el mal con la fuerza del poder de sangre preciosa. Por eso, en cambio de solo creer con el corazón el poder de la sangre, tenemos que predicarla. Si cada Día del Señor tomamos la santa cena y no predicamos la sangre de Jesús, eventualmente seremos oprimida por la consciencia, y por medio de ello su corazón puede debilitar y su cuerpo tener una enfermedad (1 Corintios 12:29-30).
Existe la tendencia del pensar que es fácil el ser cristiano. Como con frecuencia escuchamos las palabras: “Solo tiene que creer. Solo tiene que recibir la gracia”, pueden pensar de esa forma. Sin embargo, el ser cristiano no es algo fácil. Como existe la consciencia, la Ley y opresión del diablo no es fácil el sobrepasar todo esto. Solo los que han vencido todo esto pueden disfrutar de la verdadera libertad.
Romanos 8:6 dice: “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”. Como la consciencia, dice que el pensamiento de la carne son la muerte. Por lo cual en el versísulo 13 dice: “Porque si vivís conforme a la carne, moriréis”. Si perseguimos la consciencia, aunque puede recibir cumplidos en esta tierra, su espíritu no podrá ser transferido a Dios. A lo contrario, la gracia y la verdad son cosas que el espíritu necesita, y lo que nos trae es la vida y la paz.
El primer pacto fue cumplido a través de la sangre preciosa, y ahora nosotros estamos dentro del nuevo mandamiento. Por lo tanto, ¡reciba el Espíritu Santo! La persona que no recibe el Espíritu Santo aunque pueda convertirse en un religioso que depende de la consciencia, no puede convertirse en un cristiano que pertenece dentro de la gracia. La personas que ha recibido el Espíritu Santo no solo saborea su poder, sino sea lleno del Espíritu Santo. Reciba la llenura del Espíritu Santo hasta el punto de sobrepasar la consciencia que diferencia el bien y el mal. No sea satisfecho por el simple hecho de hablar en lenguas, sino reciba la llenura del Espíritu Santo para poder manifestar los diversos dones y poderes del Espíritu Santo. Reciba la certeza del merito de la preciosa sangre a través del Espíritu Santo, y testifique con el Espíritu Santo la gracia de esa sangre preciosa.
Carta de Simuón
Pronto
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.03.11 – Haga tesoros en los cielos
in SermonesHaga tesoros en el cielo
(Mateo 6:19-21)
Dios
Es quien creó el Cielo.
Él
Creó el mundo y todas las cosas que hay en él
Y estas son sombras de lo celestial. (Hebreos 8:5)
La civilización es también sombra de lo celestial.
No se quede en las sombras (Lucas 12:20)
Lo que está en el cielo es más mayor bendición.
Lo entregado a Dios es bendición en cielo. (2 Corintios 9:5)
¿Cuál es la bendición celestial?
Lo que está en la tierra es sombra de lo celestial.
Por las sombras no puede ser salva el ama (Lucas 16:25)
Ni puede el alma recibir bendición. (Mateo 6:20)
Lo terrenal no es bendición
Sino una sombra de lo celestial.
En la tierra solo está la sombra de la bendición
Pero la bendición real es celestial.
Al ofrendar (Malaquías 3:16-18)
Nos hacemos propietarios de lo real que está en los Cielos.
Esto
Es recordado por Dios.
◌ No sea tacaño por su espíritu.
Lo que Dios entrega es celestial
Es la realidad del cielo y puede ser apropiada eternamente.
◌ Hacerse pobre voluntariamente en la tierra
Es guardar tesoros en el Cielo.
Esto es fe.
◌No codiciemos la sombra terrenal
Y guardemos lo celestial.
La ofrenda entregada no se pierde sino que está en el Cielo.
※ Si guardamos solo lo terrenal,
No podemos tener la bendición celestial.
Ofrendemos a Dios y expandamos el reino de los cielos.
(Mateo 6:19-21)
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen,y donde ladrones minan y hurtan;
20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Resumen
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Carta de Simuón
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Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.03.04 – Jesús es sentenciado a muerte
in SermonesJesús es sentenciado a muerte
(Mateo 27:11-26)
Dios
Es perfecto.
Él
Completó todo lo planeado para el Hijo
Y siendo glorificado, salvó a la humanidad. (Juan 19:30)
Jesús recibió la sentencia de muerte
Y fue condenado a morir colgado en la cruz, (Juan 19:15-16)
Siendo esta muerte y madero de maldición. (Gálatas 3:13)
En este momento
Murió el Rey de los judíos (Juan 19:19)
Y vivió el Hijo de Dios. (Hechos 2:32)
La Ley fue muerta (Hebreos 8:13)
Y la Verdad resucitó. (Juan 16:13-14)
El pecado de la humanidad murió (Romanos 7:6)
Y vivió la justicia de Dios. (Romanos 8:33)
• Murió el primer Adán (Romanos 5:19)
Y el último Adán vivió. (Romanos 5:17)
• Abrogó el primer pacto (Hebreos 7:18)
Y estableció el nuevo pacto. (Hebreos 8:8-10)
• Por Pilato murió el Nazareno que era sin pecado (Mateo 27:24)
Y el creyendo resucitó por el Espíritu Santo. (Juan 14:17)
◌ ¿Quién vive en la Iglesia?
Jesucristo
El Señor Jesús salvó nuestra alma.
◌ ¿Quién es el dueño de nuestro hogar?
Es Jesucristo, la vida eterna,
Quien murió en la cruz y resucitó.
◌ ¿Quién es dueño de nuestra alma?
Es Jesús
A través del Espíritu Santo.
※ Esta es la voluntad de Dios
Que es una realidad histórica
Que se cumple al mismo tiempo en el Cielo y la Tierra.
(Mateo 27:11-26)
11 Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
12 Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió.
13 Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
14 Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.
15 Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen.
16 Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás.
17 Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo?
18 Porque sabía que por envidia le habían entregado.
19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.
20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto.
21 Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás.
22 Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: !!Sea crucificado!
23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: !!Sea crucificado!
24 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.
25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
26 Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.
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Carta de Simuón
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Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.02.25 – Guarde el Día Santo
in SermonesGuarde el Día Santo
(Hebreos 10:19-25)
Dios
Es Padre.
Él
Creó todas las cosas por el Hijo. (Hebreos 1:2)
Además, para recibir la herencia (Hebreos 1:3)
El Hijo se hizo humilde y obediente, (Filipenses 2:6-8)
Vino a participar de la muerte (Hebreos 2:9)
Y recibir todo lo que era para Él.
Finalmente, por los espíritus que compró con su sangre
Entregó y selló con el Espíritu Santo. (2 Corintios 1:21)
El Espíritu Santo creó la Iglesia (Hechos 20:28)
Y lo nombró el cuerpo de Jesucristo (Efesios 1:23)
Y no desea que se disperse. (Juan 10:11)
El día santo es un gran mandamiento como el del fruto del bien y del mal.
El día de reposo y del Señor son ambos del Señor. (Marcos 2:27-28)
Así como quien no guarda el día de reposo no puede vivir
El día del Señor también es santo. (Isaías 58:13)
Quien guarda el día del Señor es santo.
En este día
Jesús resucitó
Y es el día en que vino el Espíritu Santo. (Hebreos 10:23-25)
◌ La Iglesia es el cuerpo del Señor.
El día santo es el momento de guardar el cuerpo del Señor.
El día santo y el día del Señor son lo mismo.
◌ Quien evita la congregación
Rasga al Señor Jesús
Y por lo tanto es traicionero.
◌ Guardar el día del Señor
Es la fe del regreso del Señor Jesús
Y el mandamiento del Señor Jesús.
※ Guardemos el día del Señor.
Tengamos la fe que vence al mundo.
Debe ser el día de gozo donde nos encontramos con el Señor Jesús.
Hebreos 10:19-25
19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Resumen
La humildad y obedencia del Hijo delante de Dios
Dios es Padre. Aunque nosotros no conocíamos la verdad de que Dios es Padre, el Hijo de Dios manifestándose en esta tierra hace conocer esta verdad. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios. El Verbo que se hizo carne es Jesús. Dios testifica que Él es su hijo amada y Jesús llama a Dios, Padre.
Dios Padre y el Hijo son iguales como Dios. Sin embargo, el Hijo de Dios señala al Padre diciendo: “El Padre mayor que yo es.” (Juan 14:28). El Hijo de Dios se rebaja a sí mismo delante del Padre. Jesús señalándose a sí mismo dijo: “Yo soy manzo y humilde.” (Mateo 19:11). El Verbo en cualquier situación en la que tuviese no se enojo ni se quejo delante del Padre, sino que le obedece y se someté.
La obediencia es entender y aceptar la ordenanza por quien fue dada y cumplir con ello. La sumisión es cuando uno aunque no entienda la ordenanza del que le ordena, aún respetando su decisión cumple con esa ordenanza. Dios siendo aquel que es invisible, y el hecho de que nosotros hemos podido conocer a Dios, no es solo por la obediencia del Hijo de Dios al mandamiento del Padre sino es porque manifiesta completamente la voluntad de Dios al someterse hasta la muerte.
De esta forma, el conocer la obra que fue realizada entre el Padre Dios y el Hijo es el evangelio. Dios para cumplir su voluntad enviá al Hijo en al mundo, el Hijo al venir al mundo no hace su propia voluntad sino que solo hace la voluntad del Padre. Nuestra fe es conocer esta obra que fue realizada entre el Padre y el Hijo, y de la misma forma como el Hijo obro delante del Padre nosotros también obedeceremos y nos someteremos delante de Dios.
Producir el primer fruto de la fe hasta el final
Los cristianos conocen cuan seria fue el resultado de Adán al comer del árbol del bien y el mal. La acción en sí de comer del fruto puede no ser un gran problema. Sin embargo, como Dios ya había dicho: “En el día que comieres de ello, ciertamente morirás.”, Adán quien comió de ello no tiene camino de evitar la muerte. Así tan temerosa es el desobedecer el mandamiento de Dios. Entonces, ¿será que esta bien el no prestar atención a los otros mandamientos que Dios nos ha dado?
Cuando las personas comienzan sus vidas de fe, ¿cual es la gracia que experimentan por primera vez teniendo poco conocimiento sobre Dios? Es cumplir con el Día del Señor. Cualquiera que tiene fe en el Día del Señor va a la iglesia y rinde el culto. El culto es el primer fruto que uno obtiene luego de que uno recibe la salvación de Cristo. En Apocalipsis 14:4 dice sobre los ciento cuarenta y cuatro mil Israelitas que en los postreros días estarán junto con el Cordero cantando un cántico nuevo diciendo: “Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero.” Si queremos participar en la primera resurrección en los postreros días nunca, en cualquier situación, debe ser negligente al guardar el Día del Señor, que es el primer fruto de nuestra fe.
El guardar con el Día Santo es para propia edificación
El Día Santo viene a ser del séptimo día en el cual Dios descanso luego de crear toda la creación en los seis días. Génesis 2:2 dice: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.” Dios al tener el pacto con Israel en el Monte de Sinaí, ordeno que recordarán ese día y guardarán el día de reposo. Esto es un tipo de parábola. Jesús según la voluntad del Padre vino a esta tierra y cumple con toda la obra que el Padre le ordena, y en la cruz luego de exclamar: “Consumado es.”, expira (Juan 19:30). Y descanso de Su obra por dos días. Ese día era el día de reposo.
El primer día luego del día de reposo, Jesús resucito. En la carne que resucito era el cuerpo espiritual. Luego Él subió al cielo, y en ese lugar enviá al Espíritu Santo y edifica Su cuerpo, la cual es la iglesia. La iglesia es el cuerpo de Jesús. No es un cuerpo que murió y está en el tumba, sino ¡es el cuerpo que resucito! Cada uno de nosotros somo miembros que completan el cuerpo del Señor. Cuando nosotros nos reunimos en el Día del Señor estamos completando el cuerpo del Señor.
Jesús dijo: “El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.” (Marcos 2:28). Jesús no solo es el dueño del Día del Señor sino también es el dueño del día de reposo. Luego de crear toda la creación por seis días y descansa en el séptimo es Jesús, también el que da el mandamiento de no hacer nada en ese día es Jesús. Aunque allá dicho: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.” (Marcos 2:27). Muchas personas piensan que tienen que sacrificarse grandemente por el Día Santo. Sin embargo, tenemos que conocer claramente que el guardar el Día Santo es para nuestro espíritu, y no es que nosotros nos estemos sacrificando por ello.
El corazón que anhele el Día Santo
El primer día luego del día de reposo es el día en que Jesús resucita, y también es el día en que el Espíritu Santo viene. El hecho de que el Espíritu Santo haya morado en nosotros es la certeza de que Jesús esta dentro de nosotros. Por lo tanto, cualquier cosa que es dado por el Espíritu Santo tenemos que recibirlo abiertamente. Algunas personas que aún hablando en lenguas del Espíritu Santo no mucho después lo menosprecia y no las usan Esta acción es maltratar a su propio espíritu. Nosotros tenemos que dar la bienvenida a cualquier cosa que viene del Espíritu Santo. El Espíritu Santo no solo trata en darnos las lenguas sino que nos da todo tipo de dones. Las personas que lo desean anhelarán el Día del Señor con todo fervor.
El Día Santo es la primera experiencia que obtenemos al seguir el llamado del Espíritu Santo luego de que escuchar la noticia de la resurección del Señor. Pero la Biblia nos advierte que cualquiera personas que han participado en el Espíritu Santo y caen no podrá ser renovado ni tendrá forma para volver a arrepentirse (Hebreos 6:4-6). El guardar con el Día del Señor es la mejor experiencia que tenemos al participar en el Espíritu Santo. En el caso de que aun haya conocido el valor de esta experiencia y lo toma a la ligera, entonces ¿cual sería el resultado de esto? Cuando una persona que guardaba el Día del Señor santamente por alguna razón peca en no guardarla, al principio sentirá ansiedad. Pero si esto se repite una y otra vez la ansiedad desaparecerá y en cambio tratará en justificar sus acciones.
La razón por la cual Dios hace que cumplamos con el Día Santo es para darnos la vida, no para quitárnosla. El Día Santo es como la vida. Por lo tanto, tenemos que guardar el Día del Señor santamente sin importar la situación o la condición en la que estemos. No debemos negar la gracia que Dios nos ha dado sino tenemos que participar en el Espíritu Santo y beneficiar a nuestro espíritu. De la misma forma como la mujer que se ha comprometido espera al novio, tenemos que esperar el Día del Señor con todo fervor.
Por lo tanto, el maestro Pablo enfatiza, que cada primer día de cada semana cuando vengamos a la iglesia traigamos nuestras ofrendas, al traerla no la entreguemos en tacañez ni obligados sino que sea preparada de ante mano (1 Corintios 16:1-2, 2 Corintios 9:5-7). La razón por la cual el maestro Pablo enfatiza en ello, es porque Jesús dijo, donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón (Mateo 6:21). Cualquiera que prepara sus ofrendas para entregar el Día del Señor es como si en su corazón está lleno del deseo: “Voy a ir delante de Dios para recibir la gracia de Dios. Deseo recibir la palabra. Deseo recibir los dones del Espíritu Santo.”.
No paren de reunirse, sino anímense unos a otros
La muerte de Jesús en la cruz destruye la pared que bloquea la relación entre Dios y el hombre. En el Antiguo Testamento en el templo de Dios existía el lugar santo y el lugar santísimo. El lugar santo era el lugar donde los sacerdotes entraban todos los días para servir a Dios, y el lugar santísimo como era el lugar donde moraba el nombre de Dios, solamente el sumo sacerdote podía entrar una vez al año. El lugar santo y el lugar santísimo eran divididos por medio del velo, pero cuando Jesús expiro ese velo fue rasgado en dos de arriba hacia abajo (Marcos 15:38). Esto nos dice que el pecado que bloqueaba la relación entre Dios y el hombre fue destruida. En otras palabras, Jesús al morir en la cruz el rol de la ley que juzgaba al hombre es completada.
Hebreos 10:19-20 dice: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.” Las personas que dependen de la sangre de Jesús tienen la esperanza. La esperanza esta en que en los postreros días resucitaremos e iremos al cielo donde Jesús ha ido. Lo importante está en guardar esa esperanza hasta ese día en que Jesús vuelva de nuevo, pero para esto los santos tienen que reunirse continuamente para recordar y animarse uno al otro. Sobre esto los versículos 23-25 dicen: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tiene por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” La persona que espera la segunda venida del Señor, no dejara en congregarse sino tratará en reunirse una otra vez.
Reciba continuamente la savia de la vid
Jesús dijo: “Yo soy la vid, y vosotros los pámpanos.” (Juan 15:5). Los pámpanos pueden tener el fruto al ser conectados a la vid. Los pámpanos que aunque estén conectados no reciben la savia de la vid, entonces se secará y en conclusión no tendrá más opción que romperse. Nosotros tenemos que ser pámpanos que continuamente reciba la savia de la vid. Para eso el guardar el Día del Señor tiene que ser fundamental. El cumplir con el Día del Señor no es el sacrificarse uno mismo, sino es recibir todo tipo de cosas buenas de Dios. El recibir los dones del Espíritu Santo, es recibir el amor de Dios, es recibir la vida.
Hebreos 10:26-27 dice: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.” Las personas que conocen la verdad y vuelven a su vida pasada no podrán recibir la redención nuevamente. El lugar donde ellos tiene que entrar en el fuego de azufre. Para no terminar con este final miserable, el cumplir con el Día del Señor tiene que ser fundamental. No debemos convertirnos en personas que caigan luego de participar en el Espíritu Santo. La persona que participa en el Espíritu Santo tiene que recibir Su guía en toda su vida.
Carta de Simuón
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Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.02.18 – El buen fruto
in SermonesEl buen fruto
(Mateo 7:15-23)
Dios
Es Dios de justicia.
Él
Juzga al mundo con justicia
El mundo tiene buenos y malos frutos.
El buen árbol produce buen fruto
Pero el malo produce mal fruto.
La Ley produce mal fruto (1 Corintios 15:56)
Pero el Evangelio buen fruto. (1 Corintios 15:57)
El mal fruto busca condenar (1 Corintios 15:19-21)
Pero el buen fruto tiene amor. (Gálatas 5:22)
Se puede conocer el árbol por sus frutos.
¿Qué frutos debemos dar?
Quien se aferra a la Ley no puede producir buen fruto
Pero quien vive bajo la gracia no puede dar mal fruto.
Por sus frutos es conocido el árbol
¿Qué tipo de fruto ha tenido?
¿Buen fruto?
¿Mal fruto?
No todo el que dice ‘Señor, Señor’ tiene buen fruto.
Quien vive según la voluntad de Dios es buen árbol (1 Corintios 15:58)
◌ Seamos buen árbol
Y tengamos buen fruto.
Según la voluntad de Dios produzcamos buen fruto.
◌ Solo por el Espíritu Santo podemos producir buen fruto.
Glorificar el reino de Jesús
Es buen fruto.
◌ Realizar la voluntad de Dios es el buen fruto.
Por los frutos se puede conocer.
Estar con Jesús produce buen fruto.
※ Nuestra Iglesia es el buen árbol.
Produzcamos buen fruto
Y glorifiquemos a Dios.
Mateo 7:15-23
13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Resumen
La justicia justo y la justicia que viene mediante la fe
Dios es Dios de justicia. La justicia se refiere a la ley de Dios que incluso Él mismo tiene que cumplir. En el momento en que Dios dijo a Adán: “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día de él comieres, ciertamente morirás.”, esto se convierte en la justicia. Por lo cual en el momento en que Adán desobedece ya no hay manera para que pueda escapar del castigo eterno. Dios para salvar a este enviá a su Hijo al mundo, y Jesús cargando con el pecado de Adán tuvo que morir derramando su sangre en la cruz. Esta es la justicia, que incluso el Hijo de Dios no puede evitar.
El problema está en que en los días postreros todas los que han sido creados será sujeta al juicio de justicia. En ese momento, muchos ángeles y personas serán enviados en las llamas del fuego, y solo los que han sido aceptados como justos por Dios no serán destrucción sino que obtendrán la vida eterna. No habrá ley o criatura que pueda lastimar a las personas que son justificados por Dios. Esto es porque si Dios desclara: “Tu eres justo”, entonces esto se convierte en justicia.
Entonces, ¿quienes son los justo? Son las personas que tienen la fe. Esta fe no se refiere a la convicción que urge dentro del corazón del hombre, sino es la fe que Dios ha revelado. Esta fe es la fe que ha salido de Dios, es la fe propia de Dios. Cuando esta fe esta dentro de nosotros, Dios nos justifica como justos. Como esta evidencia es mucho más fuerte que la Ley, no importar que tipo de criterio la Ley tenga no nos puede juzgar. Esto es porque esta evidencia fue jurada por Dios a través de su Hijo.
En el mundo no existe persona que no tenga pecado. Esto incluye a los que no han robado o dicho una mentira. Jesús dijo: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” (Mateo 5:27-28). No importa que tan bueno sea una persona en sus acciones ya ha pecado en su corazón, y es algo que Dios conoce. Por lo tanto, no hay forma que el hombre tenga la salvación por su propia justicia. El único camino por el cual el hombre puede tener la salvación es obtener la fe que Dios nos ha dado. Y esta es la razón por el cual tenemos que predicar el evangelio.
El regresar a la Ley es cambiar de dirección hacia el infierno
Nosotros hemos recibido el bautismo en el nombre de Jesucristo. Aunque el bautismo dado por Juan el Bautista en agua pueda dar la experiencia en la carne, no puede dar la experiencia en el espíritu. El recibir el bautismo en Su nombre obedeciendo al mandamiento que Jesucristo nos ha dado es completamente diferente. Este es el bautismo en agua y Espíritu Santo la cual trae la experiencia en la carne y en el espíritu. Aunque las personas que han recibido el bautismo de agua dado por Juan el Bautista confiesen: “Soy pecador”, esto no puede dar la salvación del espíritu. Sin embargo, el bautismo dado por el nombre de Jesucristo salva a nuestro espíritu.
1 Pedro 3:20-21 dice: “Los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho fueron salvadas por agua. El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo”, mencionando a los ocho parientes de Noé que recibieron la salvación en el diluvio. Israel al salir de Egipto cruzaron el Mar Rojo. 1 Corintios 10:2 dice que ellos recibieron el bautismo en el mar. De esta misma forma, el bautismo es enterrar el viejo ser y unirnos a Jesucristo; por lo cual todos los que están en Él recibirán el mismo trato que Él recibe de Dios. No debemos menospreciar el bautismo. El bautismo es vínculo que conecta el hombre y Dios. En el caso de que si una persona que ya ha recibido el bautismo no tiene la certeza y siente que tiene que volver a tomarlo, probablemente no se ha unido a Jesucristo.
Nosotros hemos recibido el bautismo en el nombre de Jesucristo. Por lo tanto, ya no somos pecadores. Dios ya nos ha aceptado como justos. Aunque en el pasado cuando eramos pecadores la maldición y la muerte nos dominaba, ahora la paz y la vida nos domina. Por lo tanto, aquel que ya ha recibido la salvación trata en volver a estar bajo la Ley es insensato. La Ley es la ley que fue dada luego de que el hombre haya caído, por lo cual su rol es en sí es condenar a las personas. El hecho de que las personas que ya se han unido a Jesucristo deciden en volver a la Ley, es igual a un hombre que esta yendo al Reino de los Cielos y decide en regresar al infierno.
El buen árbol y el árbol malo
Jesús dijo: “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.” (Mateo 7:17-18). Muchas personas al pensar en las palabras “buen árbol” y el “buen fruto”, piensan en actividades como ayudar a los pobres o el uso de buenas palabras que hacen respetar a las otras personas. Su interés está en distinguir que lo bueno y lo malo.
La Ley hace que las personas diferencien lo bueno y lo malo. La razón por lo cual Dios da al pueblo de Israel la Ley, luego de estar por cuatro cientos años en Egipto, es para que ellos con la consciencia de fe diferencien lo bueno y lo malo. Para los gentiles su propia consciencia hace el mismo rol que la Ley hace en los israelitas. Aunque ellos no se les fue dada la Ley, la consciencia que ellos tienen se convierte el criterio que diferencia el bien el mal. De esta manera, la Ley o la consciencia hace que el hombre diferencia lo bueno y lo malo. Lo que Dios desea obtener por ello es que el hombre confiese: “¡Yo soy pecador!”. No existe nadie que pueda escapar el juicio de la Ley o la consciencia.
Existen algunas personas que dicen que son limpios según su consciencia. Sin embargo, el hecho de que una persona por no reconocer que es un pecador, no significa que no lo sea. Lo importante es el juicio de Dios y no la del hombre. En el caso de si uno tome del veneno sabiendo que es veneno o no, el resultado de ello es lo mismo, la muerte. El tratar de recibir la justificación por medio de acciones que van acorde con el juicio de diferencia lo que es bueno y malo, no solo no tienen ningún significado, sino hace que las personas se alejen de la gracia de Dios.
Gálatas 5:4 dice: “De Cristo os desligasteis, lo que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.” ¿Qué es lo puede hacer la rama al ser desligado del árbol? Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:5). ¿Cómo puede una persona que ha sido cortada de Cristo tener los frutos que Dios desea? Más allá, ¿cómo puede una rama que no tiene fruto sobrevivir?
El buen árbol se refiere a la personas que pertenece a Cristo, y el árbol malo a las personas que pertenecen a la Ley. Por la razón de que Jesús haya usado el buen árbol y el árbol malo como parábola no debemos entender esto como palabra de bendición. Jesús vino a esta tierra para salvar a la humanidad que tuvo que recibir el castigo eterno, Él no vino para dar palabra de bendición. Jesús vino para salvar a los israelitas que fueron condenados por la Ley y la humanidad que fue condenada con la consciencia.
Entre las obras que Jesús hizo al venir a esta tierra la más significante es que murió en la cruz derramando su sangre. Entre Dios y nosotros había una pared que es el pecado. Jesús murió en la cruz de acuerdo a las peticiones de la Ley, por lo que destruye la pared del pecado que estaba entre Dios y nosotros. Por lo tanto, las personas que están dentro de Jesús ahora son personas que han muerto a la Ley y la consciencia. Por lo cual, ya no tiene ningún significado en diferenciar lo bueno y lo malo con esos criterios.
El fruto del buen árbol y el fruto del árbol malo
Jesús dijo: “Guardaos de los falsos profetas, que viene a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mateo 7:15-16). Las personas que llevan la palabra de Dios condenando a las persona según la Ley o la consciencia no son más que falsos profetas.
¿Cuales son sus frustos? 1 Corintios 15:56 dice: “La muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.” Esto significa que en donde está la Ley, el pecado obra, y donde el pecado está, está la muerte. Por lo tanto, el tratar de estar debajo de la Ley es lo mismo que tratar de estar la maldición. Los religiosos piden es su propia justicia, no es la gracia. Aunque ellos piensen que son personas que se esfuerzan para vivir una vida amablemente, esto solo es su propia satisfacción que los aleja de la oportunidad de recibir la gracia.
Juan 1:17 dice: “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” ¿Qué tipo de árbol es usted? ¿Será que es un árbol que tiene raíces de la gracia y la verdad? Si esto es así, entonces usted tendrá frutos de paz y vida. Sin embargo, si es un árbol que tiene la raíces en la Ley, no podrá tener más frutos que no sea del pecado y de la muerte.
También las personas llenas del Espíritu Santo que han servido a la iglesia, en el instante en que comienza a diferenciar lo bueno y lo malo su fe puede derrumbarse, como la casa que es derrumbada al ser edificada en la arena cuando la tormenta viene (Mateo 7:24-27). Nosotros tenemos que convertirnos en personas del Espíritu Santo que permanecen en la gracia, en cambio de ser personas que diferencian lo bueno y lo malo con nuestra propia consciencia. No seamos personas que son cortadas de Cristo y de la gracia, sino seamos personas que han recibido la aceptación de Dios como justos. Sostengamos la vid y demos buenos frutos.
No es correcto que la persona que es justificada por Dios juzgue y condene a las otras personas con el bien y el mal. La Ley no es el único mandamiento, sino la gracia también es mandamiento. De la misma forma como uno si menosprecia la Ley la carne recibe la maldición y el castigo, al menospreciar la gracia el espíritu es quien recibe la maldición y el castigo. Aunque saben temer el mandamiento de la Ley, ¿cómo pueden no temer el mandamiento de la gracia?
Tenemos que recibir la gracia. Nosotros somos pecadores que tenemos que ir al infierno si no tenemos la gracia. Solo las personas que han recibido la gracia puede salvar a otros espíritus. El espíritu de las personas que pertenecen al árbol malo, que es la Ley, solo recibirá la maldición y la muerte. No haga que el propósito por el cual Jesucristo vino al mundo sea en vano, sino sea el buen árbol que tiene su raíz en la gracia.
Carta de Simuón
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Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.02.11 – La puerta estrecha
in SermonesLa puerta estrecha
(Mateo 7:13-14)
Dios
Es el Padre de vida.
Él
Entregó la Palabra para que todo el mundo tenga vida. (Juan 1:4-5)
Esta Palabra tiene el poder de crear y la vida de resurrección. (Hebreos 1:2-3)
Esta Palabra vino por los ángeles y presentada por Moisés y los profetas
Para presentar la Ley y las parábolas. (Gálatas 3:19)
El Verbo se hizo carne y vino al mundo,
Donde se encuentra la humanidad. (Juan 1:14)
Esta es la Verdad. (Juan 14:12)
La Verdad
Es la Vida que solo es enseñada por el Espíritu Santo.
La puerta de la religión es amplia y muchos entran por ella,
Pero la puerta de la fe es angosta y pocos entran por ella.
La Ley es el camino de la carne y es fácil,
Mientras que la fe es el camino del espíritu y este es difícil.
Al cielo no se puede entrar por la puerta de la religión
Únicamente por la puerta de la fe se puede ingresar. (Mateo 5:20)
No se puede entrar por la puerta a través de la ética y la moral
Únicamente se puede hacer a través de la gracia.
La fe es la puerta estrecha.
◌ Muchos desean entrar a través de la justicia de la carne
Por la puerta amplia de la religión.
Pero no pueden entrar al Reino.
◌ Debemos ser justificados espiritualmente.
Solo por la fe somos justificados
Y solo por ella podemos entrar.
◌ La fe es la puerta estrecha
No es la justicia propia.
Es la justicia de Dios.
※ El pensamiento de la carne y las emociones no permiten la entrada.
Únicamente por el Espíritu Santo
Y por la puerta estrecha se puede entrar.
Mateo 7:13-14
13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Resumen
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Carta de Simuón
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Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.02.04 – Clamen el nombre de Jesús
in SermonesClamen el nombre de Jesús
(Romanos 10:1-15)
Dios
Es único.
Él
Es nuestra única vida (Juan 17:3)
Y único Salvador. (Juan 3:16)
¿Quién es Dios?
Es el único de nuestro espíritu
Es el principio y fin de nuestros espíritus. (Apocalipsis 22:13)
Por lo tanto,
No trate de guardar su nombre
Sino el de Jesús. 2 Corintios 13:5)
Si el espíritu vive y tiene la victoria
Clama el nombre de Jesús.
Si quiere vencer la autoridad del Hades (Mateo 16:16-20)
Clame el nombre de Jesús.
Si quiere vencer al diablo y a los demonios (Marcos 16:17)
Clame el nombre de Jesús
Si quiere vencer el pecado y la pobreza clame el nombre de Jesús
Exalte el nombre de Jesús.
Solo por el Espíritu Santo
Podemos ser llenos de ese nombre.
◌ Si quiere vencer los deseos de su carne
Llame y exalte el nombre de Jesús.
Exalte la autoridad del nombre de Jesús.
◌ La Palabra que nos salva
Esta en nuestra boca y corazón.
Clame el nombre de Jesús y adórele.
◌ Quien llama el nombre de Jesús no es pecador
Es hijo de Dios.
Si es lleno del Espíritu Santo llame su nombre.
※ Encienda el fuego al clamar el nombre de Jesús.
Que su espíritu encienda el fuego
Y así nuestra familia.
Romanos 10:1-15
1Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.
6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);
7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón.Esta es la palabra de fe que predicamos:
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;
13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Resumen
Busque la vida de Dios
Dios es el único quien nos pude salvar. Muchas personas piensan que el poder, el honor, y la riqueza les pueda dar la salvación por lo cual las buscan. De hecho, las personas caen por ello. Pero a pesar de esto, las personas gastan su vida para poder obtenerlas. Tenemos que tener en claro la verdad de que solo Dios es la única vida, y el origen de ella. El buscar a Dios es buscar la vida: y el afrimar diciendo: “En mí esta Dios”, es lo mismo que afirmar: “La vida esta dentro de mí”.
Hay personas que aunque dicen que han encontrado a Dios, son desinteresados sobre la vida. Cuando vienen a la iglesia en el día del Señor ellos participan en el culto, alaban y escuchan la predica, pero los que ellos buscan por medio de ello no es más que tener paz en sus corazones como una vida religiosa. Sin embargo, la vida de fe no es una religión. La razón por la cual nosotros aunque enfrentemos todo tipo de persecuciones en esta tierra y continuamos en la vida de fe es para que la vida que hemos recibido pueda ser nuestra por la eternidad.
Aunque muchas personas buscaron a Jesús y habla sobre la vida eterna diciendo: “Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.” (Juan 6:55-56), la mayoría de ellos le dejaron. Eso es porque ellos fueron indiferentes a la vida eterna que Jesús hablo. Como Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.” (Juan 6:26), ellos no deseaban la vida eterna sino que no era más que el beneficio que ellos pudieran obtener por medio de Jesús.
La justicia de Dios que es obtenida por la fe, y no por el bien y el mal
Las personas que tienen una vida religiosa toman su consciencia como la justicia. Ellos definen lo que esta bien y mal por medio de su consciencia, por lo cual viven para satisfacer su conciencia. Sin embargo, esto delante de Dios no tiene ningún significado. La ley ofrece una consciencia a los israelitas como base de su fe. Esta consciencia tiene el importante rol de hace que las personas comprendan que son pecadores y hace que se arrepientan. Según esta perspectiva podemos ver que la consciencia tiene el mismo rol en el proceso en llevar el evangelio de Jesucristo. Pero el problema está en que las personas aún luego de que hayan recibido el evangelio siguen tomando como justa a las personas y sí mismo según los términos de su consciencia, y llegan a juzgar a los que son injustos.
El determinar si uno recibe la vida eterna no es juzgada por la consciencia de lo bueno y lo malo. El hecho de tomar la consciencia como justicia es lo mismo que tratar de ser justo por medio de la ley, lo cual es lo mismo que escoger el estar debajo de la maldición. Gálatas 3:10 dice: “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” A diferencia de lo que las personas que dependen de la consciencia esperan, en conclusión serán juzgadas y perecerán.
Los que son esclavos de la consciencia discuten de lo bueno y malo en términos morales y éticos. Sin embargo, la discusión sobre lo bueno y malo ya fue dada por terminado cuando el espíritu del hombre murió en el huerto del Edén. Por lo que ahora la salvación no es determinada por medio de lo bueno y lo malo. En los días postreros cuando Jesús vuelva de nuevo Él salvara a los que son justo, entonces ¿quiénes son estos justos? Jesús no considera a los que tienen una vida buena según la consciencia como justos, sino a los que tienen la fe.
Romanos 10:2-3 dice: “Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.” Las personas que ofrecen su propia justicia, no podrán obedecer la justicia de Dios. Jesús da por terminada la ley para poder dar la justicia a todos los creyentes. Por lo tanto, para poder recibir la salvación, tenemos que creer en la obra que Jesús realizo y clamar en ese nombre. La vida que diferencia lo bueno y lo malo según la consciencia no tiene relación con la salvación. El hecho de que las personas diferencien lo bueno y lo malo comienza cuando el diablo sedujo al hombre en el huerto de Edén. Pero el resultado de ello no fueron para obtener la justicia de Dios, sino todo lo opuesto.
Jesús quien da la vida y la vida eterna a la humanidad que estuvo dentro de Adán
El espíritu de la humanidad murió en Adán. Esto no significa que el espíritu de algunas personas hayan muerto y otros no. La muerte en el espíritu no es por medio de las acciones de cada uno. Como el primer Adán desobedeció a Dios, el espíritu de toda la humanidad que estuvo dentro de Adán muere. Por lo cual toda la humanidad en los postreros días tienen que ir al infierno. De esto, Romanos 5:12 dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” Por lo tanto, el hecho de que el hombre tiene que ir al infierno no son por las acciones que cada uno hace, sino por medio del pecado que Adán cometió.
La forma para salvar al hombre del castigo del infierno es por medio de la paga del pecado de Adán. Solo así es como el espíritu que murió dentro de Adán puede vivir. La estado del espíritu que tiene el hombre por medio de Adán, no es algo que uno puede cambiar por medio de las buenas acciones. Como el pecado de Adán llevo a la muerte del espíritu del hombre es necesario la paga del precio de ese pecado para que pueda vivir. Para eso, Dios envía a su Hijo a este mundo como el último Adán. Este es Jesucristo. Romanos 5:19 dice: “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.”
Jesús murió derramando la sangre en la cruz. Las personas al ver esto consideraron a Jesús como pecador. Sin embargo, la razón por la cual Él recibió la condenación no es por su propio pecado. En Él no hay pecado. ¿Quién podría dar testimonio sobre esto? Quien testifica es Dios. Dios testifica la justicia de Jesús al resucitarlo de entre los muertos. Hechos 3:14-15 nos dice: “Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios a resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.”
La resurrección de Jesús demuestra que su muerte en la cruz no fue por su propio pecado. Entonces se podrán preguntar, ¿por qué Dios dejo que el Hijo de Dios quien no tiene pecado fuera crucificado en la cruz? Dios hace que Jesús redimiera el pecado de Adán. Como el último Adán tomo el pecado del primer Adán y recibió el castigo, limpio por completo el pecado del primer Adán. Por lo tanto, la humanidad que estuvo dentro del primer Adán no tienen la necesidad de pagar la deuda del pecado por si mismos.
Aun el precio del pecado de los incrédulos fuera de la iglesia ya ha sido pagado. La muerte del último Adán no solo soluciona el pecado de un grupo especial de personas, sino que como paga el pecado del primer Adán, toda la humanidad que esta dentro de él reciben la redención. En el mundo no existe ninguna persona que vaya a ir al infierno por el pecado de Adán. Sino por el no aceptan la obra que Jesús hizo. Por lo tanto, lo que cada persona tiene que hacer es aceptar lo que Jesús realizo al derramar su sangre, y revestirse del merito de Jesús para que su espíritu pueda vivir. Y las personas que han vivido tienen que entrar en Jesús y hacer la obra que Jesús nos ha ordenado. Jesús nos ha dicho que tenemos que tomar de su sangre para obtener la vida, y tenemos que comer de su carne para que obtengamos la vida eterna.
Clame el nombre de Jesús
Romanos 10:13 dice: “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Dios nos hace conocer Su nombre. El nombre de Jesús no es el nombre de un joven de Nazaret. Originalmente ese nombre es el nombre de Dios Padre. Dios Padre heredo ese nombre a su Hijo, y también ese nombre entra en nosotros por medio del Espíritu Santo. Ese nombre es el nombre de Dios Padre, Hijo y del Espíritu Santo. Los discípulos de Jesús teniendo este conocimiento y según el mandamiento del Señor de ir a todos las naciones bautizándolos en el nombre del Padre, Hijo y el Espíritu Santo, ellos al bautizar siempre lo hicieron en el nombre de Jesucristo. (Hechos 10:48)
Nosotros no hemos visto a Dios con nuestros ojos. Sin embargo al clamar al nombre de Dios confesamos su existencia. Esto es lo mismo como si un granjero, aunque no haya visto al rey en toda su vida, reconoce la existencia del rey al usar su nombre para dirigirse sobre él. El culto es ver el rostro de Dios. ¿Cómo podemos ver el rostro de Dios nin ni siquiera haberlo visto? Al clamar el nombre de Dios, osea el nombre de Jesús, vemos a Dios. El clamar al nombre de Jesús es posible porque conocemos al Dios único. No trate de ver a Dios con los ojos, sino clame el nombre de Jesús.
En el pasado como no conocían el nombre de Dios no tenían más opción que clamar: “Señor, Señor”. Sin embargo, nosotros ahora conocemos el nombre de Jesús. Llame al nombre de Jesús. Obviamente, esto nos significa que Dios podrá su oído a todo aquel que clame: “Jesús, Jesús”. Además muchos entre los Israelitas tenían el nombre de Jesús. Cuando clamemos en el nombre de Jesús tenemos que hacerlo sabiendo que ese nombre es el nombre compartido por el Padre, Hijo y el Espíritu Santo. Si clamamos el nombre de Jesús es escuchado por el Padre, por el Hijo y por el Espíritu Santo.
Si vamos a orar tenemos que hacerlo creyendo en el nombre de Jesús. También al rendir el culto tenemos que hacerlo creyendo en el nombre de Jesús. También al sanar las enfermedades tenemos que hacerlo creyendo en el nombre de Jesús. También al escuchar la palabra tenemos que obedecerla creyendo en el nombre de Jesús. El nombre de Jesús nos da la salvación, el nombre de Jesús nos da la sanidad. Nosotros en el mundo enfrentamos situaciones que necesitamos la ayuda de Dios. En esos momentos clame el nombre de Dios. Clame: “Jesús, Jesús.” Esta palabra: “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” (Romanos 10:13) es realizada en las personas que claman el nombre de Jesús.
Carta de Simuón
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Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.01.28 – El yugo de Jesús
in SermonesEl yugo de de Jesús
(Mateo 11:25-30)
Dios
Es gracia.
Él
Tuvo misericordia del mundo
Y derramó su gracia sobre él. (Juan 1:16)
¿Hay alguien libre como Dios? (Juan 8:32)
El hombre pierde su libertad cuando es pecador.
El hombre carga un yugo
Que el mismo desconoce.
El pecado, la muerte y el castigo son un yugo de temor
Que el mundo carga.
Jesús vino al mundo siguiendo la voluntad del Padre
Para cargar el yugo de la humanidad. (Juan 1:36)
Además
Nos dijo que nosotros carguemos su yugo
La carga de la humanidad
Es la vida del Señor Jesús
Y el yugo de Jesús
Debe convertirse en la vida de la humanidad.
El yugo de Jesús es yugo y Verdad. (Juan 14:6)
El Espíritu Santo es nuestro yugo.
◌ Quien carga el yugo de la Ley es destruido.
La cruz de Jesús cargó nuestro yugo
Esta es nuestra fe.
◌ Jesús tiene el yugo de Verdad.
El yugo de la Verdad es liviano
Y permite entender qué es la felicidad.
◌ Nuestro cuerpo carga el yugo de la Ley
Pero nuestro espíritu debe cargar la gracia.
Hay vida cuando en el espíritu hay verdadera libertad.
※ Dejemos nuestro yugo
Y recibamos el yugo de Jesús.
Seamos libres eternamente con Jesús.
Mateo 11:25-30
25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.
26 Sí, Padre, porque así te agradó.
27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Resumen
El evangelio es la fe
Dios es quien da la gracia. El hombre conoce la gracia de Dios a través del evangelio. El evangelio y la fe son inseparables. El libro de Mateo es el testimonio de la fe de Mateo sobre Jesús, el libro de Marcos es el testimonio de la fe de Marcos sobre Jesús. Podemos decir que el evangelio en sí es la fe.
Aunque en el libro del Antiguo Testamento es escrita la obra de Dios, no enseña a Dios como el Padre ni introduce al Hijo de Dios. Sin embargo, según Marcos 1:1 el cual es el primer libro escrito en el Nuevo Testamento dice: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”. Finalmente nos revela a través de Jesucristo la relación entre Dios Padre y el Hijo, y el hecho que por medio de Jesucristo el evangelio comienza.
Dios ama al Hijo y se complacé de Él. El experimentar dentro del Hijo, la maravillosa relación entre el Padre y el Hijo es nuestra fe. Nuestra fe no es una religión. La religión da la ley al hombre, y los que han cumplido con ella tienen paz en sus corazones. En la superficie, la religión parece dar la libertad a las personas. Sin embargo, es todo lo contrario. La religión solo da el yugo del martirio a las personas.
Aunque la ley de la religión da el remordimiento a la conciencia, las personas podrán anhelar la salvación, pero esto en sí no puede llegar a salvar al hombre. Esto es igual para la Ley del Antiguo Testamento. Aunque la Ley hubiera podido llegar a disciplinar el cuerpo de hombre, esto no puede salvar el espíritu. La Ley es un tipo de yugo. El yugo es una barra que es amarrada en el cuello del caballo o vaca para empujar un coche o la aradura. Jesús uso el ejemplo del yugo para hablar sobre la diferencia entre la Ley y el evangelio.
Los que conocen al Padre y al Hijo tienen la vida
Mateo 11:25-30 dice: “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”
El evangelio no puede ser recibida con la sabiduría del hombre. Cualquier personas que se considere sabio tendrá dificultad en obtener la fe por su propia teoría. La fe es obtenida por aquellos que tenga los oídos abiertos. Romanos 10:17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Para obtener la fe no se necesita ser inteligente sino tener un corazón puro.
El evangelio habla sobre la relación entre Dios Padre y el Hijo. Jesús siempre enfatizo diciendo: “El Padre me ama. Yo obedezco al Padre. El Padre es el Altísimo. Y delante de Él yo soy menor.” ¿Quién es Dios? Es la fuente de vida. ¿Por qué le llamamos Padre? Porque es el más alto de todas las alturas. El decir: “¿Para usted, Dios existe?”, es lo mismo que decir: “¿Usted tiene la vida?” El experimentar esta relación entre Dios Padre y el Hijo, es el obtener la salvación y la vida eterna.
Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados”. La ley es quien da al hombre esta carga pesada. La ley pide la mortificación a las personas. Las personas que están en el dominio de la ley tratan de ser libres de la maldición y el castigo que trae el pecado por medio de las buenas acciones o la mortificación, en cambio de recibir la gracia. Esta es la forma como ellos tratan de ser libres del yugo que los está oprimiendo. Sin embargo, Jesús nos dice: “Vengan a mí y tomen mi yugo.”
Tome el yugo de Jesús quien es manso y humilde
¿Quién es Jesús para que nos diga que tomemos su yugo? Él dijo que: “Soy manso de corazón”. ¿Qué es el ser manso? Jesús dijo: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.” (Mateo 5:5). La persona que es manso en esta tierra tendrá muchas personas a su alrededor. El ser manso es el no tener odio en el corazón. Podemos encontrar la mansedumbre en el amor de la madre hacia sus hijos. No importa que tantas cosas malas haga su hijo, la madre no podrá odiar a su hijo. En el caso de que si nosotros constantemente recibimos ataque y persecución de alguien, podemos terminar odiando a esa persona. Sin embargo, una persona que es manso sobrepasara esto.
Jesús dijo: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo dijo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?” (Mateo 5:43-47). El no odiar al enemigo y en cambio el amarlos, es el ser manso.
Jesús también dijo: “Soy humilde”. Él aun siendo igual a Dios, no estimo el ser igual sino que se rebajo a los más bajo. Filipenses 2:6-8 nos dice sobre esto: “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó así mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombre; y estando en la condición de hombre, se humilló así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” De esta misma forma, Aquel que se rebaja a sí mismo delante del Padre Dios y obedeció hasta la muerte en la cruz es el Hijo de Dios; y el conocer y creer en Él es el evangelio.
Jesús nos dice: “Tomen mi yugo”. Las palabras tomen mi yugo son las mismas palabras que, reciba la gracia. Aunque para el hombre el sostener el yugo de la ley es difícil y una carga pesada, el yugo de Jesús es fácil y ligera. Pero a pesar de esto, hay ocasiones en que las personas tratan en cargar lo difícil y pesada, y no le dan valor a la carga liviana. Sin embargo, solo el yugo de Jesús es quien nos puede dar el descanso verdadero.
Permanezca en la gracia
Algunas personas dice: “Pastor, me siento muy triste. ¿Como puede esa persona reciba la gracia? Luego de que vi que recibió la gracia, ya no deseo recibirla.” Aunque puedo entender ese deseo de que una persona que ha pecado reciba el castigo. Sin embargo tenemos que esforzarnos en no tener ese corazón sino tenemos que sobrepasarlo. Tenemos que examinarnos cada uno de nosotros si somos personas que han aprendido de Jehová o personas que han aprendio de Jesús.
El hecho de que Jesús haya recibido el castigo no es para que nosotros la recibamos de la misma forma. Sino que Jesús dijo: “Pecadores, para pagar el precio de su pecado yo ya he recibido el castigo. Por lo cual, no hay la necesidad de que ustedes vuelvan a tomar la responsabilidad. No traten de recibir la salvación por medio de la mortificación sino por la gracia.” Cuando el dolor venga a ustedes no piensen: “Eso es lo que recibo por ser un pecador”. Cuando el dolor venga ante nosotros arrepiéntase y salir de aquí.
Hay personas que piensan que si no cumplen con el Día del Señor la ira de Dios vendrá en ellos, por lo que asisten a la iglesia a la fuerza. Aunque estas personas rinden el culto, cuando ofrendan e oran no tienen el gozo sino que todo lo hacen a la fuerza. Tenemos que tener en claro que el Día del Señor no es un yugo pesado, sino es un yugo de gracia que bendice y enriquecé a nuestro espíritu.
Permanezca dentro de la gracia. Tome el yugo de Jesús. La conciencia el hombre condena sin parar. No solo por las acciones que hace, sino también cuando tiene deseos carnales en su corazón, celo en su corazón u odio en su corazón. Si uno acepta estas acusaciones, no tendremos más opción que alegarnos de Dios. Una persona que esta lejos de Dios al tener un problema en el cuerpo piensa que es el precio que tiene que pagar por su pecado, en cambio de revestirse de la gracia de Dios.
Las personas que cargan el yugo pesado no acepta la gracia que ha recibido y la gracia que otros han recibido. Ellos con frecuencia dicen: “Si uno peca tiene que pagar ese precio. De que gracia me está hablando.” Sin embargo, las personas que pertenecen en la gracia aunque hayan cometido un pecado, experimentan con más profundidad la gracia de Dios por medio de ello. De esto, Romanos 5:20 dice: “Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia.”
Cuando las personas al diezmar e ofrendar no lo pueden hacer con un corazón de gracias y gozo, sino que lo hacen con tacañez y a la fuerza. Esto es porque no están dentro de la gracia. Dios dice a los que hipócritas que no conocen la gracia: “Ustedes quienes han menospreciado mi nombre. Cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? Quisiera que alguien cerrará la puerta del templo para que ustedes no puedan entrar.” (Malaquías 1:6-10).
Sea libre del yugo de la conciencia. No hay ningún problema el vivir en el mundo con solo la consciencia. Sin embargo, en la consciencia no hay la obra del Espíritu Santo. El Espíritu Santo solo obra por medio del yugo de Jesús. ¿Tiene la enfermedad? Permanezca dentro de la gracia. ¿Es pobre? Permanezca dentro de la gracia. ¿Está lleno de diversos problemas? Permanezca dentro de la gracia. ¿Sí le molesta que las otras personas reciban la salvación fácilmente y sin ningún sufrimiento? Entonces, permanezca dentro de la gracia. Venga hacia Jesús y cargué Su yugo y aprenda de Él.
Carta de Simuón
Pronto
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.01.21 – Hable por el Espíritu
in SermonesHable por el Espíritu
(1 Corintios 14:1-25)
Dios
Es espíritu.
Él
Creó al hombre
Toda la tierra de hombres y se originó el lenguaje. (Génesis 1:28:30)
Sin embargo,
El lenguaje del hombre es solo un sonido, (Génesis 11:1)
Mientras
Que la Palabra de Dios es espíritu y vida. (Juan 6:63)
El espíritu del hombre tiene vida
Pero
La Palabra de Dios es la que otorga vida
Y el espíritu del hombre vive por ella. (1 Corintios 15:45)
El lenguaje del hombre es para comunicarse
Pero no puede comunicar lo del espíritu.
No puede expresar los secretos del espíritu. (1 Corintios 2:11)
Sin embargo,
El Espíritu puede comunicar los secretos del espíritu
Y manifestarlos a Dios. (1 Corintios 14:2)
Solo el Espíritu
Conoce las cosas profundas de Dios.
◌ Las lenguas dadas por Dios no son palabras humanas
Sino espirituales.
Solo Dios las entiende.
◌ Al vivir como pecador el espíritu es mudo
Pero cuando recibe el perdón de los pecados es libre.
Las lenguas son el clamor del espíritu.
◌ Las profecías son esperanza.
Son palabra de Dios.
El Evangelio es palabra espiritual.
※ Hablar en lenguas
Es hablar con Dios.
Debemos orar con el corazón y con lo espiritual.
1 Corintios 14:1-25
1Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.
2 Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.
3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
4 El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.
5 Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación.
6 Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?
7 Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la cítara?
8 Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?
9 Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire.
10 Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado.
11 Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí.
12 Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia.
13 Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla.
14 Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.
15 ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.
16 Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.
17 Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado.
18 Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros;
19 pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.
20 Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.
21 En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor.
22 Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes.
23 Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?
24 Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado;
25 lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros.
Resumen
Comunión con el Ser Viviente
Dios es espíritu. Las palabras “Dios es espíritu” significa que Él vive por toda la eternidad. La forma en la cual Dios y nosotros nos comunicación es completamente diferente a la comunicación que tienen las personas del mundo con los muertos. Cuando ellos visitan a sus familiares en el cementerio dice: “Abuelo, he venido. ¿Cómo ha estado?”, ellos no necesariamente esperan que ellos vayan a responder. En cambio, ellos lo hacen por razones personales, para consolarse a si mismo. Sin embargo, nosotros expresamos nuestros problemas a Dios es porque tenemos la fe de que Dios todopoderoso escuchara nuestras peticiones y nos responderá.
Dios tomo la fe de Abraham como justicia. En la región donde vivía todas las personas se arrodillaban a los ídolos, pero Abraham fue diferente. Él creyó en su corazón y confeso que: “Dios debe estar vivo. Él tiene que escuchar la voz del hombre. Dios siendo todopoderoso tiene que ser nuestro Señor. Debe de tener la autoridad de dar el mandamiento. Y el cumplir su mandamiento es mi fe.” Dios llamó a este y le ordeno a que fuera a la tierra que le había ordenado, tomando la fe de Abraham como justicia. De esta forma, Abraham no sirvió a ídolos muertos sino a Dios viviente.
Jesús dijo: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 4:23-24). Cuando dice que Dios es espíritu significa que vive por la eternidad. Para poder adorar al Dios viviente tenemos que abandonar la actitud y el método de servir a los ídolos que no tiene vida, y necesitamos la actitud y método espiritual para poder verle.
Aunque los ciegos no pueden ver a sus padres, ellos cuando tienen algún problema consultan sobre ello a sus padres, obtienen el consuelo de sus padres, y la ayuda de sus padres. De la misma forma, aunque nosotros nos podemos ver a Dios con los ojos, el servirle estamos teniendo comunión con un ser viviente. Por lo tanto, las personas que vienen a la iglesia para rendir el culto deben tener este anhelo en sus corazones: “En el día de hoy veré al Dios viviente, voy a decirle todas mis necesidades, recibiere Su consuelo, recibiré Su amor, recibiré Su gracia, y recibiere Su guía.”
El espíritu de las personas que no creen en Jesús está muerto. Por lo tanto, aunque ellos se esfuercen con todas sus fuerzas no pueden tener una comunión con Dios. Sin embargo, como el espíritu de las personas que creen en Dios está vivo, Dios tienen una comunión y escucha sus necesidades. Así de grande es la diferencia entre las personas que creen en Jesús y los que no creen. Las personas que creen en Jesús pueden ver a Dios con el espíritu y pueden tener una comunión con el espíritu.
Hable en lenguas según el Espíritu Santo
Luego de que Jesús resucito y subió al Cielo, como prometió el Espíritu Santo comenzó a morar en las personas que creían en Él. Hace dos mil años atrás el Espíritu Santo vino a esta tierra por primera vez. Hechos 2:2-4 dice sobre esto: “Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados: y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
La naturaleza existe cuando el mundo fue creado. Sin embargo, el hablar en lenguas existir en el mundo luego de que Jesucristo ascendió y el Espíritu Santo morá por primera vez hace dos mil años. Por lo tanto, esto no es un fenómeno natural, sino es algo que solo es manifestado en los que creen en Jesucristo. Jesús refiriéndose a esto dijo: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas.” (Marcos 16:17).
Las personas que están llenas del Espíritu Santo experimentan que su lengua es movida sin involuntariamente. Esto también es un testimonio de que Espíritu Santo ha morado en esa persona. Como no podemos ver al Espíritu Santo es difícil saber cuando el Espíritu Santo ha morado en uno. Sin embargo, como nos dice en la Palabra: “comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”; si una personas comienza a hablar en lenguas demuestra que en esa persona ha morado el Espíritu Santo.
Jesús al decir: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas.”, estaba diciendo: “Los que creen en mí, por lo menos él tendrá que hacer estas cosas”. Él estaba determinando el nivel básico y los requerimientos necesarios que los creyentes deben de tener. Nosotros no deberiamos simplemente conformarnos por el solo clamar que somos creyentes, sino que tenemos que hacer que Dios testifique por nosotros diciendo: “Esa persona verdaderamente cree.” 2 Corintios 1:22 menciona sobre esto diciendo: “El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.”
Jesús dijo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.” (Hechos 1:8). Según esa promesa nosotros hemos recibido el Espíritu Santo, y según el Espíritu Santo comenzamos a hablar en lenguas (Hechos 2:4). Lo que tenemos que tener saber con exactitud, es que el hablar en lenguas es solo el comienzo de los poderes cuando el Espíritu Santo mora en nosotros. Como un soldado al paso del tiempo sube de rango, la persona que recibe el Espíritu Santo tiene que hablar en lenguas, la persona que habla en lenguas tiene que recibir la palabra de sabiduría, y la persona que recibe la sabiduría en la palabra tiene que tiene que recibir el conocimiento de la palabra. De esta forma, tiene que recibir todos los dones que el Dios quiere dar.
Trate de profetizar más
En 1 Corintios 14 explica con detalle sobre las lenguas y la profecía entre los muchos dones del Espíritu Santo. Nos está diciendo que tan importante son las lenguas y la profecía. La persona que habla en lenguas no debe satisfacerse por el solo hecho de que ha recibido los dones del Espíritu Santo, sino que tiene que ir aún más y profetizar. Cuando habla sobre la profecía no está hablando sobre la adivinación, y tampoco es que profetice como lo hicieron los profetas en el Antiguo Testamento. El evangelizar sobre la verdad que creemos es el profetizar. El hecho de que el Señor haya dicho: “Si ustedes creen en mí recibirán la salvación.”, es la profecía; también al decir: “Reciban la vida eterna.”, es la profecía. También es profecía cuando nos dice: “En los postreros días, ustedes participarán en la primera resurrección y entraran en el Cielo.”, y al decir, “Ustedes tienen que tomar de mi sangre para que tengan la vida, y tienen que comer mi carne para que tengan la vida eterna.”
Para que una persona reciba la salvación tiene que tener la fe, para obtener la fe tiene que escuchar la palabra, y si escucha la palabra tiene que llevarla. Romanos 10:14-15 dice: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!!”. Si no hay nadie que predique tampoco abra persona que reciba la salvación. Por lo tanto, la persona que habla en lenguas tiene que anhelar el profetizar. Uno no tiene que satisfacerse del don que ha recibido sino tiene que seguir creciendo espiritualmente.
No importa cuanto las personas que estén debajo de la Ley se esfuercen en buscar a Dios no puede recibir la ayuda espiritual porque espiritualmente han estan muertos. Sin embargo, luego de que Jesús resucitó y subió al Cielo y el Espíritu Santo mora, las personas comienzan a hablar en lenguas. Ahora las personas que estaban en la puerta del infierno se le es dada la abilidad de poder decir todos sus secretos a Dios por el espíritu (1 Corintios 14:2). El hablar mucho en lenguas es muy beneficioso para nuestro espíritu (1 Corintios 14:18).
Sin embargo, el profetizar es de gran ayuda para la iglesia. Pablo enfatizando la verdad de que el profetizar es muy importante para la iglesia diciendo: “Quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis.” (1 Corintios 14:5). Aunque el hablar en lenguas es de más provecho para uno mismo, para la edificación de la iglesia el profetizar es mucho más importante. El profetizar en simples palabras es el llevar el evangelio, enseñar a las personas para que estén despiertos y alentarlos. Solo así, los creyentes podrán estar despiertos en cualquier situación y sostener hasta el día en que el Señor vuelva de nuevo.
La razón por la cual las personas aun teniendo sus vidas de fe caen es porque menosprecian el profetizar. 1 Timoteo 4:14-15 dice: “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.” Especialmente las personas que fueron ungidas como lo son, los pastores y diáconos no deben menospreciar los dones.
Uno tiene que esforzarse en hablar en lenguas, pero tenemos que esforzarnos aún más en profetizar. Hay personas que por no sostener bien las lenguas termina perdiéndolas. ¿Será que estas personas tienen el poder de predicar? Por lo menos se debe tener la fuerza de hablar en lenguas, para así poder llevar el evangelio con ello. De la misma forma, como la temperatura del agua tiene que llegar a cien grados para que hierva, las personas que están llenas del Espíritu Santo hablarán en lenguas. En otras palabras, sin la llenura del Espíritu Santo no podrá hablar en lenguas.
Haga que su espíritu pueda clamar sus necesidades a Dios. 1 Corintios 2:11 dice, “Porque, ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” ¡Reciban la llenura del Espíritu Santo! ¡Hable en lenguas y crezca aún más y profetice! Esto no significa que sea adivino. El primer pacto también es la profecía, y el nuevo pacto también lo es. El primer pacto ya ha sido cumplido, y en los postreros días se cumplirá el nuevo pacto de que Jesús volverá. Esforcémonos en profetizar diciendo: “¡Preparémonos para recibir al que vendrá de nuevo!” ¡Anhelemos el llevar y enseñar el evangelio!
¡La sangre preciosa, el Espíritu Santo y la Palabra! Yo he vivido toda mi vida predicando estas tres cosas y seguiré haciéndolo. Aunque yo era un pecador que tenia que ir al infierno a través de la sangre preciosa he obtenido la salvación. Y Dios ha enviado el Espíritu Santo a este como yo. Yo predicare toda mi vida dependiendo del Espíritu Santo. ¡Si en su interior tiene la sangre de Jesucristo haga que el Espíritu Santo more en usted! ¡Si ha recibido el Espíritu Santo, este lleno de Él y hable en lenguas! ¡Y crezca aún más y lleve el evangelio!
Carta de Simuón
Pronto
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
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